[Crónica In-Edit 2012] ¿Qué fue de Sixto Rodríguez?

El extraordinario documental 'Searching for Sugar Man' nos descubre al Dylan latino. Por ORIOL RODRÍGUEZ
[Crónica In-Edit 2012] ¿Qué fue de Sixto Rodríguez?
[Crónica In-Edit 2012] ¿Qué fue de Sixto Rodríguez?
[Crónica In-Edit 2012] ¿Qué fue de Sixto Rodríguez?

Tan pronto aparecieron los títulos de crédito salí pitando hacia la calle Tallers, uno de los pocos enclaves, sino el único, de Barcelona donde aún se pueden encontrar algunos ejemplares de esa especie en extinción llamada tienda de discos. Pasé de una a otra, pero ahí nadie tenía ni idea de quién era Sixto Rodríguez. Aun sin ningún tipo de esperanza, me acerqué al FNAC de Plaza Catalunya, y como me temía, entre las millares de referencias fonográficas allí expuestas, no hallé ni Cold Fact (1970) ni Coming From Reality (1971).

La tercera jornada del In-Edit estaba plagada de alicientes: Under Great White de The White Stripes, Heima de Sigur Rós, I’m Trying to Break Your Heart de Wilco, Quadrophenia de los Who…, pero si un atractivo tiene este festival es descubrir el devenir de artistas desconocidos e ignorados, pero con un devenir que esconde una historia extraordinaria. La vida del conocido como Dylan latino sería uno de los casos más paradigmáticos. Una biografía, la del cantautor de Detroit de origen mexicano, tan inverosímil que viendo el extraordinario documental Searching for Sugar Man, por momentos tuve la sensación de estar visionando un mockumentary al estilo I’m Still Here de Joaquim Phoenix o releyendo la novela de Nick Hornby Juliet, desnuda.

La industria discográfica es caprichosa, cualquier detalle, por pequeño que sea, puede alterar el acontecer de una trayectoria artística: alzarte al más grande de los estrellatos o hundirte en el más profundo de los anonimatos. A priori Rodríguez lo tenía todo para triunfar, especialmente una buena colección de canciones de esas que te pellizcan el alma, pero tras publicar dos discos, los anteriormente citados Cold Fact (1970) ni Coming From Reality (1971), que pasaron totalmente desapercibidos, enfundó su guitarra y regresó a su antiguo oficio: la demolición de edificios. Aparentemente su carrera había sido un fracaso. Y digo supuestamente porque mientras en Estados Unidos su impacto no pasó de unas pocas reseñas intrascendentes, en Sudáfrica se convertía en una figura tan o más popular que los Beatles o los Rolling Stones, icono de la lucha anti-apartheid por la carga política de sus letras, despachando más de ¡medio millón de ejemplares de sus dos álbumes! Una leyenda que, por lo misterioso del personaje, durante décadas no dejó de crecer, más cuando entre sus seguidores africanos empezaron a circular rumores de que se había suicidado sobre el escenario (unos aseguraban que pegándose un tiro en la sesera, otros afirmaban quemándose a lo bonzo). Mientras tanto, día tras día Rodríguez, que jamás vio un duro de los royalties generados por las ventas de sus trabajos, hacía estallar su maza contra muros de hormigón ignorando que era toda una celebridad en el país de Nelson Mandela.

El actor y cineasta Malik Bendjelloul nos adentra en la fascinante búsqueda de Rodríguez que dos fans surafricanos llevaron a cabo a mediados de la década de los 90, descubriendo que, aunque alejado del circo musical desde hacía décadas, aquella voz que habían escuchado millares de veces a través de los surcos de sus viejos vinilos no había perecido. Desde entonces Rodríguez ha visitado en diversas ocasiones Sudáfrica, donde realiza giras que reúnen a millares de seguidores. Como el que tiene una doble vida, cuando retorna a Estados Unidos sigue demoliendo edificios, donando las recaudaciones de los conciertos a diferentes ONG.

Insiste Steve Rowland, todo una mago de las mesas de mezclas, conocido por haber trabajado con nombres como The Cure, The Roots o Jerry Lee Lewis, y productor de Coming From Reality, que jamás escuchó nada tan emotivo como los temas de Rodríguez. Después de llevar 24 horas escuchándolo compulsivamente (Spotify es el mejor invento desde la rueda), no puedo más que darle la razón. Del mismo modo que, tal vez afectado por el hecho de compartir apellido con el protagonista, por el momento, Searching for Sugar Man ya es mi favorito a adjudicarse el premio de la sección internacional de este In-Edit 2012.

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