"¡Gensanta!": Forges en el cine

El rey del humor gráfico español, que ha fallecido a los 76 años, deja toneladas de viñetas memorables... y dos largometrajes
"¡Gensanta!": Forges en el cine
"¡Gensanta!": Forges en el cine
"¡Gensanta!": Forges en el cine

Decir que con Antonio Fraguas de Pablo 'Forges' se va un pedazo de la historia de España no es una hipérbole ni un lugar común. El dibujante catalán-gallego-madrileño (ojo a la mezcolanza), que ha fallecido en Madrid a los 76 años, no sólo fue miembro de una de las edades doradas de nuestro humor gráfico (la de Chumy Chumez, Périch, Núria Pompeia…), sino su exponente más popular. Al igual que sus compañeros de quinta, Forges publicó lo mejor de su trabajo en plena dictadura, y, tras la muerte de Franco, sus repercusiones se revelaron como lo que eran: un fenómeno social que llevó al uso común expresiones como "¡proclamo!" y cargó de significado los nombres "Blasillo", "Mariano" "Concha". De la misma manera, ese trabajo contagió numerosas formas de expresión… incluso el cine.

Además de humorista, Forges era hijo de Antonio Fraguas Saavedra, escritor y cineasta que llegó a director general de Cinematografía durante el franquismo. Además, el dibujante había estudiado Ingeniería de telecomunicaciones y trabajado muchísimos años en TVE (siguió colaborando en la pequeña pantalla hasta el final de su vida). Sumemos a esto que su popularidad a finales de los 70 era lo bastante grande como para justificar hasta la grabación de un disco (Forgesound, 1976, con Luis Eduardo Aute,  Rosa León, Teddy Bautista y otros). Así pues, y dado que el cine español de la Transición tenía cabida para casi cualquier cosa (para más cosas que el de ahora, podríamos decir) era inevitable que Forges hiciera sus pinitos en el cine. La primera embestida fue modesta, aunque con dientes: el cartel para El love feroz (1975) de José Luis García Sánchez.

"¡Gensanta!": Forges en el cine

Pero, dada su condición de icono popular y su experiencia en el gremio, Forges tenía que acabar poniéndose tras la cámara. Y lo hizo en dos ocasiones, además. La primera de ellas, País S. A., llegó en 1975 dirigida por Forges y con guion de él mismo y Ramón de Diego, el guionista de Sevilla Connection (la película de Los Morancos) y la serie Manos a la obra. Por desgracia, la influencia de este último se nota más que el humor forgesiano en la cinta, un relato picaresco sobre un millonario (Luis Pesón Muchapast, interpretado por Fernando Delgado) que colabora con una familia de delincuentes en su propio secuestro. Sancho Gracia Chicho Ibáñez Serrador, entre otros, se dejaron ver en los cameos correspondientes.

Además de las preciosas canciones de Víctor y Diego en la BSO, de la presencia en el reparto de Verónica Forqué y de algunos toques que delatan la admiración del director por los Monty Python, hay poco destacable en el filme. Por otra parte, dejemos constancia de que el humorista se curró a fondo los materiales promocionales de la película, dejando varios carteles, invitaciones e incluso un chiste de sus famosos náufragos, en plan autopromo.

"¡Gensanta!": Forges en el cine

En 1976, Forges dirigió su primer telefilme (y único, que sepamos): 24 horas aquí, una sátira de los modos y maneras de TVE aprovechando sus experiencias en Prado del Rey. Un año más tarde llegó la segunda obra forgesiana en el séptimo arte, la cual resulta de una actualidad pasmosa por tratarse de una parodia de los superhéroes. Hablamos de El Bengador Gusticiero y su pastelera madre (1977), de nuevo con Ramón de Diego como coguionista y una ambientación tan cara al director como los pueblos resecos de la Castilla profunda. Sólo que, en lugar de Blasillo y doña Blasa, quienes pululan por ahí son el héroe titular (José Lifante), su archienemigo el alcalde (Fernando Delgado) y una jovencísima Ángeles González Sinde, futura ministra de Cultura.

El Bengador Gusticiero… ha quedado aún más en el olvido que País S. A. De hecho, el filme no dejó siquiera objetos de colección, puesto que Forges ni siquiera dibujó su póster. Aparte de un cameo en A la pálida luz de la luna (José María González Sinde, 1985) y de sus trabajos en televisión, Forges no volvió a dejar su huella en el cine. Ni falta que le hacía, porque su huella en el humorismo ha sido indiscutible. Como él mismo señaló en una entrevista, sólo había una cosa en este mundo que se le resistiese: "Charlize Theron". País...

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