13 condes imprevisibles para celebrar el Día de Drácula: de Leslie Nielsen a Gerard Butler

Películas que abordaron al personaje de Bram Stoker de formas muy distintas a las que estamos acostumbrados.
Leslie Nielsen y Mel Brooks en 'Drácula, un muerto muy contento y feliz'.
Leslie Nielsen y Mel Brooks en 'Drácula, un muerto muy contento y feliz'.
Leslie Nielsen y Mel Brooks en 'Drácula, un muerto muy contento y feliz'.

El príncipe de las tinieblas, el amo de la noche, el vampiro más legendario de todos los tiempos... Con esa cantidad de títulos, amén del de conde que le corresponde por nacimiento, no es extraño que Drácula tenga su propia fecha en el calendario. Y así es, porque los fans de los colmillos y la hemoglobina a chorreones celebran el Día de Drácula cada 26 de mayo, aniversario de la publicación de la novela de Bram Stoker. 

Pero en esto, como en todo, hay clases. Uno puede ser fan de la visión más clásica de Drácula (la de Bela Lugosi o Christopher Lee, para entendernos). O perder la olla por aquel Gary Oldman que vampirizaba a Keanu Reeves Winona Ryder con sus melenas, sus ojazos y aquello de los océanos de tiempo. Y después están las demás opciones...

Como te demostraremos a continuación, los 'otros' Drácula también existen. De Leslie Nielsen al más reciente Nicolas Cage de Renfield, pasando por versiones afroamericanas, subidas de tono o casposas, las variaciones más o menos irreverentes sobre el conde transilvano son multitud. Descúbrelas con nosotros. 

Carlos Villarías en 'Drácula' (1932)

Carlos Villarías en 'Drácula' (1932)
Carlos Villarías en 'Drácula' (1932)
Cinemanía

Antes de que los avances técnicos hicieran posible el subtitulado, y no digamos el doblaje, los estudios de Hollywood rodaban versiones en varios idiomas de sus títulos más conocidos. Gracias a esa práctica disponemos de esta versión en habla hispana del clásico de Tod Browning, rodada usando los decorados del original (en un muy adecuado turno de noche) y con el cordobés Villarías tomando el relevo del mismísimo Bela Lugosi para succionar la carótida de Lupita Villar.

El filme se dio por perdido hasta que el hallazgo de sendas copias (una, en un sótano de Nueva Jersey, la otra en la Cinemateca de Cuba) permitió su recuperación.

Udo Kier en 'Sangre para Drácula' (1974)

Udo Kier en 'Sangre para Drácula' (1974)
Udo Kier en 'Sangre para Drácula' (1974)
Filmin

Cambiando el underground por la exploitation pura y dura, pero manteniendo el nombre de su amigo Andy Warhol en el cartel (justificación del divo: “Voy a las fiestas”), un Morrissey que ya había estrenado Carne para Frankenstein hace que Drácula se mude a la Italia fascista, donde piensa encontrar mujeres vírgenes que satisfagan su melindroso paladar. Allí se enfrentará con un campesino comunista y macizorro (Joe Dallesandro, cómo no) empeñado en que las susodichas vírgenes dejen de serlo.

Leslie Nielsen en 'Drácula, un muerto muy contento y feliz' (1995)

Leslie Nielsen en 'Drácula, un muerto muy contento y feliz' (1995)
Leslie Nielsen en 'Drácula, un muerto muy contento y feliz' (1995)
Cinemanía

A Mel Brooks sus días de gloria le quedaban ya lejos. Pero, cuando el Drácula de Coppola le puso en bandeja un spoof del cine vampírico, entregó un duelo memorable entre él mismo (como Van Helsing) y el conde Nielsen, un chupasangres que siempre quiere tener la última palabra aunque esta sea “¡Fushta!”. Desangrado por la crítica, el filme ha ganado partidarios con el tiempo.

Chiquito de la Calzada en 'Brácula' (1997)

Chiquito de la Calzada en 'Brácula' (1997)
Chiquito de la Calzada en 'Brácula' (1997)
Cinemanía

En la secuela de Aquí llega Condemor (1996), el finstro supremo demuestra que puede dar más miedito que el Príncipe de las Tinieblas, sobre todo cuando le da por cantar. La dirección de Álvaro Sáenz de Heredia y el elenco de secundarios (con Bigote Arrocet y Javivi a la cabeza) son más letales que una piscina de agua bendita, ¡cobarde!

William Marshall en 'Drácula negro' (1972)

William Marshall en 'Drácula negro' (1972)
William Marshall en 'Drácula negro' (1972)
Filmin

El príncipe africano Mamuwalde acudió a Drácula para pedirle ayuda contra los traficantes de esclavos, y acabó convertido en vampiro blaxploitation que persigue a su amor perdido (Vonetta McGee) en las tinieblas de Los Ángeles. Parca en medios, pero funky con ganas, la cinta fue lo bastante exitosa como para generar una secuela (Grita, Blácula, grita) en 1973.

Christopher Lee en 'Vampir Cuadecuc' (1972)

Christopher Lee en 'Vampir Cuadecuc' (1972)
Christopher Lee en 'Vampir Cuadecuc' (1972)
Cinemanía

Pere Portabella y su cámara de 16 mm se infiltran en el rodaje de El conde Drácula (Jesús Franco, 1969). Lo que podría haber sido una mera deconstrucción (o, peor aún, una burla) ha pasado a la historia como uno de los making of más inquietantes y originales jamás rodados, con Lee y la malograda Soledad Miranda envueltos en solemnidad tenebrosa.

George Hamilton en 'Amor al primer mordisco' (1979)

George Hamilton en 'Amor al primer mordisco' (1979)
George Hamilton en 'Amor al primer mordisco' (1979)
Cinemanía

“Soy un actor de tercera, pero un timador de primera”, decía Hamilton, y el enorme éxito de esta comedia (ideada a rebufo de El jovencito Frankenstein) confirma sus palabras: tras perder su castillo a manos del gobierno comunista de Rumanía y exiliarse en Nueva York, su Drácula caracartón descubre la música disco, los bancos de sangre y los encantos de Susan Saint James, una modelo que no necesita de sus seducciones para pasarse las noches en blanco.

Klaus Kinski en 'Nosferatu, vampiro de la noche' (1979)

Klaus Kinski en 'Nosferatu, vampiro de la noche' (1979)
Klaus Kinski en 'Nosferatu, vampiro de la noche' (1979)
Cinemanía

En 1922, Murnau evitó usar el nombre de Drácula para su Nosferatu por temas de copyright, pero Werner Herzog no tuvo ese problema cuando rodó este remake que convirtió a su “enemigo íntimo” en un vampiro aún más histriónico que Max Schreck en el original. El resultado es un épico cebollón con ratas a tutiplén, Kinski luciendo colmillos frente a una vaporosa Isabelle Adjani y un Bruno Ganz cuyo Jonathan Harker resulta aún más estólido que el de Keanu Reeves.

Gerard Butler en 'Drácula 2001' (2000)

Gerard Butler en 'Drácula 2001' (2000)
Gerard Butler en 'Drácula 2001' (2000)
Cinemanía

Seis años antes de que 300 le llevase a la fama mundial como espartano pechopalomo, el australiano protagonizó este filme que nos revela la auténtica identidad de Drácula: se trata nada menos que de Judas Iscariote, convertido en vampiro como castigo por aquello de las treinta monedas. Wes Craven produce, y Christopher Plummer interpreta al Van Helsing de turno.

Luis Escobar en 'Buenas noches, señor monstruo' (1982)

Luis Escobar en 'Buenas noches, señor monstruo' (1982)
Luis Escobar en 'Buenas noches, señor monstruo' (1982)
Cinemanía

Marqués en la vida real y en las películas de Berlanga, Escobar perdió rango nobiliario para ganar capa y colmillos en este monster mash dirigido por Antonio Mercero a mayor gloria del grupo infantil Regaliz. Las escenas de su Drácula con el hombre lobo de Paul Naschy son de las que no se olvidan, para bien o para mal.

Dominic Purcell en 'Blade: Trinity' (2004)

Dominic Purcell en 'Blade: Trinity' (2004)
Dominic Purcell en 'Blade: Trinity' (2004)
Cinemanía

Con su tono épico y machote, las aventuras del cazavampiros Wesley Snipes no podían presentarnos a Drácula como otra cosa que un cachas colmilludo siempre sediento de sangre. Aun así, esa escena en la que el conde descubre una tienda llena de merchandising para góticos (incluyendo juguetes sexuales) es una delicia: si le hubieran pagado royalties, otro gallo hubiese cantado.

Nicolas Cage en 'Renfield' (2023)

Nicolas Cage en 'Renfield' (2023)
Nicolas Cage en 'Renfield' (2023)
Cinemanía

Con unas pocas excepciones (Tom Waits en la versión de Coppola, Roland Topor en la de Herzog), el secuaz de Drácula suele quedar muy olvidado en la pantalla: mientras el señor conde y sus ligues acaparan el protagonismo, pocos se acuerdan de aquel inmobiliario mindundi que, tras un viaje de negocios a Transilvania, regresó a Londres transformado en majara insectívoro. 

Menos mal que Chris McKay (Batman: La Lego película) llega para remediar esa injusticia contándonos la historia de un Renfield (el siempre entrañable Nicholas Hoult) que mitiga con terapia de grupo sus siglos de sufrimiento bajo la férula de un jefe de esos que te chupan la sangre, y que para colmo tiene el rostro y las maneras de Nicolas Cage

¿Una llamada de Universal diciendo ‘Queremos que seas Drácula? Eso solo pasa una vez cada cien años”, bromea ‘Nic’, prometiendo alejarse de la vesania de Besos de vampiro (“Aquella era una película muy triste sobre la enfermedad mental”) para ofrecer en cambio una interpretación de esas que te hacen “reír en un momento y gritar en el siguiente”. Su trabajo podría resultar una transfusión de energía en las venas de un mito ya desgastado.

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