[Crónica FICXixón 2011] Inicio 'gore' no apto para veganos

Mientras el Festival de Gijón daba el pistoletazo de salida con el fin del mundo, vimos un documental sobre el descuartizamiento de animales como una de las bellas artes. Por DANIEL DE PARTEARROYO
[Crónica FICXixón 2011] Inicio 'gore' no apto para veganos
[Crónica FICXixón 2011] Inicio 'gore' no apto para veganos
[Crónica FICXixón 2011] Inicio 'gore' no apto para veganos

Tal y como prometía antes de comenzar, la kilométrica programación de esta 49ª edición del FICXixón ya ha empezado a amenazarnos de extenuación en la primera (media) jornada del festival. La misma víspera del día de inauguración ya se proyectaban títulos imprescindibles como (cojan respiración) Road to Nowhere, el últmo Monte Hellman, las generacionales e indie friendly Submarine, de Richard Ayoade y música de Alex Turner, y Youth in Revolt, de Miguel Arteta con Michael Cera y Zach Galifianakis; o esa intrigante cinta congoleña sobre la mafia, Viva Riva!, de Djo Tunda Wa Munga; más las primeras sesiones de las retrospectivas de Bertrand Bonello y Michael Glawogger (con una obra maestra, Workingman's Death). Todo esto sin olvidarnos de la gala y película de inauguración o la proyección en la que acabamos colándonos.

No sabemos si Gijón ha empezado disfrazado de Sitges, o de Lars Von Trier, pero el caso es que el género, la sangre y el apocalipsis han dominado los dos títulos más importantes de la jornada. Por un lado, el fin del mundo que desde la paranoia plantea Jeff Nichols en Take Shelter, Gran Premio de la Semana de la Crítica en Cannes. Ha sido la película de inauguración tras la gala de presentación en la que el compañero de CINEMANÍA Pepe Colubi ha vuelto a ejercer de maestro de ceremonias, este año acompañado por Blanca Romero.

Por problemas logísticos, no he podido encontrarme con la nacarada Jessica Chastain en su película, problema que intentaré remediar en próximos días. La alternativa ha sido infalible gracias al último trabajo del portugués Joao Pedro Rodrigues, que co-dirige junto a Joao Rui Guerra da Mata el mediometraje documental Alvorada Vermelha. El autor de Odete y Morrer como um homem lleva su hiperfetichismo (no por nada un zapato de tacón de Louboutin preside la primera imagen) al Mercado Rojo de Macao, al sur de China. Allí, graba de forma impasible pero atenta a los trabajadores del mercado en su rutinario y maquinal combo de ejecución y descuartizamiento de los animales que luego venden.

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Una película excepcional que, a quienes la jornada laboral nos mantiene alejados de los mercados sin prefijo delante y con productos plastificados y empaquetados al vacío, logra hacernos conscientes de la violencia explícita en la cadena alimentaria. Aunque corre el riesgo de ser (mal)utilizado como meme vegano al poner de manifiesto la crueldad indiferente con la que el ser humano trata y aniquila a los animales que va a comer, eso no empaña la neutralidad observadora de su mirada.

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