Contra todo pronóstico, esta oscura distopía futurista está ampliando su universo, para suerte de muchos. Y es que Cyberpunk: Edgerunners ya ha llegado a Netflix para demostrar que el mundo recientemente popularizado por CD Projekt RED merece mucho la pena más allá del videojuego.
Tras una aclamada promoción, y su consiguiente lanzamiento tormentoso y polémico, parece que Cyberpunk 2077 está consiguiendo más popularidad de la esperada. Tuvo un estreno lleno de promesas incumplidas y bugs que impidieron jugar con normalidad a muchos usuarios.
Sin embargo, el juego, que adapta el mundo del famoso juego de rol Cyberpunk 2020 creado por el estadounidense Mike Pondsmith, ha ido consiguiendo modestos halagos gracias a las actualizaciones y, especialmente, a los jugadores que lo pudieron disfrutar mejor en las consolas más potentes. Por lo que estos fallos, y especialmente su criticado lanzamiento, no han impedido a muchos ver todo lo que tenía que ofrecer el universo de ciencia ficción en el que se centra la historia.
Studio Trigger, quien está detrás de famosos animes como Star Wars: Visions, Little Witch Academia, Kill la Kill y el largometraje Promare, ha sido uno de los que ha visto su gran potencial. Sus fundadores, Hiroyuki Imaishi y Masahiko Ohtsuka, han dirigido este anime de 10 episodios junto a Hiromi Wakabayashi -quien también ha trabajado en estos proyectos mencionados anteriormente- para Netflix.
Cyberpunk: Edgerunners se centra, como el juego, en la oscura Night City, una ficticia ciudad de California en la que la criminalidad y la corrupción está a la orden del día, un mundo futurista en el que son frecuentes las modificaciones corporales tecnológicas y los implantes cibernéticos.
El humilde David Martinez hace lo que puede por encajar en una academia demasiado elitista en la que, por su clase social más baja, no termina de verse, a pesar de ser un gran estudiante. Pero un trágico suceso le obligará a darse cuenta de que, por su supervivencia económica y personal, su mundo son los bajos fondos de Night City y, por ello, debe convertirse en uno de los edgerunners que operan fuera de la ley.
El suspense, el drama, la ciencia ficción, la acción y, por supuesto, la estética cyberpunk, se dan la mano en este anime, que tiene una trama más cruda, seria y adulta que algunas de las anteriores obras del estudio de animación, pues incluye escenas muy explícitas de violencia y ciertas imágenes sexuales.
Pero, a pesar de sus diferencias, se nota enormemente la mano de Studio Trigger, especialmente en los colores, la animación fluida, el lujo de detalles y la cantidad de expresiones y gestos de los personajes, que los hacen realistas dentro de lo irreal que es esta distopía. Sin duda, Hiroyuki Imaishi y Masahiko Ohtsuka han sabido encontrar el toque que diferencia a sus obras de las demás, pues es inevitable que esta serie recuerde a la estética de Kill la Kill o Promare.
Y, aunque los que hayan jugado a Cyberpunk 2077 encontrarán pequeñas referencias y cameos -especialmente el de Adam Smasher-, esta serie puede disfrutarse perfectamente sin necesidad de conocer ni un ápice de la historia del videojuego.
Es por ello que Cyberpunk: Edgerunners ha dado en el clavo, en un único golpe quizá demasiado complicado, pues ha conseguido atraer a los espectadores de Netflix teniendo la complicada fama del juego detrás. Y lo ha hecho sabiendo filtrar y resaltar los aspectos más interesantes del juego de rol original y presentando una obra no solo atractiva, sino con una personalidad propia.
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