Nadia de Santiago ('El tiempo que te doy'): “Es difícil encontrar equilibrio entre la vida y el trabajo de actriz”

La actriz madrileña transita las fases del duelo amoroso en ‘El tiempo que te doy’, la primera ficción en formato corto, con capítulos de 11 minutos, de Netflix España
Nadia de Santiago y Álvaro Cervantes, en un episodio de 'El tiempo que te doy'
Nadia de Santiago y Álvaro Cervantes, en un episodio de 'El tiempo que te doy'
TXUCA PEREIRA/NETFLIX
Nadia de Santiago y Álvaro Cervantes, en un episodio de 'El tiempo que te doy'

Las actrices españolas tiran del cable. Después del estreno de Jaguar, la nueva serie de Blanca Suárez, Netflix ya tiene listo el lanzamiento de su próxima ficción televisiva española, creada y protagonizada por otra 'chica del cable': Nadia de Santiago. La actriz madrileña, nacida en 1990, regresa el 29 de octubre a la plataforma con El tiempo que te doy, un serial de capítulos cortos en la que ahonda en el dolor tras la ruptura de una relación sentimental con el personaje interpretado por el actor Álvaro Cervantes.

La ficción sigue a Lina (De Santiago), que trata de empezar de nuevo y olvidar a Nico (Cervantes), su primer amor. Cada día, Lina intenta pensar un minuto menos en él y es un minuto más que dedica a encontrarse a sí misma. Este es el punto de partida de esta nueva y original apuesta, la primera ficción de formato corto firmada por Nadia de Santiago, Pablo Santidrián e Inés Pintor, con estos dos últimos también encargados de la dirección de los capítulos.

Se trata de un formato muy innovador al contar con episodios cortos que viajan entre el pasado y el presente de la protagonista. En el primer episodio pasaremos 1 minuto en el presente y 10 en el pasado, y en cada episodio estaremos un minuto menos en el pasado y uno más en el presente mien-tras acompañamos a Lina en este proceso de sanación. 

Junto a De Santiago y Cervantes, el reparto cuenta con Cala Zavaleta, Nico Romero, Carla Linares, Moussa Echarif y Prince Ezeanyim. Nadia de Santiago debutó en 2000 a los 10 años en el cine con un papel en el filme Clara y Elena, inicio de una carrera infantil que ha seguido firme en su juventud con personajes en Alatriste, Las 13 rosas, donde se consagró, y Ali, y una trayectoria firme en numerosas series, en especial los 530 episodios de Amar es para siempre, que culmina en El tiempo que te doy como cocreadora de la ficción.

Además de protagonizar El tiempo que te doy, te lanzas como creadora. ¿Cómo surge la oportunidad?

Yo estaba terminando Las chicas del cable y había producido cortos con Inés Pintor y Pablo Santidrián [cocreadores y directores] cuando Netflix se puso a buscar gente que manejara este formato para lanzar una serie de capítulos de 11 minutos. Me lo propusieron y empezamos a darle vueltas; queríamos hablar de relaciones y de abandono. Les presentamos dos ideas y se quedaron con El tiempo que te doy porque la estructura era muy potente: cada episodio, Lina, mi personaje, dedica un minuto menos a pensar en Nico [Álvaro Cervantes], su ex. El presente va ganando al pasado durante el duelo.

¿Hasta qué punto bebe la historia de vuestras vivencias?

Son experiencias de los tres, pero ficcionadas. También hay influencias como Blue Valentine u ¡Olvídate de mí! Quería crudeza, honestidad, desnudez. En esa parte de luces y sombras está Shame, Heridas abiertas en el dolor y la pérdida. El objetivo era plasmar las fases del duelo: la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación.

Lina es enfermera y tú empezaste un módulo de Documentación Sanitaria. ¿Era una espinita clavada?

Algo hay... Cuando terminé el instituto llevaba ocho años actuando, pero era un hobby. Suspendí la selectividad porque bachillerato fue un caos y, como la salud siempre me ha llamado la atención, decidí apuntarme a un módulo de Documentación Sanitaria para después hacer puente con Enfermería. Sin embargo, empecé a trabajar mucho como actriz y me dije: “Es por aquí”.

¿Te has desencantado alguna vez con la profesión o la industria?

Ahora estoy en una etapa muy dulce, contando las historias que quiero contar, pero he tenido momentos de pensar: “¿Será esto?”. Sobre todo porque, cuando te dedicas a ello, es en cuerpo y alma. El tiempo que te doy ha sido un viaje maravilloso, pero duro. He dado el máximo. Es importante encontrar un equilibrio entre la vida y el trabajo, y a veces es difícil en este oficio.

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