'The Beatles Get Back': ¿Por qué se separaron Los Beatles? Peter Jackson tiene la respuesta

El director de ‘El señor de los anillos’ indaga a lo largo de siete horas de metraje en las razones que terminarían con la ruptura de la mítica banda
The Beatles Get Back
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Linda McCartney
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"Dentro de 50 años se dirá que los Beatles se separaron por Yoko Ono", se ríe Paul McCartney en un momento de The Beatles Get Back, la serie documental dirigida por Peter Jackson que Disney + estrena estos días. Resulta irónico y a la vez sorprendente que la banda discutiese en términos tan analíticos las razones de su separación. McCartney, que enseguida se revela como el mandamás del cotarro, habla abiertamente de cómo, desde que Yoko Ono ronda por ahí, surgen menos y peores canciones de Los Beatles. “Sin embargo –añade–, es una tontería impedir que venga, John [Lennon] y ella quieren estar juntos y es comprensible. No tiene sentido negarse”.

Cuando Let it Be se estrenó, los fans de los Beatles, bombardeados por las noticias de la separación de la banda tras la grabación de Abbey Road, proyectaron el mal rollo entre Paul, John, George y Ringo en la película de Michael Lindsay-Hogg. O al menos, así lo ve Peter Jackson, que en The Beatles Get Back ha intentado hacer un recuento de estos ensayos y el posterior concierto, el último de los Beatles, más ajustado a la realidad. Empezando por las horas de metraje, siete horas divididas en tres capítulos, de las 60 que Lindsay-Hogg grabó para Let It Be. 

The Beatles Get Back, por tanto, es un documental de found footage, con una breve introducción que contextualiza la fama de los Beatles para quien haya pasado los últimos cien años viviendo en Marte. Es un larguísimo ensayo en el que la banda prueba un nuevo repertorio que luego conformará el disco Let It Be. Entre canción y canción, John, Paul, Ringo y George discuten con su círculo más íntimo -mujeres, managers, agentes de prensa...- dónde celebrarán el concierto que están preparando, desde unas ruinas romanas, un crucero, hasta el tejado londinense sobre el que finalmente tuvo lugar, una decisión aventurada para la ciudad más lluviosa del mundo. Pero entre improvisaciones y decisiones estratégicas se van colando también conversaciones sobre el presente y el futuro de la banda, las tensiones entre ellos y, lo que es más interesante, sus propias personalidades, convirtiendo a la película en el mejor y más preciso retrato del grupo.

Más allá del ingente esfuerzo de concisión –entendemos por qué solo el director de El señor de los anillos se aventuraría en una gesta de estas proporciones–, a Jackson le honra la decisión de intentar contar qué pasó con la banda en aquel momento limitándose a las imágenes de archivo, sin entrevistas ni reinterpretaciones cincuenta años después. De esta manera, deja en manos del espectador la posibilidad de formarse una u otra opinión, aunque no faltan las voces que, al reconocer a McCartney y Ringo y a las viudas de Harrison y Lennon en los títulos de crédito, lo atribuyen todo a un lavado de cara.

The Beatles Get Back
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Disney+

¿Cuál es mi opinión de este retrato? Que la fama raza vez hace justicia a la realidad. Ni Paul McCartney parece tan tirano y controlador, aunque claramente es el que lleva la batuta, ni George Harrison tan yogui zen, probablemente porque hubiese llegado a su límite de paciencia con el ninguneo al que Paul y John sometían a sus canciones. Las pocas composiciones propias que canta en la serie son tan buenas como las de los otros dos, por cierto. Lennon se revela como un fumeta sin ganas de problemas, que llega tarde siempre y con un chiste en la punta de la lengua, hasta en la circunstancia más tensa, y a Ringo... lo tienen que despertar en más de una secuencia. 

Otros invitados especiales aparecen en escena. Peter Sellers, en una breve intervención, Linda McCartney ejerciendo de fotofija del rodaje… En una bonita derivada metacinematográfica es interesante ver al director del material original, Lindsay-Hogg, preocupándose porque, a pesar de las tropecientas horas filmadas, no hay una historia que contar.

Yoko Ono merece un párrafo propio. Es omnipresente en la serie documental y siempre aparece pegada a John Lennon. A veces, los escucha tocar. Otras, lee una revista o un periódico, come algo, teje, bebe un té, se arranca a cantar... Pero nunca interfiere en las discusiones de los Beatles. Ni opina ni comenta. Esa discreción enseguida te hace preguntarte qué tiene de cierto la leyenda negra que ha pendido sobre ella desde la separación de la banda. ¿Es tan culpable como se nos ha querido hacer ver? Desde luego, su dependencia de Lennon no es el paradigma del feminismo pero poner sobre sus hombros una ruptura que parece atender a muchos factores, tampoco lo es.

Al borde de la separación pero todavía capaces de pasárselo bien

El espectador que entre en The Beatles Get Back buscando las grietas del naufragio no saldrá defraudado pero sí sorprendido. Aunque no se esquivan los roces y las tensiones, las siete horas de metraje de la serie muestran a una gran banda de músicos y a un cómplice grupo de amigos capaces de pasarlo bien. Es una gozada ver a los Beatles probando arreglos, haciendo el idiota, tocando el tema principal de El tercer hombre en ratos muertos, a Paul imitando a Elvis, a John riéndose de lo que dicen de ellos los periódicos, a la hija de Paul peinando a su padre o pegándole un susto a Ringo Starr en la batería y, por supuesto, a todos, ensayando temazo tras temazo. El disfrute de los Beatles es tan pegadizo como sus canciones, es fácil tener la sensación de estar allí con los cuatro de Liverpool, en el año 1969. 

The Beatles Get Back
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Disney+

Por supuesto, también están los síntomas de agotamiento evidente. El concierto se acerca y los temas están muy poco rodados, siguen sin aclararse con el lugar donde tocarán. Y en un momento dado George Harrison deja la banda. “Hoy fui a ensayar, después de la comida dejé Los Beatles”, escribió en su diario el Beatle más espiritual, aunque unos días después el resto consiguieron convencerlo para que volviese. En la serie, Jackson incorpora una conversación en audio entre John y Paul de lo más reveladora. No solo porque se explicite la sensación de George Harrison de que todo se hace como dice McCartney, sino también por la escucha conciliadora de este.

A estas posibles razones de ruptura, Jackson añade la aparición de Alan Klein, el manager americano al que George, Ringo y John contratarían un tiempo después, a diferencia de Paul. En cualquier caso, parece decirnos Peter Jackson, fan total de la banda, lo de menos es por qué se separaron –realmente por un conjunto de factores en los que Yoko Ono pintaba mucho menos de lo que McCartney pronosticó–. Mejor es  poder pasar este rato con ellos como un espectador privilegiado. Viajar en el tiempo. Eso que solo consigue el cine.

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