Las 10 bandas sonoras imprescindibles de Ryuichi Sakamoto

El músico y actor japonés, ganador del Oscar en 1988, trabajó con Bertolucci, Almodóvar e Iñárritu, entre otros. 
Ryuichi Sakamoto durante un concierto en Londres (2018).
Ryuichi Sakamoto durante un concierto en Londres (2018).
Chiaki Nozu
Ryuichi Sakamoto durante un concierto en Londres (2018).

Ryuichi Sakamoto, el compositor japonés fallecido el 28 de marzo, fue un funambulista durante toda su carrera. Pese a su formación clásica, se convirtió en un pionero del techno y el pop electrónico con su grupo Yellow Magic Orchestra, y pese a su facilidad para llegar al gran público no dudó en desafiar a los oyentes tanto en sus discos en solitario como en su otra ocupación destacada: las bandas sonoras.  

Cinéfilo hasta el final (su devoción por Jean-Luc Godard era bien conocida), Sakamoto fue un artista extremadamente prolífico cuyo nombre apareció en los créditos de decenas de películas, y cuyo talento le llevó a ganar un Oscar en 1988. Esta selección aspira a hacer justicia a un explorador incansable capaz de demostrar lo frágiles que son las fronteras entre lo 'popular' y lo 'culto'.

'Feliz Navidad, Mr. Lawrence' (1983)

Tras escandalizar al mundo con El imperio de los sentidos, Nagisa Ôshima bajó las revoluciones (en apariencia) embarcando a Sakamoto y David Bowie en una historia de homoerotismo cruel ambientada durante la II Guerra Mundial. El músico japonés pasó con nota la prueba de un filme que no solo supuso su primer trabajo como actor, sino también su debut como compositor de bandas sonoras, y que dio a la posteridad la inolvidable Forbidden Colours, uno de sus temas insignia. 

'Las aventuras de Chatrán' (1986)

A la película de Masanori Hata la rodea desde su estreno un aura siniestra debido a las acusaciones (nunca probadas, pero tampoco desmentidas) de crueldad hacia los animales protagonistas. Si podemos olvidar eso, no obstante, la BSO es un ejemplo estupendo del Sakamoto más accesible, cuando no gozosamente petardo, con algunos temas que no andan alejados de su trabajo con la Yellow Magic Orchestra. 

'Royal Space Force: The Wings of Honneamise' (1987)

Pese a que el anime no le gustaba un pelo, Sakamoto dejó su nombre en varias películas de animación, entre ellos el debut de Studio Gainax, la productora detrás de Neon Genesis Evangelion. Contar con su trabajo como director musical disparó el presupuesto de un fime ya de por sí tan ruinoso como formidable, pero a cambio dotó a la banda sonora con unos cuantos temas gloriosos y mucho más experimentales de lo habitual en su producción para el cine. 

'El último emperador' (1988)

Sobrado de ego y amigo de los desafíos, Sakamoto aceptó el reto de trabajar para un cineasta tan megalómano como Bernardo Bertolucci en su doble faceta de actor y compositor. Tamaño reto le hizo sudar tinta mientras se empapaba de la música clásica de China, pero la banda sonora resultante (que también incluyó temas de David Byrne, por entonces aún líder de Talking Heads, Cong Su) acabó llevándose el Oscar.

'Tacones lejanos' (1991)

Su Oscar por El último emperador convirtió a Ryuichi Sakamoto en un nombre solicitado por los cineastas occidentales. Y, si sus trabajos posteriores para Bertolucci (El cielo protector, El pequeño Buda) tienen mucho interés, esta partitura para uno de los títulos más desaforados de Pedro Almodóvar le permitió dar suelta a su lado más melodramático. La colaboración, no obstante, tuvo una buena ración de tiranteces, con el manchego tirando a la papelera algunas de las aportaciones del japonés. 

'El amor es el demonio' (1998)

Generalmente, las BSO de Sakamoto se caracterizan por sus melodías de piano y sus orquestaciones suntuosas. Sin embargo, para el filme de John Maybury sobre la relación entre el pintor Francis Bacon (Derek Jacobi) y su amante George Dyer (Daniel Craig), el músico tiró a fondo de su lado más electrónico, ofreciendo paisajes sonoros tan asfixiantes y sórdidos como los lienzos del artista irlandés. 

'Femme Fatale' (2002)

Brian De Palma es otro de los directores occidentales que han recurrido habitualmente a las partituras de Ryuichi Sakamoto. Tras colaborar por primera vez en Snake Eyes (1998, con Nicolas Cage), cineasta y músico repitieron en este thriller protagonizado por Antonio Banderas que se estrelló clamorosamente en taquilla. Al igual que la película, cuya estima crítica ha aumentado con el tiempo, la banda sonora merece una revisión. 

'Hara-Kiri: Muerte de un samurái' (2011)

Como tantos otros compositores japoneses, Sakamoto tuvo una relación complicada con la música tradicional de su país, por juzgarla demasiado evocadora del autoritarismo de entreguerras. Sin embargo, esta colaboración con el siempre majara Takashi Miike le permitió aparcar ese prejuicio y rendir homenaje a Tôru Takemitsu, responsable de una memorable partitura para el filme de Masaki Kobayashi (1962) rehecho aquí por Miike.  

'El renacido' (2015)

La película que le dio su Oscar a Leonardo DiCaprio puede resultar discutible (Alejandro González Iñárritu, es lo que tiene), pero también nos dio la oportunidad de escuchar una banda sonora de Sakamoto firmada junto a Alva Noto, uno de los colaboradores habituales del músico durante el último tramo de su carrera. Un trabajo de orquestación impresionista que, de rebote, sirvió como homenaje a los ambientes sonoros de su admirado Andréi Tarkovsky. 

'La música de Ryuichi Sakamoto' (2017)

En 2013, Sakamoto fue diagnosticado con el cáncer que ha acabado costándole la vida. Cuatro años después, durante una remisión de su enfermedad, el director Stephen Nomura Schible retrató al músico en este documental (titulado Coda en inglés) donde este reflexiona sobre su carrera, su vida y el estado de un mundo cada vez más encaminado al colapso medioambiental. El resultado: un testimonio único sobre un artista imprescindible. 

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