'Moneyboys', el filme LGTBI que desafía a la censura china

La censura de China afecta cada vez más a la libertad de expresión de los cineastas. Enfrentarse a ella supone un verdadero ejercicio de valentía para los que buscan salirse de la norma y otorgar voz a los colectivos oprimidos en sus películas. Un hecho que afecta a la visibilización de la comunidad queer, obligada a la marginación y el secretismo de cara a la galería, en un país donde teóricamente la homosexualidad no está criminalizada. 

De hecho, esta nación ha sido una de las mayores exportadoras asiáticas de cine LGTBI y cuenta con directores de referencia como Stanley Kwan. Una aparente imagen afable para demostrar una presunta modernización en su acercamiento a Occidente y al sistema capitalista, teniendo en cuenta que el mercado audiovisual chino es uno de los más relevantes.

'Moneyboys' y el cine LGTBI de China

En los años 30, el cine mudo de China ya se atrevía a abordar relaciones del mismo sexo en películas como La gran carretera (Sun Yu, 1934), que serían silenciadas durante décadas ante el ascenso de Mao Zedong en 1949. El cambio de mentalidad llegaría con la despenalización de la homosexualidad en los años 90, que nos regalaría títulos tan destacables como Adiós a mi concubina (Chen Kaige, 1993), Palacio Oriental, Palacio Occidental (Zhang Yuan, 1996) o Happy Together (Wong Kar-wai, 1997). Una transformación lenta y repleta de altibajos, en una sociedad que aún continúa abogando por el modelo de familia tradicional.

En Moneyboys, aclamada en Cannes en 2021, el cineasta hongkonés C.B. Yi ahonda en el abandono al que se somete a los gays en este territorio, quienes en muchos casos deben prostituirse o delinquir para poder ganarse la vida. Un rechazo que les provoca conflictos internos y les empuja hacia relaciones amorosas ocultas o una regresión al armario a través de los matrimonios concertados con heterosexuales, conocidos como uniones tongqi (un neologismo para referirse a este tipo de esposas). 

Moneyboys pretende concienciar así sobre la necesidad de seguir avanzando en los derechos, sin dar ningún paso hacia atrás. El duro reflejo del día a día del colectivo LGTBI en China, donde el estreno del fime se convierte en una verdadera utopía. 

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