Así es el monasterio en el que Paco Plaza rueda 'Hermana Muerte', la precuela de 'Verónica' para Netflix
Los muros níveos del Monasterio Sant Jeroni de Cotalba (Alfahuir, Valencia), situado a tan solo ocho kilómetros de la ciudad de Gandía, se erigen imponentes entre la vegetación mediterránea, afrontando el clima soleado autóctono. Un emplazamiento impresionante edificado en el siglo XIV, que estos días acoge el rodaje de Hermana Muerte, la precuela de la película de terror Verónica (Paco Plaza, 2017).
“Ha sido un verdadero hallazgo, que reunía todo lo que buscábamos y nos seguía inspirando. Hemos sacado el máximo partido a esta localización, que ha sido prácticamente el foco de todas las grabaciones (menos dos días fuera de este escenario)”, señala Plaza sobre la localización.
Nada más cruzar su puerta, el eco de otro tiempo nos traslada a la época en la que los Jerónimos se paseaban por sus edificios, que ahora son de propiedad privada, pese a su apertura al público general y las celebraciones de eventos. Con paredes pintadas de cal y techos altísimos, un sitio aparentemente apacible, cuyos recovecos han sido explorados por Aria Bedmar, la protagonista del nuevo filme.
La actriz de Los herederos de la tierra interpreta así a Sor Narcisa- alias la monja ciega-, el personaje que ya aparecía en el título inspirado en el Caso Vallecas y era interpretado originalmente por Consuelo Trujillo.
¿Los fantasmas de los Jerónimos?
Entre historias de fantasmas, puertas chirriantes (el equipo admite entre risas casos paranormales en una de las habitaciones) y una luminosidad inesperada, el filme a plena luz de día continúa la estela del mejor terror diurno, con ejemplos patrios tan destacables como ¿Quién puede matar a un niño? (Chicho Ibáñez Serrador, 1976).
"Abrazamos la realidad. Estamos contando una película que transcurre en el Mediterráneo, donde generalmente se encalan las paredes por el clima. Me parecía muy bonito jugarlo a favor", añade Plaza. "Hay algo bonito en que el edificio sea blanco y las monjas vayan de blanco, y parezca que se funden".
Así, el trayecto, que comienza por su Iglesia principal, nos conduce a una serie de corredores. Unos pasillos que demuestran la influencia múdejar, gótica, barroca y neoclásica en el lugar, evidenciando por qué este edificio era declarado en 1994 Bien de Interés Cultural. Varias plantas que nos llevan a las antiguas habitaciones de los Jerónimos y su capilla, mientras admiramos la belleza de los grabados en piedra y las pinturas alrededor, a los que se suman la ambientación del equipo de dirección de arte, con Laia Ateca (Vicky Cristina Barcelona) al frente.
De Vallecas al Mediterráneo
Hermana Muerte se ambienta en los años de posguerra, donde algunas monjas, como Hermana Socorro (Almudena Amor) y Hermana Julia (Maru Valdivielso), son las profesoras de unas serie de jovencitas. Entre las clases, las habitaciones de las niñas y la cocina, construidas en su mayoría para el filme, no faltan las cruces y el ganchillo. Una escenificación que recuerda a la decoración del hogar de muchas de nuestras abuelas.
Pinceladas costumbristas de España que ya observábamos a través de Verónica, donde la actriz Sandra Escacena aterrorizaba entre los edificios vallecanos de los 90. Este nuevo trabaja continúa la misma línea realista, contando ahora con la presencia del director de fotografía Daniel F. Abelló (La abuela), la figurinista Vinyet Escobar (ganadora del Goya por Las leyes de la frontera) y el director de producción Alberto Álvarez (su sexta colaboración con Plaza). Unas dream team para la construcción de este spin-off precuela, que apunta maneras para alcanzar la gloria en Netflix.
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