Muere José Luis Moro, animador y publicista

El creador de la Familia Telerín y las mascotas del 'Un, dos, tres' falleció ayer en Madrid a los 88 años.
Muere José Luis Moro, animador y publicista
Muere José Luis Moro, animador y publicista
Muere José Luis Moro, animador y publicista

El nombre de José Luis Moro no ha sido nunca especialmente popular para el público español. Los de sus creaciones, eso sí, son otro cantar: este publicista y animador, que falleció ayer en Madrid a los 88 años, fue el padre tanto de las mascotas del programa Un, dos, tres (la calabaza Ruperta, la bota Botilde y los opuestos Chollo Antichollo) como de la Familia Telerín, aquella reata de chiquillos que animó a los niños españoles de los 60 y los 70 a despegarse de la tele entonando aquello de "Vamos a la cama / que hay que descansar...". Pero limitarse a reconocer estos dos hitos sería hacerle un flaco favor a una carrera tan precoz como formidable.

Nacido en 1926, y criado por tanto durante lo más crudo de la Guerra Civil y de la posguerra, José Luis Moro hizo sus primeros pinitos en las artes gráficas antes de la pubertad, diseñando soldaditos recortables: el éxito de este negocio fue tal que el dibujante y su hermano Santiago Moro tuvieron que contratar a adultos para poder responder a tiempo a todos los pedidos. A finales de los 40, los Moro dieron sus primeros pasos en el mundo de la animación, usando una cámara comprada en el Rastro y modificada (ahora diríamos 'customizada') a base de materiales de desecho. El éxito de la pareja (José Luis se encargaba de las tareas gráficas, mientras que Santiago se centraba en la parte creativa y en los negocios) fue tan fulgurante que se ganó la atención de los mismísimos estudios Disney: la casa de Mickey Mouse trató de fichar a José Luis Moro como animador, una oferta que éste no pudo aceptar debido a su 'patriótico' deber para con el servicio militar obligatorio.

De haber emigrado a EE UU, José Luis Moro hubiera sido un (talentoso) animador más en una industria que contaba con legiones de ellos. En España, por contra, su talla fue siempre la de un gigante: en 1955, su compañía Estudios Moro se asoció con Movierecord, la empresa líder en publicidad de cine. A resultas de ésto, la actividad de los hermanos Moro creció como la espuma, llegando a constituir el 90% de los contenidos publicitarios que se veían en España. La versatilidad de sus trabajos, que abarcaban desde la animación tradicional hasta el stop motion, sigue resultando apabullante a día de hoy, y se vio recompensada con premios en los festivales de Cannes y Venecia, entre otros certámenes. Así mismo, los Moro también participaron en series televisivas (Marcelino pan y vino, Cantinflas) y largometrajes, como Katy la oruga.

En 1969, tras la ruptura de su vínculo con Movierecord, la carrera de José Luis Moro experimentó un declive del que nunca se recuperaría. No obstante, sus admiradores en el mundo publicitario español siguen siendo legión. Uno de ellos es su tocayo José Luis Moro: no se trata de ningún familiar, sino de un veterano creativo publicitario y ex vocalista del grupo Un pingüino en mi ascensor, quien le dedicó un estupendo artículo biográfico en 2012, coincidiendo con una exposición acerca de su obra que tuvo lugar ese año en Madrid. Recomendamos su lectura para adentrarse en el mundo de estos auténticos 'Mad Men' a la española.

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