Viaje a la perturbada mente de Mel Gibson por 2,7 €

El desarrollo de un nuevo proyecto en Hollywood muchas veces puede convertirse en una experiencia infernal y desesperante. ¿Pero qué ocurre cuando los encargados de sacarlo adelante pasando varias horas del día juntos son el nada calmado Joe Eszterhas (guionista de Flashdance, Instinto básico y Showgirls) y Mel Gibson (sobran los comentarios)? Pues que la catástrofe está casi asegurada, como así ocurrió cuando el guionista húngaro y el director-actor estadounidense de origen australiano se reunieron para preparar The Maccabees, el último proyecto como director de Gibson, ya puesto fuera de circulación por Warner.

Te contamos la que se lío en este artículo, con transcripciones de la carta que un enfadado y quemadísimo Eszterhas le envió al cineasta tras meses de trabajo en los que acusaba a Gibson de referirse a los judíos como "hebes", "los horneados", o "judiítos" y decir que "el Holocausto es un montón de mierda", así como de fanfarronear del maltrato hacia su ex mujer Oksana Grigorleva ("representaste frente a mí la escena en la que la golpeaste, añadiendo: 'Sólo la abofeteé un poquito") y decir delante del hijo de 15 años del guionista que iba "a follársela por el culo y a apuñalarla, las dos cosas al mismo tiempo". Cuando la carta llegó a la prensa, Mel Gibson respondió negando todas las acusaciones, afirmando que "una persona de principios, como tú afirmas ser, nunca hubiese aceptado trabajar conmigo si yo fuese la persona a la que describes".

Sin embargo, lejos de cerrar la historia, Eszterhas, que nunca renuncia a una buena polémica, ha escrito el libro Heaven and Mel, donde relata con detalle y en primera persona todo lo acontecido durante su experiencia preparando The Maccabees con Gibson, de lo que la carta anterior eran highlights. El libro ha sido editado por Amazon sólo como e-book directamente para su línea de Kindle Singles y puede comprarse por poco menos de 2,7 €. Conociendo cómo se las gasta Eszterhas, el sensacionalismo y la rabia están asegurados; de hecho, las primeras reseñas ya especifican cómo el autor hace una catalogación exhaustiva de todas las enrabietadas referencias de Mel Gibson al sexo oral, llamándole "el mayor portavoz de los placeres de la felación desde Bill Clinton".

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