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Michael Rasmussen acusa a Bjarne Riis de consentir el dopaje en sus equipos

Michael Rasmussen en una fotografía del Tour de Francia 2007.
Gtres

El exciclista Michael Rasmussen acusa a Bjarne Riis de estar al corriente del dopaje sistemático en el CSC, predecesor del actual equipo Saxo Bank, y de verlo doparse, además de implicar en prácticas similares a otros corredores daneses. "Entré en la habitación del doctor Piet De Moor, donde también estaban Bjarne Riis y Tyler (Hamilton), que acababa de inyectarse synacthen y me invitó a unirme. Acepté. Bjarne no puso ninguna objeción", relata Rasmussen en su autobiografía aún no publicada, pero de la que hoy salen varios extractos en el diario danés BT.

El episodio al que se refiere el exciclista danés, que corrió en el CSC en 2001 y en 2002, se produjo supuestamente en el Giro de Italia de 2002. Rasmussen, de 38 años, confesó en enero, al anunciar su retirada, haberse dopado durante toda su carrera, y colabora desde hace meses con las autoridades antidopaje danesas, a las que se cree ha denunciado a su antiguo director y ahora dueño del Saxo Bank, cuyo jefe de filas es el español Alberto Contador.

En Gul Feber (Fiebre Amarilla), que sale a la venta este próximo lunes, implica también a su excolega Nicki Sorensen, que en la actualidad sigue corriendo en el Saxo Bank, y con quien asegura compró eritropoietina (EPO) y hormona de crecimiento en una farmacia de Llucmajor (Mallorca) en 2003, durante la pretemporada. "Él tomó prestado un coche del CSC y juntos fuimos hasta la farmacia, que queda en la esquina de la plaza. Ya había estado allí varias veces antes y el farmacéutico me saludó como si fuéramos viejos amigos. Compramos lo que necesitábamos de EPO y hormona y Nicki se lo llevó en avión hasta Pisa", escribe. Dos semanas después, Rasmussen recogió las sustancias en la casa en la Toscana italiana de Sorensen, que por miedo a las autoridades las había enterrado en el jardín.

Rasmussen acusa también a otros dos exciclistas daneses: Rolf Sorensen, quien según él le dio a probar por primera vez synacthen en el Mundial de 2001 en Lisboa (Portugal); y Frank Hoj, que supuestamente introdujo cortisona en un reproductor de MP3 en la residencia para deportistas en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.

Rasmussen fue despedido por el Rabobank holandés cuando rozaba el triunfo en el Tour de Francia de 2007 y recibió luego una sanción de dos años de la Unión Ciclista Internacional (UCI) por mentir sobre su paradero antes de esa prueba. Ese Tour lo acabó ganando Contador, castigado años después por el Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) con la misma pena más tarde por dar positivo con clembuterol. Bjarne Riis, ganador del Tour 2006 y que años después confesó haberse dopado toda su carrera, ha permanecido en silencio ante las revelaciones en el último año de varios excorredores suyos, que le acusan de estar al tanto del dopaje masivo en su equipo.

En las páginas de libro de Rasmussen también aparece Ryder Hesjedal, ciclista canadiense que ganó el Giro de Italia 2012 y al que el danés asegura que enseñó a inyectarse EPO cuando competía con el US Postal. A última hora Hesjedal admitió el consumo de sustancias dopantes, aunque indicó que tuvo lugar hace más de 10 años. "He amado y vivido este deporte, pero hace más de una década que elegí el camino equivocado. A pesar de que esos errores ocurrieron hace más de 10 años, y eran de corta duración, no cambia el hecho de que las hice y he vivido con eso y lamentado por ello desde entonces", explicó en un comunicado.