La actriz que interpreta al demonio de 'La monja' denuncia a Warner por "ocultar" el dinero que han ganado con su imagen

A unos días de que la segunda entrega continúe ampliando el 'Warrenverso' en su desembarco en la cartelera, Bonnie Aarons emprende su propia cruzada contra la compañía detrás de los filmes.
'La monja'
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Cinemanía
'La monja'

En mitad de un clima de crispación por la huelga del Sindicato de Guionistas de Hollywood (WGA) y el Sindicato de Actores de Hollywood (SAG-AFTRA), las malas praxis de los conglomerados audiovisuales de EE UU están comenzando a ver la luz. La última en sumarse a esta lista habría sido la franquicia Expediente Warren, con la denuncia de una de sus actrices principales. 

Como recoge The Hollywood Reporter, Bonnie Aarons, quien interpreta a la terrorífica monja demoníaca de los filmes, ha denunciado a Warner por presuntamente recortar parte de sus ingresos por la comercialización de su imagen en este universo. Esta demanda cita a Warner, New Line Cinema y Scope Productions, quienes habrían llegado a un acuerdo con la intérprete para su aparición en la franquicia.

Aarons percibió un sueldo de tan solo 71.500 dólares por su papel en la primera entrega de La monja (2018), que, partiendo de un presupuesto de 22 millones de dólares, alcanzó la impresionante cifra de 365 millones de recaudación. El título se convertía así en el más taquillero del Warrenverso. 

Sin embargo, Aarons ya contemplaba este escenario por lo que, en vinculación a los resultados de la taquilla, su contrato incluyó bonificaciones de 175.000 dólares y una participación en las ganancias de la explotación de la imagen de su personaje

Bonnie Aarons en pie de guerra contra Warner

"En lugar de contabilizar y pagar de manera transparente, Warner Bros. oscurece y oculta el monto real de la participación legítima de la señora Aarons en los ingresos por la comercialización, todo mientras continúa explotándola", recogía la demanda presentada el pasado martes el Tribunal Superior de Los Ángeles.

Así, este acuerdo establecía que ella tenía derecho a una "participación prorrateada del 5% del 50% de los ingresos brutos", en la licencia de los derechos de comercialización de la imagen de su personaje demoníaco.

La propia actriz ha querido dar su propia versión de los hechos después de encontrar irregularidades en sus comunicaciones con Warner. Aarons considera que los ingresos que ella recibía eran "inconsistentes con las extensas actividades comerciales", motivando a que se pusiera en contacto con la compañía, quien la envió una hoja de cálculo que tan solo contenía "líneas de pedido correspondientes a solo una fracción de las licencias conocidas".

Esto despertó todas las alarmas en el entorno de la norteamericana, cuyo personaje ha inspirado numerosos productos relacionados, entre los que encontramos muñecas, pósters o joyas. Por el momento, Warner y New Line Cinema han declinado hacer declaraciones sobre esta demanda. 

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