[SEFF 2021] 'Outside Noise': sobre lo que ocurre mientras pensamos a dónde ir

De forma tranquila y calladamente conmovedora, Ted Fendt filma entre Viena y Berlin la incertidumbre vital de tres amigas. 
Fotograma de 'Outside Noise'
Fotograma de 'Outside Noise'
Fotograma de 'Outside Noise'

Las películas de Ted Fendt, que ha dirigido tres concisos largos hasta la fecha, no hacen ruido. Menos todavía a día de hoy, en que la hegemonía de las plataformas de vídeo parece haber absorbido y desdibujado en gran parte lo que hace un par de décadas todavía llamábamos cine independiente norteamericano. La presencia de su filme en el SEFF se explica por su condición de coproducción entre Corea, Alemania y Austria; el grueso de Outside Noise, de hecho, sucede entre Viena y Berlin.

A la capital alemana llega Daniela, desde Nueva York, para visitar a su amiga Mia. Cuando ambas viajen a Viena se les unirá una tercera amiga, Natasha. Las tres parecen hallarse en uno de esos periodos inciertos, nebulosos, en los que, simple y llanamente, no sabes muy bien qué hacer con tu vida. Daniela, además, sufre de insomnio.

El cine tiende a acercarse a estas angustias vitales trazando un arco de reconciliación o descubrimiento, visualizando un conflicto que puede o no resolverse. A Fendt, sin embargo, no le interesa tanto urdir una narrativa que llegue a alguna parte —véase, por ejemplo, la tierna y divertida escena que cierra la película— sino observar los momentos de reposo, intimidad, lecturas e inquietudes compartidas de sus protagonistas, con quienes el cineasta norteamericano ha trabajado conjuntamente el guión.

Rodando en 16 milímetros y con un equipo muy reducido, Fendt logra una intimidad prodigiosa, mecida en algunas tomas por las oscilaciones de la luz natural que la cámara acierta a registrar. Con los sonidos del tráfico y de la naturaleza por toda banda sonora, Outside Noise discurre entre paseos y conversaciones, abrazando con una serenidad en absoluto exenta de humor el paso de los días.

Las películas de Ted Fendt no hacen ruido y, sin embargo, pulsan teclas que nos interpelan de forma inesperada, quizá por detenerse a explorar un tipo de frustraciones y vulnerabilidades que a menudo cuesta verbalizar o incluso identificar de buenas a primeras. Outside Noise dura poco más de una hora, igual que sus dos largometrajes previos, lo que la hermana con la tradición de brevedad de los maestros de la serie B clásica. Y pertenece, a fin de cuentas, a uno de los subgéneros más hermosos del cine: aquel que ajusta sus ritmos a los del acto de deambular, de caminar pensando en aquello de que nunca podremos volver a casa.

¿Quieres estar a la última de todas las novedades de cine y series? Apúntate a nuestra newsletter.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento