Zombies 'made in Spain': los muertos vivientes al estilo ibérico

¿Creías que los poseídos caníbales de la saga '[REC]' eran los primeros en asomarse a nuestras pantallas? Aquí te contaremos la historia de los zombies españoles. Por YAGO GARCÍA
Zombies 'made in Spain': los muertos vivientes al estilo ibérico
Zombies 'made in Spain': los muertos vivientes al estilo ibérico
Zombies 'made in Spain': los muertos vivientes al estilo ibérico

A estas alturas, te suponemos enterado de que los zombis/poseídos/infectados por la Niña Medeiros han vuelto a los cines, esta vez para sabotear la boda de Leticia Dolera (una novia guapísima, con motosierra o sin ella) y de su chico Diego Martín. Es decir, que [REC] 3: Génesis, la tercera (y antepenúltima) entrega de la saga de Jaume Balagueró y Paco Plaza llegó ayer a los cines, para convencernos de que es una de las películas españolas más originales, gamberras y divertidas del año.

Ante esta coyuntura, en CINEMANÍA hemos decidido repasar las aportaciones de aquí al género de muertos vivientes... Y hemos encontrado más de las que pensábamos. Desde las producciones de serie B de los 70 a los experimentos más actuales, te ofrecemos este informe que (parafraseando al Alfredo Landa de Vente a ligar al Oeste) hemos elaborado al grito de "¡Traigan más zombis españoles!".

La noche del terror ciego (1972)

De qué va: Un grupo de universitarios de vacaciones descubre un monasterio abandonado en Portugal. Dicho cenobio es nada menos que una fortaleza secreta donde los caballeros Templarios bebían sangre para obtener la inmortalidad. Como comprobarán los protagonistas, los monjes guerreros tuvieron demasiado éxito en lo suyo.

Conexión Medeiros: Si La noche de los muertos vivientes es el hito fundacional del cine de zombis estadounidense, La noche del terror ciego es eso mismo para los muertos vivientes en la Península. El gallego Armando de Ossorio (1918-2001) se saltó a la torera algunas normas del género en su vertiente romerista, haciendo que los cadáveres templarios (algo cortos de vista por lo demás) bebiesen sangre en lugar de darse a las habituales orgías caníbales, y acentuando el componente gótico de la historia. Será porque, en la España de 1972, el universo de consumidores descerebrados al que criticaban los filmes de Romero quedaba bastante lejos. Siempre acosado por la censura, y de edad bastante avanzada, Ossorio completó toda una señora tetralogía con su particular versión de los zombis, merced a las secuelas El ataque de los muertos sin ojos, El buque maldito y la postrera La noche de las gaviotas.

La orgía de los muertos (1973)

De qué va: Un forastero llega a un pueblecito escocés para reclamar una herencia. Como suele ser habitual, el muy incauto descubrirá que el lugar abunda en espantos de toda índole, presididos por un mad doctor necrófilo y aficionado a reanimar cadáveres.

Conexión Medeiros: Armando De Ossorio inauguró el cine español de zombis, y los productores y directores de esa fábrica de espantos que era el cine español de los 70 vieron que aquello era bueno. El título español de La orgía de los muertos coincide con el de un filme de Ed Wood, pero eso afortunadamente no es un presagio de su calidad: esta cinta de José Luis Merino (uno de esos currantes que lo mismo te rodaba una de terror, que una de nazis, que Superagentes en Mallorca) nos remite más al terror de la productora británica Hammer, lleno de mansiones señoriales, villanos en batín y pantanos envueltos en niebla.

El espanto surge de la tumba (1973)

De qué va: Tras invocar imprudentemente al espectro de un hechicero ajusticiado siglos ha, un grupo de jóvenes viajan a la finca donde este habitó en vida buscando un tesoro. El hecho de que el lugar se llame Villa De Sade debería desanimarles, pero no.

Conexión Medeiros: En cualquier informe sobre terror español, del género que sea, el nombre de Paul Naschy tiene que salir por narices. Bueno, en lo tocante a los hombres-lobo, un poco más, pero el halterófilo y cineasta también fue partícipe de la pasión por los muertos vivientes. Carlos Aured, director con el que Naschy rodó El retorno de Walpurgis (y que, posteriormente, firmaría El fontanero, su mujer y otras cosas de meter), rodeó aquí al actor principal de un harén de bellezas cañís tales que María José Cantudo (reina sinuosa de los zombies), Helga Liné y Emma Cohen. Bueno, y también le encasquetó de secuaz a Luis Ciges: no se puede tener todo. En 1983, el filme tuvo una secuela titulada Latidos de pánico.

No profanar el sueño de los muertos (1974)

De qué va: En los alrededores de Manchester, una plaga de cadáveres ambulantes siembra el terror. ¿Se deben sus desmanes a una antigua maldición? Pues no: todo es culpa de una máquina de ultrasonidos creada para desparasitar las zonas agrícolas.

Conexión Medeiros: Tras catar el realismo (Historia de una chica sola) y el terror gótico (Ceremonia sangrienta), y antes de revelarle al mundo "el felpudo de la Cantudo" en La trastienda (primer desnudo integral del cine español, ahí es nada), Jorge Grau hace debutar en nuestra filmografía la vertiente más científica del fenómeno zombie. Coproducida con Italia y rodada parcialmente en Inglaterra, todo un lujo, No profanar el sueño de los muertos renuncia al lirismo siniestro y al charme de las películas de Armando de Ossorio para acentuar las dosis de gore y deslizar ciertos aspectos de crítica social. Esta película recibió el premio al mejor director y la medalla de plata en el Festival de Sitges.

El liguero mágico (1980)

De qué va: Tras el fallecimiento de su tío Marcelo, la bella Adriana Vega debe mudarse a su viejo caserón, que por supuesto está encantado. Los habitantes de la villa (encabezados por Maria Luisa Ponte) conspirarán contra ella para que no encuentre el tesoro del difunto, mientras que un desastroso pasante notarial (Andrés Pajares) será su único aliado.

Conexión Medeiros: Admitámoslo: ni siquiera los zombis ibéricos se libraron del destape. El inefable Mariano Ozores dirigió este filme cuando la moda de los muertos vivientes suscitada por Armando De Ossorio estaba ya algo caducada, pero El liguero mágico tiene su representación cadaver en la persona del mismísimo tío Marcelo, encarnado por un Antonio Ozores que (en palabras de Pajares) guarda cierto parecido con Miguel Bosé. Además, el señor tiene una criada muda que le limpia las telarañas: ya podrían aprender en The Walking Dead, ya.

La tumba de los muertos vivientes (1981)

De qué va: ¿Creías que los zombis nazis los inventaron en Noruega? Pues no: se los sacó de la manga nuestro Jess Franco. Entre las cintas del prolífico cineasta y colaborador de CINEMANÍA se halla esta pieza en la que unos difuntos del Afrika Korps se levantan de sus tumbas en el desierto.

Conexión Medeiros: En una obra tan desmesurada como la de Franco, no podían faltar las películas con cadáveres ambulantes, algunas de las cuales (como La mansión de los muertos vivientes, 1985) hibridarían a los monjes ciegos de Armando De Ossorio con su intransferible y morboso sentido del erotismo. Ahora bien: la incursión más celebrada del director de Vampyros Lesbos y Miss Muerte en el género es esta cinta coproducida con Francia, que cuenta con sus inseparables Antonio Mayans (encarnando a un jeque árabe) y Lina Romay. Y, como Jess es Jess, estamos dispuestos a creernos que la acción transcurre en un oasis del Magreb aunque, en un cartel visible en una de las primeras escenas, se lea claramente "Badajoz".

[REC] (2005 2007)

De qué va: ¿Es que tenemos que recordarlo a estas alturas? Bueno, va: una reportera acompaña a un grupo de bomberos en lo que parece una situación rutinaria, que se revela como una hecatombe canibal en pleno centro de Barcelona.

Conexión Medeiros: En fin... Digamos que, cuando el cine fantástico español apenas resurgía de su sueño, tras casi dos décadas de ninguneo industrial, falta de presupuestos y desprecio crítico, Jaume Balagueró y Paco Plaza nos revelaron que, para hacer una película terrorífica de éxito en todo el mundo sólo hacían falta unas cuantas cámaras de vídeo, mucho descaro e imaginación y, claro está, Manuela Velasco. Aclamada internacionalmente, sujeta a un fallido remake estadounidense (Quarantine) y a un resumen en un minuto aclamado por uno de sus autores, [REC] ha generado dos secuelas y sentado un precedente del cual, esperamos, nuestros cineastas más jóvenes hayan tomado buena nota.

La hora fría (2006)

De qué va: Tras una catástrofe de origen desconocido, un grupo de supervivientes aguanta a duras penas los embates de los muertos ("los extraños") en un refugio subterráneo. Un día, uno de los monstruos muerde a un niño, y...

Conexión Medeiros: Eclipsado por el éxito de [REC], este filme del siempre inclasificable Elio Quiroga (Fotos) resulta uno de los poquísimos ejemplos, por no decir el único (que sepamos) de terror zombi postapocalíptico made in Spain. Original, extraña y muy triste, La hora fría puede parecer merecedora de un éxito mayor del que tuvo, siempre que la presencia de Silke como protagonista no ejerza un efecto disuasorio sobre el espectador. ¿Alguien se anima a redescubrirla?

El síndrome de Lázaro (2007)

De qué va: Cinco personajes enfrentados a un apocalipsis zombi descubren cosas muy incómodas sobre los engendros putrefactos, y sobre sí mismos.

Conexión Medeiros: Resulta irónico mencionar un filme como El síndrome de Lázaro en este informe. No porque la película de César del Álamo resulte particularmente mala, sino porque permanece enterrada, es decir, que sigue inédita cinco años después de su producción. Esperemos que Perros muertos, un filme español de temática zombi rodado en 2011 y protagonizado por Hugo Silva, no siga su mismo camino...

28 semanas después (2007)

De qué va: Tras la plaga del virus de la ira que casi destruye Gran Bretaña, los supervivientes son alojados en Canary Wharf, la zona de rascacielos de Londres. Los problemas de una familia disfuncional (el padre es Robert Carlyle) acabarán desatando de nuevo el caos.

Conexión Medeiros: Sí, sabemos que esta película es teóricamente británica, que continúa el filme de Danny Boyle 28 días después y que su elenco, en el que hallamos a Jeremy Renner e Idris Elba, es angloparlante. Pero resulta que la dirige nuestro Juan Carlos Fresnadillo, y ante ese dato, no podemos sino incluirla aquí. Por otra parte, su aprovechamiento de un entorno asfixiante y la forma en la que su guión combina el drama familiar con la historia de horror biológico resultan ejemplares: más de un capitoste de Hollywood debería fijarse en ella a la hora de resucitar cadáveres.

Papá, soy una zombie (2011)

De qué va: Siendo la hija de un funerario con muy buen humor, es natural que Dixie prefiera la compañía de los muertos a la de las niñas pijas de su instituto. Una huída nocturna hará que pase a las filas de los muertos vivientes.

Conexión Medeiros: Abandonamos el mundo de las criaturas putrefactas con una nota ligera y alegre. Esta cinta de animación, candidata al Goya, supuso una sorpresa muy agradable entre los estrenos de primeros de año por su combinación de sustos (de esos que los más peques adoran) con buen humor y moralejas sin sermones. Además, el personaje de Isis, la zombi egipcia y momificada, nos parece encantador.

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