[SEFF 2012] Cómo convertir un vídeo de viajes en cine negro de primera

Es lo que hacen João Pedro Rodrigues y João Rui Guerra da Mata en 'A ultima vez que vi Macau'. Diario de viaje, crímenes apocalípticos, transexuales y gatos en el Festival de Sevilla. Por DANIEL DE PARTEARROYO
[SEFF 2012] Cómo convertir un vídeo de viajes en cine negro de primera
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La antigua colonia portuguesa de Macao, en la costa sur de China, es el escenario de la última película de los directores João Pedro Rodrigues y João Rui Guerra da Mata. Presentada dentro de la sección Las Nuevas Olas del Festival de Cine Europeo de Sevilla, A ultima vez que vi Macau (La última vez que vi Macao) es un ejemplo perfecto de la dinamitación absoluta de la frontera entre registro documental y elaboración ficcional en la que el cine lleva instalado desde hace decenios (aunque todavía parezca obligatorio tener que señalarlo al hablar de propuestas como ésta). El 95% de las imágenes de A ultima vez que vi Macau no difieren de lo que podría ser un vídeo turístico grabado por los directores durante un viaje a la ciudad de Macao (de hecho, la historia que se empieza a contar es la del regreso de uno de ellos, Guerra da Mata, que habría pasado parte de su infancia en el continente asiático). Sin embargo, gracias al uso del montaje, la voz over y el imaginario del cine negro, lo que empieza como un diario de viaje con cierto tono markeriano es capaz de convertirse en un tenso thriller con el Apocalipsis de fondo.

Sectas rivales, una conspiración, global, metamorfosis animales, el fin del mundo de fondo y la bailarina transexual Candy ejerciendo como confidente del protagonista son algunos de los elementos que aparecen diseminados por la película, que toma como base el clásico Una aventurera en Macao (1952), de Josef von Sternberg, y construye una especie de remake al alcance de cualquier viajero con videocámara. Sin actores ni dramatizaciones. ¿Para qué necesitas contratar intérpretes cuando los mismos habitantes de la ciudad que se cuelan en los planos puede pasar, sin saberlo, por los personajes del relato gracias a la manipulación de la voz en off (técnica de insertar diálogos imaginarios de cine negro en boca de personas anónimas que recuerda a los experimentos del belga Nicolas Provost)? No hace falta filmar tiroteos en el puerto de Macao o detrás de las persianas de sus puestos de pescado; el sonido y el imaginario colectivo cargado de cine negro son suficientes. No es sólo que la película de Rodrigues y Guerra da Mata sea un fascinante thriller de ciencia-ficción a la vez que paseo documental por las entrañas de Macao, sino que parte de su radical importancia reside en cómo demuestra que, sin nada más que una simple cámara y una ciudad a la que filmar, tú puedes contar todas las historias que quieras.

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