Cannes 2013, día 12: Grande Adèle, grande Spielberg

El jurado presidido por Spielberg hace justicia en una edición histórica del festival. Por NANDO SALVÁ
Cannes 2013, día 12: Grande Adèle, grande Spielberg
Cannes 2013, día 12: Grande Adèle, grande Spielberg
Cannes 2013, día 12: Grande Adèle, grande Spielberg

Qué injustos fuimos con Steven Spielberg. Pensábamos que a la hora de la verdad el Presidente del Jurado de Cannes 2013 no se iba a atrever a premiar a La Vie d’Adèle, que tanta escena de sexo lesbiano lo iba a aturullar, que su proverbial puritanismo iba a nublar su buen juicio. Y como respuesta a esa poca fe él os ha dado doble ración de morcilla –o triple, según se mire–. Por definición, la Palma de Oro premia a la mejor película del Festival de Cannes, y por tanto su único destinatario es el creador de la misma: su director. Pero al anunciar el triunfo de La Vie d’Adèle hace unas horas Spielberg ha anunciado que la Palma de Oro iba a parar no solo al director Abdellatif Kechiche, sino también a Adèle Exarchopoulos y Léa Seydoux, sus dos protagonistas.

Es una decisión sin precedentes en Cannes que no solo enfatiza el carácter excepcional de esta magistral película, sino que también es la forma más justa de reconocer hasta qué punto esa excepcionalidad depende del trabajo interpretativo de Exarchopoulos y Seydoux. En todo caso, así son todas las grandes interpretaciones en las grandes películas. ¿No habría bastado darles un premio interpretativo ex ae quo? En realidad no: el festival aconseja al jurado que reparta los premios entre el mayor número posible de títulos y, como resultado, no dar más de un galardón a la misma película se ha convertido casi en una norma. En realidad, con el bonito gesto Spielberg y el resto las jueces esquivaron la ley no escrita sin hacer trampa. Y como resultado La Vie d’Adèle, una historia de amor llena de placer, tristeza, furia, sensualidad y esperanza, ha hecho historia en Cannes.

Es cierto que no todas las decisiones del jurado fueron igual de inspiradas; que considerar Mejor Director al mexicano Amat Escalante por Heli fue una boutade; que Like Father, Like Son, de Hiroazu Koreeda, no es más que un mensaje reconfortante y contundente sentimentalismo. Pero en todo caso los dos galardones más importantes fueron a parar a las dos películas más importantes. Con permiso de la olvidada La grande bellezza, de Paolo Sorrentino, ninguna película merecía el Premio Especial del Jurado como la que acabó llevándoselo, Inside Llewyn Davis, una cara B de la historia de la música llena de melancolía, crudeza e hilaridad y que coloca a los hermanos Coen entre los cineastas más laureados en Cannes –éste era el único de los galardones de peso que les faltaba conseguir aquí: ya tenían tres en la categoría de Mejor Director y una Palma de Oro, por Barton Fink (1991). La próxima vez tendrán que hacerles un monumento.

Palmarés completo del Festival de Cannes 2013

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