Así es '30 monedas': la última traición de Judas

Eduard Fernández, Megan Montaner y Miguel Ángel Silvestre se confiesan con nosotros después de haber pecado en '30 monedas', la serie de Álex de la Iglesia.
Megan Montaner y Miguel Ángel Silvestre en '30 monedas'
Megan Montaner y Miguel Ángel Silvestre en '30 monedas'
Megan Montaner y Miguel Ángel Silvestre en '30 monedas'

Cuando Judas Iscariote traicionó a Jesús de Nazaret por 30 monedas de plata no podía saber que acabaría inspirando 30 monedas, una serie perpetrada por Álex de la Iglesia para HBO, en ocho trepidantes episodios. Cabe preguntarse si le hubiera gustado. En los títulos de crédito, filmados en trascendente ralentí y con música bíblica de Roque Baños, Judas aparece acompañando a Jesús en su calvario, antes de colgarse de un árbol. “Es una crucifixión un poco extraña –señala el director de Las brujas de Zugarramurdi (2013)– porque por primera vez Cristo aparece riéndose en la cruz”.

Lo que a Cristo le hace gracia no es ningún chiste: en 2006 se presentó en sociedad, tras no pocas vicisitudes, el Evangelio de Judas, un texto que llevaba la friolera de 1.700 años desaparecido. En aquellas 13 planchas de papiro deteriorado se afirma que fue el propio Jesús quien ordenó a Judas que le traicionara, para sacrificar así su cuerpo y liberarse como ser divino. Se supone que este evangelio no oficial es obra de los cainítas, que adoraban a Caín y despreciaban a Abel por su debilidad. Pero la revelación es contundente, Judas sería el mejor de los apóstoles.

Megan Montaner en '30 monedas'
Megan Montaner en '30 monedas'

Sobre esta polémica base teológica reposa la serie coescrita por De la Iglesia y Jorge Guerricoechevarría, su cómplice desde Mirindas asesinas (1990): “Es una serie muy de género, pero todo es verdad y está muy documentado. Partimos de la base de que si Dios es todopoderoso, permite todo lo que ocurre. Entonces, ¿cuál es el papel de Judas? Los personajes pueden llegar a preguntarse si realmente están haciendo lo que quieren, o más bien lo que Dios quiere que hagan. Esto mina su manera de ver el mundo, y también aparece una gente que cree que Dios no es bueno”. En efecto, el Mal podría formar parte del plan divino, con todo lo que eso implica. Solo daremos una pista al respecto: un inquietante Manolo Solo sabe mucho del tema.

De la Iglesia, a pesar del apellido, se considera católico, pero a su manera: “Hace cientos de años que no me confieso, pero el catolicismo es la única religión que ama al pecador, y eso me gusta mucho”. Miguel Ángel Silvestre, que da vida al atolondrado alcalde de Pedraza (Segovia), el pueblo donde se desarrolla buena parte de una trama que no tarda en internacionalizarse, tampoco se ve a sí mismo como una persona particularmente espiritual, aunque las circunstancias en las que se vio involucrado en la serie sí lo fueron: “Mi padre acababa de morir, y entonces una persona con una sensibilidad muy especial me dijo que, en menos de una hora, recibiría una muy buena noticia. Y así fue, recibí un mensaje de mi representante que me dijo que me habían ofrecido el papel, y que los guiones eran alucinantes".

Próximamente lo veremos en Sky Rojo, de los creadores de La casa de papel: “Ahí soy un sicario que persigue a unas prostitutas a la fuga. Es muy distinta, con una violencia muy estilizada que recuerda a Tarantino o Guy Ritchie: cuando parece que te va a doler el golpe, te ríes por otra cosa”.

Los secretos de Pedraza

Megan Montaner, que pone cuerpo a una escultural veterinaria de Pedraza, se ríe con nosotros al dudar de si el pueblo segoviano esconde más o menos secretos que la popular teleserie en la que participó: “Hombre, El secreto de Puente Viejo tenía más de 2.300 capítulos, pero sí, en Pedraza pasan muchísimas cosas”. Si en el serial de Antena 3 ejercía de partera, aquí trae al mundo a un niño… nacido de una vaca. 

Otra blasfemia Made in De la Iglesia, que en 30 monedas no consigue aguantarse la risa. Su idea era que la serie fuese puro terror, pero ya sabemos que el costumbrismo castizo le pierde, y que lo maneja muy bien. Silvestre nos confía que el director bilbaíno “rodaba una misma escena en un tono más divertido y otro más de terror, porque decía que quería descubrir luego, en la sala de montaje, cómo quedaba mejor”.

Eduard Fernández en '30 monedas'
Eduard Fernández en '30 monedas'

Como Puente Viejo, Pedraza congrega a todos sus habitantes, desde el sargento de la Guardia Civil (Pepón Nieto), superado por los acontecimientos, a la muy acaudalada y emprendedora esposa del alcalde (una Macarena Gómez que hiela la sangre), pasando por el farmacéutico, diversos campesinos, el clásico bar-lugar de reunión y hasta el tonto del pueblo. Pero la indiscutible estrella de la función es un anabolizado y muy tuneado Eduard Fernández: el padre Vergara.

Como el añorado Álex Angulo de El día de la bestia (1995), Vergara es un cura de armas tomar, que llega al pueblo arrastrando un oscuro pasado de exexorcista, exboxeador y expresidiario. “Es un soldado de Dios”, sentencia De la Iglesia: “Los curas son soldados que luchan contra el demonio, y por eso tienen todo mi respeto”. Fernández dice que Angulo no fue un referente a la hora de componer a su personaje. Pero el director reconoce que sus obsesiones vertidas en 30 monedas remontan a más de 25 años atrás.

“El día de la bestia nació como una respuesta al shock que sentí cuando vi El exorcista (W. Friedkin, 1973), una película que por cierto disparó la fe cristiana, porque para entrar en el club de la religión tienes que creer en el Diablo. Y 30 monedas me ha permitido entregarme al género sin miedo. Friedkin, Carpenter, Lovecraft...” En fin, una fiesta, la fiesta de Judas. Seguro que se lo pasaba en grande viéndola.

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