Miley Cyrus: ¿demasiado tarde para la niña buena?

El estreno tardío de 'Peligrosamente infiltrada' hace que el último vestigio de la etapa 'Hannah Montana' de la estrella coincida con el lanzamiento de 'Bangerz'. Por D. DE PARTEARROYO
Miley Cyrus: ¿demasiado tarde para la niña buena?
Miley Cyrus: ¿demasiado tarde para la niña buena?
Miley Cyrus: ¿demasiado tarde para la niña buena?

Si quisiéramos resumir la evolución de la imagen pública de la cantante y actriz Miley Cyrus en un sencillo instante, nunca lo tendremos tan fácil como este fin de semana. Hoy se estrena en los cines españoles Peligrosamente infiltrada, una película que la exestrella infantil y actual torbellino mediático rodó a finales de 2010, con los 18 años recién cumplidos, pero quedó guardada en el cajón de la distribuidora hasta ser estrenada directamente en dvd el febrero pasado en EE UU. Aquí la tenemos en los cines, mientras la televisión y YouTube hierven con el videoclip de Wrecking Ball, single de su nuevo disco Bangerz, que también sale hoy a la venta. Un lapso de casi tres años en la carrera de Cyrus, que cuando rodaba Peligrosamente infiltrada todavía estaba terminando de quitarse de encima la imagen Disney chiclosa de Hannah Montana y el mes pasado redifinió el concepto de "cantar en bolas" alcanzando más de 175 millones de visitas; este fin de semana, ambos momentos intentarán comercializarse al mismo tiempo.

Suponemos que si sobre Miley Cyrus pueden convivir los tatuajes de un corazón infantil y un boceto anatómico de un corazón según Leonardo da Vinci... el mercado de la industria cultural también será capaz de asumir la presencia simultánea de las dos Mileys, la post-adolescente que intenta dejar atrás su disneyficación y la rebel girl que se hace fotos con Terry Richardson. ¿Pero no llega ya demasiado tarde la primera versión? ¿Qué interés puede tener una película residual de la etapa más mojigata y pija de la cantante después de que la hayamos visto escandalizando a medio mundo con su controvertida actuación en los MTV Video Music Awards, que introdujo la palabra twerking ["bailar música popular de forma sexualmente provocativa con empujones de la cadera y una postura ligeramente agachada", según el Diccionario Oxford Online] en el vocabulario cotidiano de los medios de comunicación y de gente para la que Diplo sería una variante de juguete de construcción por bloques? ¿Tiene sentido ver cómo se las da de espía glamourosa cuando su imagen actual remite más al porno-chic estilizado?

Acudamos a la película. El argumento de Peligrosamente infiltrada nace de una fusión poco disimulada entre las premisas de Miss Agente Especial (donde Sandra Bullock era una agente del FBI infiltrada en un concurso de belleza) y Nunca me han besado (donde Drew Barrymore era una adulta haciéndose pasar por estudiante de instituto). Así que tenemos a Miley Cyrus como una joven detective privada que es reclutada por el FBI a lo Alias para que se infiltre en una hermandad universitaria con el fin de resolver un caso de crimen organizado. Sólo que la protagonista es una chica resuelta y pragmática, por lo que su choque contra el mundo de princesas, purpurina y lip gloss de la hermandad fundamentará el contraste cómico que sirve de excusa a la acción. En efecto, el desarrollo de todo lo anterior es tan pedestre y previsible como puedas imaginar, pero, aun así, el filme sí puede servir para relativizar el huracán mediático que desató la mencionada actuación de los MTV EMA junto a Robin Thicke.

De ella se criticó masivamente su hipersexualización (para mucha gente, padres conservadores sobre todo, Miley Cyrus sigue siendo Hannah Montana) y, al fin y al cabo con mayor acierto, la aberrante ordinariez estética de la que hizo gala. Pero algunas voces más reflexivas apuntaron la posibilidad de que aquello pudiera leerse como una parodia de género, incluso una crítica hacia el vídeo original de Thicke. "¿Cómo pudo pensar que lo que hacía con la lengua era sexy?', se pregunta la gente. Quizás no lo pensaba", escribe Sara Marcus en Rolling Stone. "Quizás ella —o quien dirigiera ese segmento, o ambos— era consciente de que todo era tan exagerado, tan pasado de rosca, que fracasaría completamente como una actuación sexy; y nos haría ver lo que está mal en el modo en que nuestra cultura demanda mujeres cantantes que pueda objetificar y utiliza a las mujeres de color como accesorios".

Es decir, Miley Cyrus pudo estar parodiando (de forma predeterminada —poco probable— o no) el comportamiento esperable de una estrella pop actual llevándolo al extremo de lo grotesco, semi-desnudez y sumisos contoneos sexy del vídeo de Blurred Lines incluidos. Del mismo modo, su personaje en Peligrosamente infiltrada asume el disfraz cliché de una niña de papá, y como motor narrativo va resaltando todas las convenciones ridículas del rol. ¿Es posible que en realidad no haya tanta distancia entre la Cyrus directa a dvd y la que pretende romper las cifras de ventas con Bangerz? Quizás ella no nos saque nunca de la duda.

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