'La casa del dragón': ¿Qué significa lo que Rhaenyra vio en el bosque?

[ESTE ARTÍCULO CONTIENE SPOILERS DE LA CASA DEL DRAGÓN 1x03]

No hay semanas tranquilas en Poniente; los seguidores de Juego de tronos ya lo sabían y los espectadores que se han enganchado ahora a La casa del dragón lo confirman episodio tras episodio. El tercer capítulo de la ficción fantástica, que ya está disponible en HBO Max, nos traslada de regreso a Desembarco del Rey, aunque han pasado tres años en los que el rey Viserys (Paddy Considine) y Alicent (Emily Carey) han tenido un hijo varón, Aegon, y esperan otro.

En este nuevo episodio, el reino celebra la segunda onomástica del pequeño con una cacería. Rhaenyra (Milly Alcock), temerosa de que su padre convierta a su medio hermano en heredero, debe además lidiar con los pretendientes que quieren casarse con ella.

En pleno conflicto dinástico, informan a Viserys de que ha aparecido un ciervo blanco. Según Otto Hightower (Rhys Ifans), se trata de una señal de que los dioses están del lado de Aegon. Sin embargo, tras rastrear a la criatura, los señores solo dan con un ciervo común.

Rhaenyra, por su parte, ha huido de la caza ofuscada con su padre por urgirla a que se case. La acompaña Ser Criston Cole (Fabien Frankel). Esa misma mañana en la que los señores buscan al ciervo blanco, este se le aparece a Rhaenyra en el bosque. Se observan mutuamente y ella le deja ir. ¿Qué significa que la heredera se tope con el animal sagrado? 

El ciervo blanco en 'Juego de tronos'

Cinemanía

El ciervo blanco representa la realeza tanto en el universo de Juego de tronos como fuera de él (las leyendas artúricas o el rey Ricardo II). Tal y como apunta Screen Rant, en los libros de George R.R. Martin Sansa Stark revelaba que se trata de una criatura mágica e incluso en La casa del dragón ya se menciona que, antes de que los Targaryen gobernaran con sus dragones, este animal relejaba el poder y la majestuosidad. 

Así, el encuentro de Rhaenyra con una criatura que implica pureza y realeza no puede ser una coincidencia. Sobre todo si tenemos en cuenta que la princesa no tiene que ir en busca del animal para probar su valía, sino que es el animal el que la encuentra a ella. 

En cambio, todos los señores que tratan de dar con el ciervo para demostrar así que Aegon debe reinar, fracasan en su misión, confirmándose que la rubia es la digna sucesora de su padre en el Trono de Hierro. 

Desafortunadamente, este simbolismo en torno al ciervo también vaticina el futuro que espera a la protagonista: aunque cuente con el apoyo de su padre y el favor de los dioses, muchos seguirán apostando por un hombre para gobernar en los Siete Reinos. Tocará esperar para ver si la razón se impone o no al machismo imperante, y cómo desemboca todo esto en la guerra civil entre los Targaryen conocida como la Danza de los Dragones. 

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