Basta con mirarle a la cara para saber que Brian Cox puede dar vida a todo lo malo del capitalismo: ese gesto perpetuamente crispado, esos ojillos en busca de tu menor debilidad, esas cejas prominentes... Los responsables de Succession, está claro, se marcaron un buen tanto cuando le escogieron para interpretar al despiadado Logan Roy.
Pero el actor de larga carrera (debutó en 1967) no solo acongoja delante de la cámara, sino también detrás de ella. Al menos eso es lo que afirman algunos de sus compañeros de la serie cuando recuerdan sus espasmos de furia escocesa en el plató.
"Arrebatos de ira diabética"
En una entrevista con Times Radio (vía Deadline), Sarah Snook se ríe al recordar el mal café de Cox durante el rodaje de Succession. "Tiene la costumbre de dejarse llevar por falsos arrebatos de ira diabética (o reales, vete a saber) en los que se pone a rugir de repente", comenta la intérprete de Shiv Roy.
"Creo que eso lo hace, en parte, para intentar darle energía al equipo y sacudirnos las pulgas, hacer que nos pongamos al lío y vayamos más rápido", precisa Snook. "El timbre de su voz puede dar miedo a veces, eso está claro. Es como un trueno".
Otros miembros del reparto, como Kieran Culkin, han hablado también de esa disposición de Brian Cox a emprenderla a gritos, añadiendo que esta se volvía mucho más estentórea cuando estaba hambriento.
Justine Lupe, por ejemplo, le describe como "intimidante, delante y detrás de la cámara". "Tiene mucha energía como persona, y creo que lo sabe", añadía la actriz, para después precisar que su excompañero es también "una de las personas más amables" con las que ha trabajado.
Y, si pensabas que Cox iba a achantarse o a pedir disculpas por estos comentarios, vas apañado. "Bueno, sí, a veces me da hambre porque soy diabético", explicó el actor, cuya enfermedad le exige cuidar su alimentación.
¿Quieres estar a la última de todas las novedades de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.
Comentarios