De los niños más inteligentes a los adultos más misántropos, nadie se resiste a las historias de Roald Dahl. Y, ahora que Wonka llega para presentarnos la juventud de su personaje más famoso (un Timothée Chalamet que ve a su personaje como "el Mozart del chocolate"), tenemos que recordar que los directores de cine y TV también han caído en esa trampa tan dulce (hasta que deja de serlo).
Wes Anderson, Danny DeVito, Gene Wilder, Steven Spielberg, Tim Burton y, el primero de todos, Alfred Hitchcock han sido algunos de los cineastas que han llevado a la pantalla las historias del escritor anglonoruego (1916-1990). Eso sin olvidar la trayectoria del propio Dahl como guionista, que dejó una huella perenne en la saga de James Bond.
Aquí están nuestros títulos favoritos de esta filmografía en la que se dan cita la comedia más loca y el noir más tenebroso.
'Alfred Hitchcock presenta' (serie, 1955-1962)
Unidos por múltiples puntos en común, desde la infancia infeliz hasta la fascinación por el horror cotidiano, Hitchcock y Dahl estaban condenados a entenderse. De esta manera, la serie creada y presentada por el gordinflas fue una plataforma de lujo para el autor, del que adaptó un total de siete relatos, seis de ellos dirigidos por ‘Hitch’ en persona y el primero de todos (Cordero para la cena, futura inspiración de Almodóvar en ¿Qué he hecho yo para merecer esto!) con guion del propio escritor.
A este capítulo le siguieron Un chapuzón en el mar, Veneno, ese El hombre del sur (con Peter Lorre y Steve McQueen) que tanto le gusta a Tarantino, La señora Bixby y el abrigo del coronel y La casera, este último con el actor Paul Henreid (Casablanca) tras la cámara. Que Hitchcock y Dahl nunca colaborasen en un largometraje resulta frustrante, pero estos pildorazos ofrecen un amplio suministro de mala uva.
'Un mundo de fantasía' (Mel Stuart, 1971)
La primera adaptación al cine de Charlie y la fábrica de chocolate puso de los nervios a Dahl. El escritor no estuvo nada contento con los 300.000 dólares de su salario ni con los cambios a sus borradores de guion, pero lo que más le puso de los nervios fue la elección de Gene Wilder como un personaje al que él imaginaba con los rasgos de Spike Milligan o Peter Sellers.
Rodeada de polémica por quítame allá unos Oompa-loompas, Un mundo de fantasía fue un inmenso batacazo de taquilla que apenas recaudó cuatro millones de dólares en EE UU. Sin embargo, los pases televisivos del filme en Navidad lo convirtieron en un título de culto. Ahora, la imagen de Wilder mirándonos con sarcasmo mientras pone su puño en la sien es uno de los memes más populares de las redes sociales.
'Solo se vive dos veces' (Lewis Gilbert, 1967)
Con sus naves espaciales, sus ninjas y sus bases secretas ocultas en un volcán, esta aventura de James Bond supuso el salto definitivo de la saga al disparate bigger than life tras la relativa sobriedad de sus primeras entregas: démosle las gracias a un Dahl cuya amistad con Ian Fleming (el creador de 007) no le impidió sentenciar que el relato original era basura.
Sin apenas intromisiones de los productores (la única exigencia fue mantener alto el censo de ‘chicas Bond’), el escritor se quedó con el título de la historia e improvisó a partir de los materiales que le brindaba la Guerra Fría: el miedo a la China de Mao, la carrera espacial... y el accidente de las bombas estadounidenses en Palomares.
Con su estética pasmosamente pop y su espectacular BSO, el filme acabó brillando con luz propia debido a su capacidad para entretener... y por la chirriante imagen de Sean Connery en modo yellowface. Claro que, si le pides corrección e inclusividad al James Bond clásico, vas más apañado que Blofeld (Donald Pleasence) y su gato.
'Chitty Chitty Bang Bang' (Ken Hughes, 1968)
Ian Fleming y Roald Dahl volvieron a colaborar en esta adaptación de un libro para niños escrito por el primero. El empeño por emular a las superproducciones Disney (especialmente Mary Poppins) llegó al punto de contratar a Dick Van Dyke como Caractacus Potts, inventor y piloto del automóvil volador que da título a la historia, y a los hermanos Sherman como autores de las canciones. La ambición salió cara: aunque la cinta funcionó en taquilla, generó ocho millones en pérdidas para United Artists.
'Tales of the Unexpected' (serie, 1979-1988)
Tras una primera experiencia como presentador en la serie estadounidense Way Out (1961), Roald Dahl repitió delante de la cámara en las dos primeras temporadas de este show, dedicado en principio a adaptar los cuentos de su volumen Relatos de lo inesperado. La serie, que contó con intérpretes tales que Susan George, Michael Gambon y John Gielgud en su reparto, duró nada menos que nueve años en antena, convirtiéndose en un título de culto.
'La maldición de las brujas' (Nicolas Roeg, 1990)
Quizás el director de Amenaza en la sombra aceptara este filme como un encargo, pero sus dotes para el mal rollo se unieron en él a las de un original ya de por sí tenebroso, más una Anjelica Huston desatadísima como la Gran Bruja y el talento pesadillesco de Jim Henson y su equipo en los efectos especiales. Así, aunque fracasara a lo bestia y convirtiese a Roeg en un apestado para los grandes estudios, tiene un lugar reservado en las listas de películas que arruinaron infancias.
'Matilda' (Danny DeVito, 1996)
Gracias al empeño de DeVito por mantener el tono destrozón del original, uno de los libros para niños más personales de Roald Dahl se convirtió en una de las adaptaciones más queridas de su obra al cine, aunque que sus cifras en taquilla resultaran modestas.
Tras este primer filme, la historia de la chiquilla telequinética (aquí, Mara Wilson) dio pie a un aclamadísimo musical que llegaría a su vez al cine en 2022: si bien Ralph Fiennes sonó como intérprete de la señorita Trunchbull, fue una Emma Thompson hasta arriba de prótesis la que finalmente se lo pasó pipa practicando el lanzamiento de niño.
'James y el melocotón gigante' (Henry Selick, 1996)
En Pesadilla antes de Navidad, Tim Burton se llevó la fama mientras Selick cardaba la lana. Esta adaptación de Dahl, con el sello Disney y Burton como productor, habría podido reivindicar el trabajo del cineasta, pero se enfrentó a mil y una pegas, desde la música (la corporación rechazó las canciones de Elvis Costello y las de Andy Partridge, imponiendo a Randy Newman) hasta el tono de un guion cuyo primer borrador corrió a cargo del vitriólico Dennis Potter, pasando por los inevitables racaneos con el presupuesto.
'Charlie y la fábrica de chocolate' (Tim Burton, 2005)
Tras entregar con Big Fish su última gran película, Burton comenzó su caída libre hacia la mediocridad convirtiendo a Johnny Depp en un Willy Wonka de tez cadavérica y gestos espasmódicos que suscitaron más de una comparación con Michael Jackson. El filme, al menos, mantuvo ciertas cotas de ambición: cinco años más tarde, Alicia en el País de las Maravillas nos haría perder toda esperanza.
'Mi amigo el gigante' (Steven Spielberg, 2016)
Con 140 millones de dólares de presupuesto y 195 en la taquilla internacional, Spielberg se la pegó a lo grande con su adaptación de El gran gigante bonachón, un proyecto que incubaba desde los 90 (Robin Williams, elegido entonces como protagonista, no supo hacerse en el material) y llegó finalmente a los cines con Mark Rylance interpretando al personaje titular, vía captura de movimiento, tras haber hecho migas con el director en El puente de los espías.
Pese a sus malos resultados, la cinta no está nada mal, y, si su fracaso demostró algo, fue que el modelo spielbergiano de hacer blockbusters se había quedado obsoleto para la máquina de Hollywood.
'La maravillosa historia de Henry Sugar', 'El desratizador' y 'Veneno' (Wes Anderson, 2023)
Tras haber adaptado a Dahl en Fantástico señor Fox (2009), su primera incursión animada, y habiéndose inspirado en su obra para otras películas (Moonrise Kingdom, Isla de perros), Anderson vuelve a coger al gremlin por los colmillos en una maniobra de prestigio con el sello Netflix.
Hablamos de cuatro cortometrajes basados en otras tantas historias del escritor, todos ellos con actores muy reconocibles (Benedict Cumberbatch, Ralph Fiennes, Ben Kingsley, Richard Ayoade y Dev Patel) moviéndose entre esos decorados, esos colores, esa ropa de marca y esos travellings laterales que todos conocemos.
Si bien el primer relato que llegó a la plataforma es hasta cierto punto idealista, mostrándonos cómo un ludópata se redime a través de la visión paranormal, los demás se cuentan entre lo más cínico de su autor, en especial ese Veneno que ya fue adaptado por Alfred Hitchcocky El cisne, otra vuelta de tuerca por parte de Dahl a los temas del acoso y el maltrato en la infancia.
Estrenados en Venecia 2023, los filmes se han llevado un aplauso casi unánime, aunque a algunos nos hubiera gustado ver a Anderson probando suerte con el Dahl más maligno e incorrecto (las historias del tío Oswald, por ejemplo): eso sí que habría sido echarle valor.
'Wonka' (Paul King, 2023)
Mejor no especular sobre cómo se hubiera tomado Roald Dahl esta película: si Un mundo de fantasía no le hizo gracia ninguna, el escritor hubiese derramado rayos y centellas ante la idea de una precuela sobre la juventud de su personaje más popular. Interpretado, además, por el chico de oro de Hollywood: un Timothée Chalamet dispuesto a darlo todo por el chocolate.
Tras enamorarnos con las dos entregas de Paddington, el director Paul King dirige a Chalamet acompañado de Hugh Grant (en el rol de un Oompa-loompa, nada menos), Olivia Colman, Sally Hawkins, Rowan Atkinson y la joven Calah Lane, entre muchos otros. ¿Nos dejará el filme un sabor dulce en los labios, o será más bien empalagoso?
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