SEFF 2022 | 'Vera': cuando la vida no es exactamente como un spaghetti western

Este falso documental explora con cercanía y naturalidad la vida de Vera Gemma, la hija de un famoso actor italiano y una celebridad de segunda fila en Italia.
Imagen de 'Vera'
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Cinemanía
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Vera Gemma. Actriz. Italiana. 52 años. ¿No le suena? ¿Y si le dijeran que es la hija de Giuliano Gemma, uno de los actores más importantes del cine italiano, todo un rostro en la historia del spaghetti western? Un poco más, aunque tampoco demasiado. Pues bien, esta mujer se acaba de convertir en uno de los grandes personajes que nos ha dado el cine este año. Y, tras recibir el premio a mejor actriz en el Festival de Venecia, ahora Vera se ha dejado pasar por el Festival de Sevilla para confirmar que su humildad y campechanía también pueden conectar con el público español.

Porque Vera, la película que se ha presentado dentro de la Sección Oficial del certamen, trata de demostrar que la persona va mucho más allá del nombre o la descendencia. A modo de falso documental pero poblado de situaciones y personajes reales, la película narra un episodio en la vida de esta mujer, celebridad de segunda fila en Italia quien sin embargo esconde un enorme corazón tras ese pecho que ansía operarse para hacer más grande aún.

La directora Tizza Covi, codirectora del filme junto a Rainer Frimmel, contaba en su presentación que cuando conoció a Gemma inmediatamente la juzgó, como hacen todos los personajes en la película y como le sucede en la vida real. Pero le dio un voto de confianza y cuando comenzó a conocerla de verdad descubrió a una persona encantadora y reflexiva, con un amplio conocimiento cinematográfico (fruto también de su experiencia en los rodajes de su padre) pero sobre todo con unos dramas personales que merecían ser llevados a la gran pantalla.

Imagen de 'Vera'
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Lejos de centrarse en el mundo del artisteo y las celebrities en Italia, Vera toma un cambio de rumbo muy pronto y traslada su historia hacia un barrio humilde de Roma. Vera y su siempre desconfiado chófer, Walter (Walter Saabel), se cruzan en el camino de Daniel (Daniel de Palma) y su hijo Manu, a quien por accidente atropellan y rompen un brazo. A partir de ahí, Vera abandonará su mundo de película con la férrea convicción de querer adentrarse en lo que ella llama "el mundo real", esa vida más humilde y campechana en la que cree encontrarse a sí misma por fin.

Vera es una película que aborda muchos temas interesantes y actuales y todos ellos de la misma forma, con esa visión de la propia Gemma tan desprovista de prejuicios, natural, cercana y a la vez ciertamente desde una ingenuidad casi infantil. El primero de esos temas y el más evidente es el del peso de cargar con un apellido como el suyo. "Tener a tu padre te debe de haber abierto muchas puertas", le espeta un personaje en un momento dado, a lo que ella matiza "que también le ha cerrado muchas otras". Vera ha tenido que cargar toda su vida con la losa de no estar a la altura de su padre, ni actoral ni sobre todo físicamente.

Porque otro de los temas sobre los que versa la película es la idea de la belleza. Un concepto que va mutando a lo largo del filme pues la propia Gemma varía irremediablemente en su concepción de esta belleza, desde la natural (que no se cansa nunca de alabar) hasta una nueva belleza ilustrada en las personas trans. Un ideal de belleza que ella misma lleva persiguiendo toda su vida y que en gran medida explica sus extravagantes looks de cowgirl, sus vicios con el lujo o las múltiples operaciones con las que ha intentado mejorar su cuerpo hasta un punto de no retorno.

Imagen de 'Vera'
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Pero sin duda donde más lúcida se siente la película es en su amargo retrato de una desilusión, un fracaso detrás de otro, el castigo de Sísifo al que Vera se ve sometida por su personalidad pero sobre todo por vivir sumida en el mundo del cine. Una mujer que ha crecido entre rodajes de westerns, que nunca le ha faltado de nada y que sabe recitar de memoria cualquier monólogo de Tony Montana en Scarface es también una mujer incapaz de comprender por qué un edificio entero no dispone de agua corriente. 

Su espíritu le lleva a intentar resolver cualquier problema a través del dinero, cuando no se da cuenta de que hay algunas cosas que van mucho más allá. Este es un duro viaje en el que ella tendrá que aprender que la vida no se parece tanto como ella pensaba a los westerns de su padre, y que en la vida, ni los que parecen malos lo son ni los que parecen buenos lo son tanto. Y si no que se lo pregunte a su chófer Walter.

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