[SEMINCI 2020] 'Preparations To Be Together For An Unknown Period of Time': Enamorarse es un misterio

Lili Horvát firma en su segundo largo un evocador thriller romántico, con ecos de Hitchcock, Kieslowski y Petzold, rendido a su magnética protagonista, Natasa Stork
[SEMINCI 2020] 'Preparations To Be Together For An Unknown Period of Time': Enamorarse es un misterio
[SEMINCI 2020] 'Preparations To Be Together For An Unknown Period of Time': Enamorarse es un misterio
[SEMINCI 2020] 'Preparations To Be Together For An Unknown Period of Time': Enamorarse es un misterio

“Cierro los ojos y el mundo muere; levanto los párpados y nace todo nuevamente. (Creo que te inventé en mi mente)”. La primera estrofa del poema Canción de amor de la joven loca, de Sylvia Plath, sube el telón de la evocadora Preparations To Be Together For An Unknown Period of Time, segunda película de la húngara Lili Horvát, a competición en el concurso oficial de Seminci, y un evocador melodrama de misterio, o noir romántico, que se rinde al magnetismo de Natasa Stork, su actriz protagonista.

Stork es menuda y distante, tiene los ojos azulísimos y su presencia hace pensar en Lily Taylor y también en Gene Tierney. Ella interpreta a esa mujer loca a la que alude el poema de Plath, aunque en la película su personaje sea una reputada neurocirujana, silenciosa y algo distante. Pocas cosas tan hermosas en el cine que acompañar a un personaje racional en su proceso de perder la cabeza por amor. Horvát lo sabe y su película se vuelca en filmarlo elegantemente, con ese halo de enigma y miedo que se siente cuando uno o una se da cuenta de que se ha enamorado.

Bajo la batuta musical del compositor Gábor Keresztes, en Preparations To Be Together For An Unknown Period of Time el amor, el deseo y el misterio se despliegan en forma de una sonata en varios tiempos. Stork es Márta Vizy, una sólida neurocirujana que, perdidamente enamorada de un colega a quien conoció en un congreso, viaja de Estados Unidos a Hungría solo para cumplir la endeble promesa que se hicieron entonces de citarse al cabo de un mes en el Puente de la Libertad de Budapest, que cruza el Danubio. Obviamente, él, Janos Drexler (Viktor Bodó), también médico, no se presenta y cuando ella va en su busca a su lugar trabajo, la Facultad de Medicina, Janos parece no reconocerla. Perturbada por el rechazo, en vez de marcharse, Márta comienza a trabajar en el Hospital Clínico vecino a la Facultad con el anhelo de cruzarse de nuevo con su amado.

No cuesta encontrar en el argumento de Preparations To Be Together For An Unknown Period of Time ecos de Alfred Hitchcok (Vértigo. De entre los muertos), Kristof Kieslowski (La doble vida de Verónica) o Christian Petzold (Phoenix). Como en todas esas películas, a Horvát le interesa más el estado de ánimo de su protagonista que obsesionarse con la verosimilitud y los recursos plásticos que utiliza ayudan a enfatizar ese perder la cabeza que palpita en el nudo gordiano del drama: los primerísimos planos con los que Horvát filma a Márta explicando su enamoramiento nos hablan de una fragilidad inusitada (sus ojos azules vibran sobre un fondo turquesa); los planos generales en el hospital ahondan en la extrañeza del personaje, una extranjera de sí misma; mientras que los juegos de foco subrayan el vaivén de atenciones y huidas que se articula en cada uno de los encuentros de Márta y Janos.

Esa tensa seducción de Preparations To Be Together For An Unknown Period of Time está rodada en 35mm, en una apuesta generosa de la cineasta por dotar de materialidad a una historia sobre el amor entendido como un fantasma, es decir, entendido como el complejo y disfuncional entramado emocional que proyectamos sobre un desconocido cuya química encaja con la nuestra. Una química y una red de emociones que por supuesto, como apostilla Hórvat, penden siempre de un hilo.

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