El germano impasible: Las mejores actuaciones de Bruno Ganz

No exageramos al decir que el rostro del fallecido Bruno Ganz ha sido , para muchos, el del cine alemán en pleno. Tanto, al menos, como el de Hanna Schygulla o el de Jürgen Vogel. Su filmografía se lee como una recopilación de las mejores películas que puede ofrecernos el país de Goethe.

Valga esta antología para demostrarlo.

Tratándose de un actor tan serio y contenido, una de las especialidades de Ganz ha sido servir de contrapunto a compañeros de reparto que tiran hacia lo histriónico, y a veces lo sobrepasan por varios kilómetros. Esta adaptación de la novela de Patricia Highsmith lo demuestra contraponiendo su angst silencioso con un Dennis Hopper desatadísimo cuya versión de Tom Ripley está en las antípodas de la de Alain Delon (y de la de Matt Damon, no digamos).

¿Queríamos contrastes? Pues aquí tenemos tan ciclópeo como la osadía de Werner Herzog al remakear el clásico no-muerto de F. W. Murnau. Mientras que Ganz es un Jonathan Harker glacial, el Drácula que le chupa la sangre es nada menos que un Klaus Kinski orejudo, colmilludo y prendado de las arterias de Isabelle Adjani. Sumado esto a sus paisajes monumentales, a su musicón de los Popol Vuh y al estilo demente de Herzog, estamos ante una de las grandes joyas ocultas del cine de terror .

De nuevo con Wim Wenders, uno de los directores con los que más ha trabajado, Ganz se marcó un trabajo de altura en una de las películas definitivas de los 80: mientras que En tiempos de luz menguante nos muestra la Guerra Fría vista del otro lado del 'muro de la vergüenza', El cielo sobre Berlín es un lóbrego vistazo al lado occidental de la ciudad entonces dividida. Claro que en este Berlín hay ángeles que se encaraman a la Columna de la Victoria para leer los pensamientos de los ciudadanos, enamorarse de trapecistas (la malograda Solveig Dommartin) y colarse en conciertos de Nick Cave. El filme resultó tan popular que hasta dejó una secuela: ¡Tan lejos, tan cerca! (1993).

Efectivamente, ahora toca hablar de la película de las mil y una parodias en YouTube. Y, antes de echarnos unas risas, hemos de recordar algo importante: si dichos vídeos se hicieron tan populares no fue sólo por el absurdo inherente a internet, sino también porque Ganz abandonó en El hundimiento su contención habitual para interpretar a un Adolf Hitler rabioso, ofreciendo una interpretación magistral que le cubrió de premios y nominaciones. Por cierto, mientras que el director Oliver Hirschbiegel adora los 'Hitler rants' (afirma haber visto casi 200), Ganz siempre se ha negado a opinar sobre el asunto. Eso es seriedad.

Como hemos visto, el salto a la fama de Bruno Ganz tuvo lugar durante la década de los 70, cuando la Facción del Ejército Rojo (el grupo terrorista conocido popularmente como 'Baader-Meinhoff') y sus mil y una escisiones sembraban el terror, según algunos, y se ganaban un masivo apoyo popular, según otros. Así pues, dado que conocía el percal de primera mano, el actor suizo era la elección perfecta para interpretar a Horst Herold, el jefe de policía que persiguió grupo y, en el proceso, sentó las bases del contraterrorismo moderno.