Release the Gay Cut: ¿Ha censurado Disney el contenido LGTBIQ+ de ‘Red’?

En Pixar hay motivos de sobra para andar cabreados con Disney. Desde su absorción a manos de la Casa del Ratón hace más de una década, no se puede descartar que hayan sido los mandamases quienes se empeñaran en lanzar una secuela tras otra, matizando el prestigio artístico del que siempre ha disfrutado el estilo del flexo. Pero las cosas han ido a peor en los últimos años, debido a la nueva costumbre de Disney de mandar sus propuestas al streaming (Soul, Luca, la reciente Red) y a algo de lo que nos enteramos la semana pasada, gracias a una carta firmada por algunos animadores del estudio: sus jefes habrían censurado por sistema la representación LGTBIQ+ en varias de sus películas.

Pixar saca los colores a Disney: denuncian la censura del contenido LGBT por parte del estudio

La carta llegó en el peor momento, ya que Disney (en concreto su CEO, Bob Chapek) afrontaba una crisis de imagen sin precedentes. La ley ‘Don’t Say Gay’, que ha sido aprobada por el estado de Florida, busca eliminar el temario de las escuelas relacionado con identidad de género y diversidad sexual, poniéndoselo muy difícil tanto a los estudiantes miembros de este colectivo como a los profesores. Es una resolución abiertamente homófoba, que ha salpicado a Disney a cuenta de las donaciones que hizo a algunos de sus impulsores políticos. Todo debido a los intereses de la Casa del Ratón en este estado, donde cuenta con miles de trabajadores y un parque temático, Disney World.

¿También debido a la propia homofobia de Chapek? Ante la controversia los trabajadores no solo han demostrado su repulsa: también acaban de organizar una semana de huelgas presenciales y virtuales, apoyados por organismos como Marvel Studios y la propia Pixar mientras Chapek envía una disculpa de emergencia asegurando que va a dejar de donar dinero a los políticos de Florida (sea cual sea su espectro ideológico). Semejante polvareda ha coincidido en el tiempo con la citada Red, que se estrenó este 11 de marzo en Disney+ con críticas de lo más entusiastas… pero también una polémica propia.

Y es que, antes de su llegada al streaming, CinemaBlend publicó una crítica bastante sorprendente de Sean O’Connell, que también resulta ser el director de este medio. “Al centrarse específicamente en la comunidad asiática de Toronto, la película parece legítimamente hecha para los amigos y los miembros de la familia inmediata de Domee Shi, pero también es un poco limitado en su alcance”, escribía el periodista, ganándose de inmediato críticas muy duras por las connotaciones racistas/machistas/insensibles en fin de sus palabras. O’Connell ha tenido que pedir disculpas por ello y el artículo ya ha desaparecido de la web, pero la discusión a cuenta de Red solo estaba calentándose.

Internet contra la censura

La alegoría sobre la menstruación que desarrolla Red, combinada a su énfasis en un universo casi exclusivamente femenino, ha suscitado comentarios en redes expandiendo este rechazo, sin que por suerte más allá de algún youtuber la cosa llegue a tomar la escala de un backlash. De hecho, lo más habitual es encontrarse con una respuesta casi 100% positiva, con sus fans mostrando mayor preocupación por la génesis de Red, en cuanto a la supuesta censura LGBTQI+ que, como otras películas anteriores de Pixar, tuvo que afrontar.

Hay motivos para sospechar. Red carece de representación explícita de este colectivo, sea voluntaria o involuntariamente, pero varios espectadores se han fijado en el personaje de Priya, una de las amigas de Meilin Lee. Es la más callada de las cuatro y tiene una energía entre tranquila y badass que ha conquistado a los espectadores, pero además comparte un momento de especial complicidad con una chica ajena al grupo durante la escena de la fiesta. Combinando la pasión que, al igual que sus colegas, Priya siente por los integrantes la banda 4-Town, ha bastado para que se extienda la sensación de que es bisexual.

El descubrimiento de las injerencias de Disney en los departamentos creativos de Pixar lo refrendaría, claro. ¿Y si la escena que vemos precedía otras donde Priya declaraba abiertamente que le interesaban tanto chicos como chicas? ¿Y si eso fue lo que Disney censuró, acorde a las disposiciones de Chapek y a las dificultades que esto supondría para exportar Red a mercados extranjeros? Lo relativo a Priya la verdad que encaja bastante, aunque no es la única lucha que ciertos usuarios de Twitter quieren entablar al hilo de Red. Esta otra cuenta con el aval, algo ambiguo, de una búsqueda de cásting.

Hace algunos meses trascendió que Pixar buscaba a una actriz de doblaje para poner voz a un personaje transgénero. Se llamaba Jess, y era una adolescente de 14 años a la que se le vinculaban adjetivos como “entusiasta”, “energética” y “divertida”. La búsqueda de actrices, por cuestión de calendarios, podría corresponder tanto a Red como a Lightyear, las dos producciones de Pixar más cercanas en aquel momento. Dado que Red se iba a centrar en las vivencias de un instituto, todos asumimos que la tal Jess iba a ser uno de los personajes de la película de Domee Shi. De Jess, claro, no hay ni rastro en Red.

Puede deberse a que será Lightyear donde aparezca, o a que Disney haya bloqueado las opciones de que Red tuviera un personaje trans. Sea como sea, hay quien quiere buscar señales de la tal Jess en el film de Pixar, y ha fijado como opción más plausible a Miriam, otra de las amigas de Mei. No parece que esta hipótesis obedezca a otra cosa que al aspecto algo masculinizado de Miriam (siendo ya problemático de por sí asumir por ello que sea trans), pero desde luego no es descabellado que algún personaje de Red haya tenido que pasar a ser cis por culpa de Disney. Miriam, por cierto, está doblada por Ava Morse, una chica cis que ya prestó su voz en otro reciente film animado, Ron da error. 

Sea como sea, igual descubrimos algo nuevo en futuros contenidos adicionales de la película, o quizá en la propia Lightyear nos encontramos finalmente con ella. Lo importante, por ahora, es disfrutar de la película y aspirar a que discursos tan cuestionables como los de O’Connell no nos enturbien la experiencia de Red.

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