Los cines de China reabrirían definitivamente en junio, según el gobierno

Con gran parte de la industria cinematográfica mundial parada a causa de la crisis del coronavirus, resulta imperativo estudiar los avances realizados en China. No solo porque este país supone el segundo gran mercado cinematográfico del mundo y es el lugar donde más cines hay (cerca de 70.000) sino porque también fue el primer lugar afectado por la pandemia. Observar cómo se desarrolla su presente es, quizá, asistir a cómo podría desarrollarse nuestro futuro.

Desde este punto de vista, fue todo un jarro de agua fría cuando las tentativas de reabrir los cines hace varias semanas fueron canceladas, luego de que apenas asistieran espectadores y se programaran varios reestrenos. No obstante, y según recoge The Hollywood Reporter, las cosas pronto podrían volver a la normalidad. El pasado miércoles el gobierno anunció que a partir del 30 de abril entrarían en la última fase del estado de emergencia.

Según el secretario general Bei Chen, esto implicaría que a principios de junio podrían empezar a abrirse los museos y los lugares de entretenimiento (incluyendo los cines), a cuyas declaraciones pronto se unieron las de Wang Xiahui, director del China's Film Bureau. Los cines de China llevan cerrados desde enero, algo que hasta el momento le ha costado a la industria 4.2 mil millones de dólares, de forma que su reapertura es imperativa, pero debe ser resuelta con cuidado.

Wang ha anunciado, así, que el gobierno "ofrecerá una serie de medidas para ayudar a la industria" en esta difícil situación. No ha entrado en detalle sobre estas, pero sí ha añadido que "el gobierno controlará los estrenos de ahora en adelante", con la función de que este prevenga que los estrenos salten al streaming antes de tiempo, y las productoras se vean atadas a las salas de cine durante un periodo específico.

Al igual que está ocurriendo en EE.UU. con respecto al estreno en VOD de Trolls 2: Gira mundial, la industria china se ha visto sacudida por el conflicto ante el salto directo de películas (en concreto Lost in Russia, producida por la misma empresa que lleva TikTok, ButeDance's) a otras plataformas de exhibición. Controlando estos movimientos, el gobierno espera que el daño para las salas no sea irreparable.