Disney se reorganiza para fortalecer el streaming frente a los estrenos en cines

Se avecinan marejadas en Hollywood. Disney ha anunciado una reorganización integral de su estructura interna que apunta hacia un cambio de paradigma en el negocio de la producción cinematográfica.

En pocas palabras de trazo grueso: el estudio dará prioridad al streaming frente a la exhibición en cines. Matizando un poco: la gran pantalla pasa a considerarse una más de las vías de estreno de sus producciones, no la prioritaria.

"Queremos tomar la mejor decisión para la compañía [en cada caso], no asumir que una película está destinada a las salas de cine o una serie de televisión al canal ABC", ha declarado Bob Chapek, el CEO de Walt Disney Co., en una entrevista con CNBC después de anunciar la profunda reorganización de la empresa con la creación de una gran unidad de negocio llamada Media and Entertainment Distribution donde se englobarán los canales de TV, la plataforma Disney+, publicidad y distribución.

De este modo, la producción de nuevos contenidos bajo el sello de Disney se reestructura en tres grandes grupos: los estudios de cine, el entretenimiento general y los contenidos deportivos.

Al primer gran grupo pertenecen los estudios cinematográficos: Walt Disney Studios, Pixar Marvel, Lucasfilm y 20th Century Studios, la nueva identidad de la antigua 2oth Century Fox.

El grupo de entretenimiento general está formado por las productoras de televisión: ABC News, 20th Television, FX y National Geopgraphic. Por último, de los contenidos deportivos se encarga ESPN.

Esta reorganización significa que producciones de esos grupos pueden aspirar a ser distribuidas a través de cualquiera de las vías de las que dispone Disney, lo que supone reforzar el desarrollo títulos que acabarán directamente en las plataformas de streaming ya existentes –Disney+, ESPN+ y Hulu– y el futuro servicio internacional bautizado Star.

"Serán los consumidores quienes decidan [dónde se estrena cada título]", afirma Chapek. "Nos van a indicar el camino [que toma cada producción] mediante sus decisiones de compra. Ahora mismo están votando con su dinero muy fuerte hacia Disney+. Queremos asegurarnos de que nos orientamos como a nuestros consumidores les gustaría".

Las palabras de Chapek certifican la caída de espectadores y suscripciones de TV por cable de los canales tradicionales de la compañía, como ABC o Disney Channel, en favor del consumo por streaming.

La plataforma Disney+, lanzada en noviembre del año pasado, ha registrado más de 60 millones de suscriptores pero se enfrenta a un delicado horizonte: la llegada de la renovación de suscripciones anuales en medio de una importante sequía de nuevo contenido exclusivo. Este anuncio, el estreno de Soul en streaming, la llegada de Mulán sin precio extra o la segunda temporada de The Mandalorian van orientados a retener a esos usuarios y conseguir otras decenas de millones más.

Quienes, como era de esperar, no se han tomado la noticia nada bien son los exhibidores y propietarios de salas de cine, que reciben este golpe en medio de las ya de por sí duras condiciones de pandemia de COVID-19.

UNIC, la Unión Internacional de Cines, ha emitido un duro comunicado recriminado a Disney su abandono. "Los cines han invertido masivamente en medidas para ofrecer la experiencia más segura a su público sobre la base de un prometedor calendario de estrenos. (...) Hay pruebas evidentes de que los espectadores han regresado a las salas, disfrutando de una experiencia segura. Pero también está claro que el estreno de nuevas películas es fundamental para animar a la gente a volver a la gran pantalla".

"UNIC ofrece su más sincero agradecimiento a aquellas distribuidoras que se han mantenido firmes y han continuado llevando películas a los cines. No solo han demostrado reconocer el valor que tiene un estreno en cines, sino que han apoyado nuestra visión compartida de unidad. Los cines europeos no olvidarán ese nivel de compromiso. La decisión de posponer títulos, o saltarse el estreno en cines y el valor que lleva acompañado, son extremadamente decepcionantes y preocupantes, de modo que solo retrasarán el momento en el que toda la industria pueda superar esta crisis", prosigue el comunicado.

Y termina con una conclusión demoledora: "No resulta exagerado decir que cuando los estudios decidan que es el momento oportuno para estrenar sus películas puede ser demasiado tarde para muchos cines europeos".