Así es 'La edad de la ira': adolescencia, homofobia y búsqueda de la identidad

Charlamos con Amaia Aberasturi y Manu Ríos, los protagonistas de la miniserie de Atresplayer Premium.
'La edad de la ira'
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Cinemanía
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Esa tormenta perfecta que es la adolescencia, con su problemática innata, encuentra uno de sus reflejos más reales en una novela (y crítica social) que nació en 2011 del puño y letra de Nando López. Ahora Atresmedia TV, en colaboración con Big Bang Media (The Mediapro Studio) y Masficción, ha actualizado La edad de la ira y la ha convertido en una miniserie de cuatro capítulos que ya está en Atresplayer Premium.

“¡Ojalá en mi adolescencia hubiera tenido una serie como esta! Y ojalá me hubieran recomendado leer una novela así”, exclama la actriz Amaia Aberasturi, que ha cambiado el bosque de Akelarre por las aulas del instituto. “Es una serie necesaria e importante en cualquier momento, un punch más que viene a sumar”, matiza. Porque la ficción aborda, entre otros temas peliagudos, la homofobia y la búsqueda de la identidad en la adolescencia.

“Aunque estamos en un momento en que mucha gente está alzando la voz, eso no quiere decir que esté todo hecho. Hay que aprovechar este movimiento para seguir dando visibilidad a estos temas y seguir creando contenido como este”, afirma Manu Ríos (Élite), quien da vida a Marcos, el personaje protagonista. Un adolescente popular en el instituto y sin problemas aparentes que un día asesina brutalmente a su padre y hiere de gravedad a su hermano. Presuntamente. Así arranca la serie.

'La edad de la ira'
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“La procesión va por dentro… La situación que tiene en casa es bastante dura, con un padre muy recto y autoritario que no le deja ser él mismo y una madre que es una víctima, porque también se trata la violencia machista. Conocer a Sandra (Amaia Aberasturi) y a Raúl (Daniel Ibáñez) en el instituto le libera. Se da cuenta de que ser como él es no es malo y de que hay gente que lo va a aceptar y querer así”, desgrana el actor, que asume un trabajo interpretativo muy diferente al anterior. 

“Es un cambio muy drástico, pero ha sido brutal investigar en otro terreno. Tanto en Élite como aquí he tenido mucha suerte de rodearme de un equipo muy bueno a nivel profesional y personal", cuenta Ríos: "Ha sido muy duro meterme en esta historia en ciertas situaciones, pero también muy enriquecedor y he aprendido muchísimo. Estoy muy agradecido”.

El terrible asesinato atribuido a Marcos impactará con fuerza en el día a día de los profesores y alumnos del instituto al que asiste el protagonista. “Es un golpe muy duro y se va a reflejar mucho en la relación de los tres amigos. Marcos desaparece, explota también contra ellos, está lleno de rabia, no entiende qué pasa, está frustrado, se siente culpable… Pero el apoyo de Sandra y Raúl le ayudará. La unión de estos tres amigos que se entienden y se aprecian tal y como son siempre está ahí”, valora Manu Río.

Y es que la oscuridad que es la vida de su personaje será alumbrada, entre otros, por Sandra, que además está enamorada de él. Y aquí reside el principal conflicto del personaje de Amaia Aberasturi. “Es una chica muy cañera, que parece que tiene las cosas muy claras, pero que se va dando cuenta, a medida que avanza la serie, de sus muchas dudas". 

"No es tan madura como ella se piensa y aquí está la búsqueda de su identidad. Y sí, está muy enamorada de Marcos y, aunque ella es superliberal, no juzga y es muy defensora, le cuesta entender que el chico al que quiere sea homosexual… Lo bonito es que acabará amándole de otra manera”, explica la actriz.

¿Qué ha fallado?

En La edad de la ira los problemas de los adolescentes son considerados con la importancia que se merecen. Y esto es algo que Manu Ríos valora especialmente. “Amaia y yo no hace tanto que vivimos la adolescencia y muchas veces sentíamos que nuestros problemas no eran importantes o que eran menores por ser de adolescentes". 

"En esta serie se les da peso, muestra cómo los adolescentes no pasan simplemente por la edad del pavo, sino que de verdad están sintiendo y tienen que ser escuchados. Hay que dar valor a sus emociones… La tasa de suicidio ha aumentado y esto pasa por algo”, puntualiza, serio.

Homofobia, acoso, odio, violencia… ¿Son los viejos valores del sistema educativo y de las propias familias los causantes de las trabas que viven los más jóvenes para afrontar su identidad sexual? La edad de la ira trata de dar respuesta a esta pregunta explorando cómo el sistema afronta la intolerancia en las aulas. 

'La edad de la ira'
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“En mi época del instituto, nunca se han tratado temas respecto al colectivo LGTBI, no nos han educado en que hay más opciones, en que no todo el mundo es heterosexual. Espero que hoy en día se esté haciendo y, si no, que esta serie ayude a la gente a reflexionar sobre lo importante que es que los adolescentes y los niños sepan que no está mal sentir lo que ellos sienten, que es normal”, defiende Manu Ríos.

A pesar de la crudeza de La edad de la ira y de su tono dramático, no faltan “la risa, la locura y la felicidad. Esa luz no se pierde. Es una serie como la adolescencia, llena de altibajos. Como una montaña rusa. Que haya claros no la hace optimista, porque hay un asesinato a manos de un chaval que no puede más, pero lanzamos mensajes optimistas hacia la sociedad… Que se junten tres personas que se saben querer, que la homofobia no es un problema…”, celebra Amaia. “Hay un fondo esperanzador de 'hay gente buena que te va a apoyar y te va a querer como eres”, concluye Manu Ríos.

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