'Daredevil', contigo empezó todo: oda a la obra que revolucionó las series de superhéroes

Disney+ recupera las series Marvel que llegaron de la mano de Netflix y recordamos la primera que nos dejó boquiabiertos.
Reinvindicamos 'Daredevil' ante su llegada a Disney+
Reinvindicamos 'Daredevil' ante su llegada a Disney+
Cinemanía
Reinvindicamos 'Daredevil' ante su llegada a Disney+

Antes de pasarse a dc para interpretar al Batman menos detectivesco de la historia, Ben Affleck ya había demostrado aquello de las buenas intenciones como pavimento al infierno. El actor, muy aficionado al cómic, se veía todo ufano en 2003 interpretando a Matt Murdock en Daredevil… hasta que la película se estrenó, recibiendo un baño de aúpa por parte de público y crítica. 

¿Injustificado? Los hay que piensan así, pero, tras aquella somanta (la cual incluyó un ‘Razzie’ al peor actor de la década para el pobre Affleck), el Hombre Sin Miedo pasó a ser un apestado audiovisual. Y mejor no hablamos de Elektra, el spin-off protagonizado por Jennifer Garner, que no tenemos el cuerpo para chistes.

En 2012, con el eco de aquel apocalipsis acallado (pero no olvidado), los derechos audiovisuales del personaje regresaron de las manos de Fox a las de Marvel. Coronada como reina de Hollywood tras el éxito de Los Vengadores, la Casa de las Ideas empezó a darle vueltas a la posibilidad de devolver a Matt al cine, sin verlo demasiado claro: Drew Goddard (La cabaña en el bosque) tenía un proyecto, pero este era demasiado violento tanto para el MCU como para ABC (hogar de Agentes de SHIELD y Agente Carter, las primeras teleseries del estudio). 

Charlie Cox como Daredevil
Charlie Cox como Daredevil
Netflix

Entonces, según explicó el productor Jeph Loeb en Collider, la división televisiva del estudio tuvo la ocurrencia de venderle la idea a una Netflix que daba sus primeros pasos en la producción propia: tomar a cuatro superhéroes ‘urbanos’ de su escudería y seguir con ellos una estrategia similar a la empleada en pantalla grande, presentándoles primero en sus propios shows para después reunirles en una gran serie-acontecimiento.

Bajo la supervisión de Goddard y de Steven S. DeKnight (antiguo colaborador de Joss Whedon, al igual que su socio, y ducho en sangre y exterminio tras haber trabajado en Spartacus), Daredevil tendría el honor de inaugurar dicha línea de productos. Y de hundirse con ella si fracasaba, claro.

Por suerte para los implicados, la cosa comenzó bien: estrenada en 2015, Daredevil se ganó aplausos casi unánimes, para empezar, por su reparto. En su papel del justiciero ciego, Charlie Cox era capaz de hacernos olvidar, no ya que había nacido en Londres en lugar de en la neoyorquina Hell’s Kitchen, sino que cuatro años antes había interpretado al mismísimo Escrivá de Balaguer en la opusina Encontrarás dragones

Pero, sin subestimarle a él ni a sus compañeros de bufete (Elden Henson como Foggy Nelson y Deborah Ann Woll como Karen Page), los aplausos se los llevó Vincent D’Onofrio como Wilson Fisk, alias Kingpin: silencioso, voluminoso e implacable, el rey del hampa de Nueva York dejó claro que la brújula de Daredevil iba a ser la etapa de Frank Miller como responsable del personaje. Justo lo que hacía falta para convencer al fandom más intensito y deseoso de ver en movimiento la saga Born Again.

Charlie Cox y Deborah Ann Woll en 'Daredevil'
Charlie Cox y Deborah Ann Woll en 'Daredevil'
Cinemanía | BARRY WETCHER

La adaptación de dicho arco argumental llegaría, más o menos, a la altura de la tercera temporada de la serie, en 2018. Antes de eso, hubo tiempo para que conociéramos a una nueva versión de Elektra Natchios (Elodie Yung) y para presentarnos a Jon Bernthal como Frank Castle, Castigador para los clásicos, que acabaría estrenando serie propia (Punisher) en 2017. Asimismo, Jessica Jones fue bien recibida aquel mismo año por el trabajo de Kristen Ritter como heroína sin disfraz (lo suyo era ser detective), alcohólica y enfrentada al monstruoso Kilgrave (David Tennant), el villano más repulsivo de la historia audiovisual marvelita. 

Pero, al año siguiente, las grietas asomaron con Luke Cage: vale que el héroe también conocido como Power Man (e interpretado por Mike Colter) necesitaba modernizar sus raíces en el cine blaxploitation, y que las condiciones de la producción no permitían recrear aquella historia en la que ponía patas arriba el castillo del Doctor Muerte para reclamarle una factura de 200 dólares, pero su serie resultó, directamente, sosa. 

Un destino mejor, eso sí, que el que aquejó a Iron Fist: entre las acusaciones de racismo (la premisa de este rubiales kungfuteka, también germinada en los cines de barrio de los 70, había envejecido muy mal) y los discutibles talentos del actor Finn Jones, su serie se quedó en las dos temporadas de rigor. Y muchas fueron. Así pues, tres de las cuatro patas de The Defenders nacieron cojas: la prometida serie que reuniría a todos los héroes Marvel-Netflix pasó sin pena ni gloria tras su estreno en 2017, por mucho que contase con Sigourney Weaver como villana.

En 2018, Netflix anunció la cancelación de Daredevil, extendiendo dicho cerrojazo al resto de sus series sobre personajes Marvel. Asimismo, se entendía que dichos shows le dirían adiós a la plataforma cuatro años más tarde, cuando expirase el acuerdo entre esta y Marvel-Disney. La desazón sobre su futuro duró tres años: en 2021, Spider-Man: No Way Home nos ofreció una aparición estelar de Cox como abogado de Peter Parker (entre neoyorquinos, hay que ayudarse), mientras que la de D’Onofrio en Ojo de Halcón resultó bastante chuchurría. Si hay algo que tenemos claro sobre Kingpin, es que nunca se pondría una camisa hawaiana en pleno invierno.    

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