Que una película tan espinosa, políticamente hablando, como El club de la lucha haya llegado a distribuirse en China es un pequeño milagro. Pero incluso Tyler Durden (y no digamos David Fincher) han tenido que hacer concesiones al régimen de Pekín para conseguirlo. En concreto, la conclusión de la cinta se ha visto drásticamente alterada para pasar la censura.
Siguiendo (más o menos) la novela original de Chuck Palahniuk, la versión occidental de El club de la lucha acaba con el narrador (Edward Norton) 'matando' de forma simbólica a su álter ego Tyler (Brad Pitt). Sin embargo, esto no evitaba un atentado que, al son del Where Is My Mind de los Pixies, prometía poner patas arriba la economía mundial.
En la versión china, sin embargo, la cosa cambia: tras la muerte del personaje de Pitt, los espectadores del Reino del Centro se encuentran con un corte a negro y un texto que cambia por completo el sentido del filme.
FIGHT CLUB’s ending for the Chinese release (on Tencent Video) was changed to this and now I’m waiting for someone to fanfic a sequel based on this censored ending. pic.twitter.com/zYB0bY3Dlp
— Courtney Howard @ #Sundance (@Lulamaybelle) January 24, 2022
"Mediante la pista proporcionada por Tyler [es decir, el narrador], la policía descubrió rápidamente el plan y arrestó a todos los criminales, impidiendo que el edificio explotase", reza la parrafada. "Tras el juicio, Tyler fue confinado en un asilo para dementes y recibió tratamiento psiquiátrico. Abadonó el hospital en 2012".
Según The Guardian, este nuevo final ha caído como un tiro entre el público chino, que ya había tenido acceso a El club de la lucha a través de copias pirateadas. Y no es de extrañar, porque altera el desparrame ácrata del original convirtiéndolo en una invitación a someterse a las autoridades.
Actualmente, China es uno de los mercados más codiciados del mundo para los estudios de Hollywood, dado su enorme público potencial. Debido a esto, las majors están dispuestas a hacer concesiones como esta que permitan a sus productos llegar al país… aunque sea a costa de desvirtuarlos por completo.
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