Estos últimos días, Meryl Streep ha conquistado España con su simpatía a su paso por los Premios Princesa de Asturias. La actriz, galardonada con el Premio Princesa de Asturias de las Artes 2023, ha tenido una semana llena de eventos y encuentros en Oviedo, entre los que han destacado su animado baile al son de las gaitas y su encuentro con Antonio Banderas.
El viernes, 20 de octubre, la actriz recibió el galardón en el Teatro Campoamor de Oviedo, gala a la que acudieron los reyes, la princesa Leonor y la infanta Sofía. En su emotivo discurso de agradecimiento, la veterana actriz se refirió a artistas españoles como Pablo Picasso y Federico García Lorca, y también se acordó de la actriz madrileña Penélope Cruz.
Hablando del oficio de actor, Streep defendió interpretar a personajes que se alejan totalmente de uno mismo, recordando la frase de Pablo Picasso "Imitar a los demás es necesario. Imitarse a uno mismo es patético", así como la siguiente de Penélope Cruz: "¡No puedes vivir tu vida mirándote a ti mismo desde el punto de vista de otra persona!".
"El trabajo de un actor es invadir, encarnar vidas que no son como la suya", explicó la intérprete tras este tierno guiño a Cruz.
El emotivo discurso de Meryl Streep en los Premios Princesa de Asturias
Meryl Streep protagonizó así un conmovedor discurso en torno a su profesión. En él, habló de la magia de poder llevar otras vidas a la pantalla, asegurando que "la empatía es el corazón palpitante del don del actor, es la corriente que nos conecta, a mí y a mi propio pulso, con el de un personaje de ficción".
Reconoció que, aunque es más sencillo sentir esa conexión con roles similares a ella, siempre se ha sentido impulsada a comprender al otro, a ahondar en "esa capacidad imaginativa que tenemos para seguir las historias de personas ajenas a nuestra tribu".
La actriz también recordó que, en su época universitaria, diseñó el vestuario para La casa de Bernarda Alba, de Lorca, y repitió lo que gritaba una de las hermanas, Martirio: "Pero las cosas se repiten. Yo veo que todo es una terrible repetición": "Actuar en una obra como esta es prestarles a los muertos una voz que los vivos pueden oír. Es el privilegio de un actor y es su deber".
Streep despidió su discurso aludiendo una vez más al poder de la empatía, un don que todos compartimos y que puede acercarnos en un mundo cada vez más hostil: "La misteriosa capacidad de sentarnos juntos, extraños en un teatro o cine a oscuras, y experimentar los sentimientos de personas que no se parecen a nosotros ni suenan como nosotros, es una capacidad que todos deberíamos llevar dentro al volver a la luz del día".
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