'Murder Death Koreatown', el metraje anónimo que te volverá loco

Nunca nadie hasta ahora ha mezclado el found footage y el true crime como lo ha hecho quién sea quien esté detrás de 'Murder Death Koreatown'.
Fotograma Murder Death Koreatown
Fotograma Murder Death Koreatown
Fotograma Murder Death Koreatown

Hace unos días abrí el correo, era martes y aún así encontré en mi bandeja de entrada un Sábado Gigante Express (la newsletter de Noel Ceballos). Leí lo siguiente:

– Filmin tiene ahora mismo una película titulada Murder Death Koreatown, pero solo estará disponible durante unos días. Lo mejor que se puede decir para recomendar este experimento narrativo anónimo y altamente perturbador es que sus planteamientos formales, temáticos e incluso morales dan para una discusión bastante seria sobre los límites del true crime, el futuro del metraje encontrado, el componente lovecraftiano de ciertos espacios urbanos y la conquista de la conspiranoia sobre el terreno de la ficción detectivesca. Ahora que lo pienso, no es poco.

Evidentemente dejé todo lo que estaba haciendo en ese momento y fui corriendo a Filmin para ver esta cosa extraña.

Uno no se puede resistir a las palabras: anónimo, perturbador y conspiranoia.

Un crimen real

Fotograma Murder Death Koreatown
Fotograma Murder Death Koreatown

El 31 de julio de 2017 Misun Yoo mató a puñaladas a su marido, Tae Kyung Sung después de una discusión en la que ambos estaban bastante borrachos. Esto sucedió en el barrio coreano de Los Ángeles, Koreatown. Y por si tenéis alguna duda sobre la veracidad de este suceso aquí tenéis información sobre la sentencia.

Hasta ahora era The Jinx el true crime que había llegado más lejos en sus decisiones artísticas, teniendo en cuenta [VA SPOILER] que fue durante el propio rodaje del documental cuando su protagonista Robert Durst, sospechoso de varios crímenes, confesó su autoría despejando todas las dudas. [FIN DEL SPOILER].

Con Murder Death Koreatown los autores o el autor y autora de nombre y paraje desconocidos se alejan de lo políticamente correcto dando una dimensión ficticia, morbosa y frívola a un crimen real. Y el objetivo es que nos removamos en el sofá y, como mucho, reflexionemos sobre todo lo que comentaba Noel Ceballos en su Sábado Gigante.

¿Son motivos suficientes el entretenimiento o el arte (si pretendemos elevarlo a ello) para escarbar en un crimen donde hay una persona real que ha muerto, con sus familiares, con sus amigos, con sus vecinos?

El éxito de un 'creepypasta'

Fotograma Murder Death Koreatown
Fotograma Murder Death Koreatown
Cinemanía

Los autores de esta película, documental o lo que sea saben que en internet pega muy fuerte, fortísimo, todo lo relacionado con los creepypasta… Historias de terror basadas en leyendas urbanas que surgen o son compartidas masivamente en internet a través de foros, blogs o vídeos de Youtube. Slenderman nació en un foro y ahora tiene su propia película. Podéis buscar, hay cientos. Uno de los mejores es el creepypasta sobre el experimento ruso del sueño. Aquellos que mezclan algún detalle real con la ficción son los que mejor funcionan.

Así que las personas que hay detrás de Murder Death Koreatown crearon su propia leyenda urbana, recopilaron piezas del metraje que un tipo llamado K Anon. Este tal K iba colgando vídeos y post tras haber recibido un paquete de un viejo amigo que contenía más de 60 horas de metraje y una nota escrita a mano que no tenía ningún sentido. Por supuesto se intentó poner en contacto con su amigo pero no había rastro de él.

Aquí podréis encontrar todo ese material que se fue posteando durante meses previos al lanzamiento del filme. Podéis encontrar piezas sacadas del metraje como estas:

Y vídeos cuyas imágenes resultaron ser reales, de lugares reales, con personas reales y policías reales:

La imagen del policía con mascarilla en la puerta es real, sí. Y una de las imágenes más reconocibles del filme.

El metraje encontrado de un enfermo

Fotograma Murder Death Koreatown
Fotograma Murder Death Koreatown
Cinemanía

Tampoco nadie había llegado tan lejos en lo referente al found footage. Si El proyecto de la bruja de Blair hubiera sido anónimo su apuesta narrativa habría sido insuperable… ¿Pero qué ego se puede permitir no firmar una película?

El tipo o tipa detrás de Murder Death Koreatown ha apostado todo a la curiosidad y al morbo. La propia película cuyas únicas imágenes de posproducción son unos breves títulos de crédito anuncia que el montador de la misma prefiere estar en el anonimato y que la persona que ha grabado todas las imágenes está en paradero desconocido.

Y entramos por fin en el meollo de la cuestión:

Murder Death Koreatown es la investigación casera sobre un asesinato de un tipo que vive en un barrio de Los Angeles que está a 1h y 25 minutos andando del Paseo de la Fama. Una noche hay movimiento policial y decide salir a investigar grabando con el móvil. Encuentra sangre, habla con algún vecino de los que no obtiene muchas respuestas y comienza a pensar que todo forma parte de algo más grande.

Todo lo que el espectador ve está grabado en primera persona, como una especie de diario visual con un punto de vista exclusivamente subjetivo. Este hiperrealismo cotidiano nos va sumiendo en una vorágine de contradicciones y elementos propios de una psicopatía. Las personas que nuestro director se encuentra ven algo raro en él, lo notamos, pero no le vemos. Su novia cada vez está más cansada y triste a medida que el tipo continúa agrandando su obsesión…

Mientras realiza la investigación, nuestro hombre reflexiona sobre la vida. Sabemos que está en paro y que claramente está en mitad de una clara depresión debido a su situación laboral. Él mismo reconoce que esto de investigar le proporciona un motivo para levantarse todos los días.

Y así empatizamos con este tipo que comienza a actuar de manera errática, irascible mientras camina todos los días hacia los mismos sitios que él considera clave en la investigación.

Al comportamiento del protagonista detrás del vídeo sumamos todo lo que ocurre al otro lado de la cámara. Todo es feo en este lugar de Los Ángeles, tan feo que por supuesto no parece Los Ángeles que el cine nos ha ido mostrando durante décadas. La gente que transita por Koreatown también es gente bastante fea, bastante pobre, hay muchos mendigos sacados de las peores pesadillas de David Lynch, hay mucha basura en mitad de la calle, sillones tirados con letras escritas en coreano… El retrato del lado más desfavorecido de los EE.UU.

Todo este feísmo forma parte de la pesadilla de nuestro desconocido protagonista… Un tipo que te tendrá enganchado 80 minutos y del que no te fiaras en absoluto puesto que nada de lo que ocurre en pantalla tendrá ninguna lógica para ti.

¿Pero quién se puede resistir a un descenso a la locura tan brillante, tan macabro y tan hiperrealista?

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