‘Los herederos de la tierra’: la secuela de ‘La catedral del mar’ llega a Netflix en forma de telenovela medieval

La nueva ficción liderada por Yon González brilla por momentos aunque plagada de desgracias apresuradas.
Los herederos de la tierra
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Cinemanía
Los herederos de la tierra

El pasado viernes 15 de abril Netflix estrenaba los ocho episodios de Los herederos de la tierra, la secuela de La catedral del mar estrenada en Antena 3 el pasado 2018 (ambas adaptaciones de las novelas homónimas de Ildefonso Falcones). La nueva ficción se desliga de la construcción del famoso templo y se centra en una nueva trama, ambientada en la Barcelona medieval de los siglos XIV – XV.

Protagonizada por un abundante elenco coral liderado por Yon González, la serie se mueve, principalmente, por las temáticas del amor, el honor y la venganza, pero intenta abarcar demasiadas historias, personajes y eventos en sus pocos episodios, por lo que no da tiempo a ser digerida con placidez.

¿Te ha enganchado esta telenovela de época? ¿Has devorado los ocho capítulos o abandonaste después de ver los primeros? Te contamos lo que nos ha parecido a nosotros, como siempre, con algún que otro SPOILER.

Un inicio atropellado

Hay que decirlo: los dos primeros capítulos de Los herederos de la tierra no hacen justicia al resto de la serie. La ficción se presenta a trompicones, narrando acontecimientos inverosímiles y forzados y dando la sensación de que quiere quitarse de encima rápidamente a los personajes de Arnau Estanyol (Aitor Luna) y su mujer Mar (Michelle Jenner) para dar paso a la nueva trama.

Las muertes de estos (la primera al más puro estilo Sean Bean en Juego de tronos), sin apenas poso para reflexionarlas, marca el inicio de la historia de Hugo Llor, un joven que comienza su andadura como constructor de barcos pero que verá su destino truncado por una serie de sucesos encadenados. Si es verdad que David Solans realiza un trabajo más que digno dando vida a este personaje, el ritmo, los saltos temporales y la excesiva intensidad dramática hacen que los primeros capítulos sean difíciles de seguir con agrado.

No es hasta que llega Yon González (Hugo en su edad adulta) cuando uno se acostumbra al tono y narración de Los herederos de la tierra. Incluso puedes acabar enganchado a su historia. Si llegas hasta aquí, es muy posible que quieras ver cómo acaba todo este entramado lleno de grandes amores y desgracias. Las buenas interpretaciones de sus actores y la cuidada ambientación de su época ayudan sin duda a ello.

Los herederos de la tierra
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Catastróficas desdichas y telenovela medieval

Si es cierto que la Edad Media fue una época dura, y eso los libros de Falcones no dejan de expresarlo, en Los herederos de la tierra no dejan de ocurrir desgracias, una tras otra y sin descanso, y nadie se salva. Como ocurriera con la ya citada Juego de tronos, la verdad es que no puedes encariñarte con ningún personaje, pues todos acaban tarde o temprano siendo torturados, secuestrados, violados, esclavizados o asesinados y, si no es así, enfermando o enloqueciendo. Que se lo digan al pobre protagonista que ve cómo su “padrino” es asesinado, su madre enferma y muere, su mujer le chantajea, su hija es raptada y torturada… Vamos, que tanta crueldad resulta, finalmente, agotadora para el espectador.

Además, pese a relatarnos tantísimos conflictos y guerras se nota la falta de producción presupuestaria en muchos aspectos, pues apenas hay escenas de batallas y las que hay son bastante pobres en sus coreografías de lucha, y lo mismo pasa con algún que otro croma, pese a tener buenos escenarios y fotografía.

Más allá de ser una serie histórica y de época, la ficción es un culebrón centrado en los enredos amorosos de sus protagonistas y en el honor familiar. Pese que muchos de sus momentos y la evolución de varios de sus personajes son interesantes (mención especial para María Rodríguez Soto, imparable en su papel de Regina, y para Mercedes León por su entrañable Barcha), los capítulos están plagados de escenas emotivamente forzadas y continuamente subrayadas por banda sonora excesiva, lo que hace que esos momentos brillantes pasen un poco desapercibidos.

Un trabajado contexto histórico

Los herederos de la tierra contiene muchos y diversos saltos temporales (a veces un tanto desconcertantes) y abarca más de 30 años de historia, desde finales del siglo XIV hasta principios del XV. Es por eso que vemos a Hugo crecer y pasar por las diferentes etapas de su vida, pero también todos los eventos históricos que le rodean: el conflicto entre la burguesía y la nobleza, las instituciones y particularidades de la Corona de Aragón como la figura del veguer o el Consejo de Ciento o el comercio por el Mediterráneo, entre otros.

Asimismo, se exponen las tres religiones que existían en la península en aquellos momentos: cristiana, judía y musulmana, existiendo claras diferencias entre ellas. Pese a tener una cierta convivencia en un inicio, nos muestra algunos de los asaltos a las juderías que ocurrieron en Barcelona, las conversiones forzosas de los judíos al cristianismo o a musulmanes trabajando en el cultivo de la viña.

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La serie tampoco se corta en mostrarnos la cruda realidad social existente en la época para las mujeres con prácticas que hoy consideraríamos machistas, ya que eran tratadas como posesiones para sus maridos, apenas podían ejercer sus profesiones, eran prostituidas, etc. Sin embargo, también podemos ver la fortaleza, decisión y arrojo de estas con personajes como el de Caterina (Elena Rivera) o la ya mencionada Regina.

En conclusión, Los herederos de la tierra, al igual que su precuela La catedral del mar, tiene muchos aspectos en los que mejorar, pero también una historia medieval llena de amor y dolor que desde luego encontrará su público y a unos actores que dan lo mejor de sí para crear unos personajes con los que uno acaba finalmente encariñándose. Cuidado: al final (casi) todos mueren.

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