Eurocopa

Así es la selección de Escocia, equipo del grupo D de la Eurocopa 2020

Equipo de Escocia para la Eurocopa

Fagocitados por el fútbol inglés, los escoceses siempre han sufrido como el cuarto (o quinto) hermano del balompié británico. Sin embargo, 23 años después y de la mano de Steve Clarke, estarán de nuevo en gran torneo.

Escocia disputará su tercera Eurocopa (las otras dos fueron en el 92 y el 96), con un equipo joven y con ganas de demostrar que son una región con mucho más que grandes rugbiers. El fútbol escocés está viendo cómo han llegado unos jóvenes muy prometedores, sin ninguna estrella por encima de otra pero con un bloque muy compacto: ojo al muro escocés, que ya dejó claro a finales de 2020 con tres encuentros a cero que no va a ser fácil marcarles.

Todo sale de la defensa, puesto donde despuntó su entrenador cuando jugaba en el Chelsea y donde brilla su capitán, Andy Robertson, en el Liverpool. Él, y nombres como Tierney o McTominay quieren demostrar que la Flor de Escocia no tiene nada que ver con la suerte sino con el trabajo.

El sorteo y el destino les encuadró en el grupo D, donde se las verán con Croacia, República Checa y, ojo al morbo que se viene, Inglaterra, enemigos ancestrales en prácticamente cualquier ámbito de la vida. Si en este 2021 ya han logrado ganarles en un encuentro con el balón ovalado por primera vez en 38 años, ¿quién dice que no lo harán con el redondo?

Robertson, el alumno aventajado de Klopp

A sus 27 años, Andy Robertson ha pasado de ser un lateral apañado a un indiscutible en el fútbol europeo. Bajo la tutela de Jurgen Klopp, este correcaminos por la banda izquierda ha crecido enteros y se ha proclamado campeón de la Champions y la Premier.

Con una naturalidad impropia para un jugador de esa posición a la hora de llevar el brazalete, ha asumido la capitanía de Escocia con orgullo. Esta última no ha sido su mejor temporada, y por ello saldrá más enrabietado a su primer gran torneo con su selección.

Steve Clarke, de la defensa a la defensa

Duro y recio en su época como lateral (o central) del Chelsea, para el que disputó la friolera de 421 partidos, pronto se descubrió como un apasionado de la táctica. Aprendió de Mourinho, Gullit, Zola o Dalglish como ayudante, antes de hacer carrera en solitario en el West Bronwich Albion y el Reading de la Premier, además del Kilmarnock escocés. De ellos aprendió que la fortaleza defensiva puede ser la diferencia entre ganar o perder.

En 2019 le encargaron el reto de levantar a un combinado nacional hundido y en apenas un año revolucionó todo el esquema. Esta Eurocopa es la mejor oportunidad de su carrera desde que colgó las botas.