Ana de Armas visitó la tumba de Marilyn Monroe para "pedirle permiso" antes de hacer 'Blonde'

La actriz ha desvelado que sentían tanta responsabilidad de lo que estaban haciendo que tuvieron que ir en busca de la aprobación de la estrella.
Ana de Armas en 'Blonde'
Ana de Armas en 'Blonde'
Netflix
Ana de Armas en 'Blonde'

Para interpretar a una leyenda, mejor contar con su aprobación. Eso es lo que debió de pensar Ana de Armas antes de aceptar el papel como Marilyn Monroe en Blonde, porque la actriz acaba de confesar que, sintiendo la presencia de la estrella a su alrededor, tuvo que visitar la tumba de la actriz para obtener su beneplácito. Una bonita forma de arrancar e intentar traer más suerte a la película de la que han tenido otros biopics sobre Norma Jeane aka Marilyn.

"Teníamos una gran tarjeta y todos los miembros del equipo escribieron un mensaje para ella. Luego fuimos al cementerio y lo pusimos en su tumba. En cierto modo, estábamos pidiendo permiso", aclara Ana de Armas, quien desvela la presión bajo la que trabajaba tanto ella como el resto del reparto. "Todo el mundo sentía una enorme responsabilidad, y éramos muy conscientes de la parte de la historia que íbamos a contar: la historia de Norma Jeane, la persona que hay detrás de este personaje, Marilyn Monroe. ¿Quién era ella realmente?", añadía la actriz.

Aunque de Armas sintió que necesitaba el permiso de Monroe para encarnar tantos aspectos de su vida, no considera que su actuación lo abarque todo. "No me malinterpreten, me divertí mucho. No estuve de ninguna manera en el personaje durante nueve semanas, ni entre tomas, ni en mi descanso para comer. Era Ana", explica de Armas, aunque añade como en la práctica este papel sí le ha afectado en su vida diaria.

"¿Pero emocionalmente? El peso de todo esto se quedó conmigo, sin duda. No había forma de desconectar porque llegaba a casa y estudiaba para el día siguiente y luego Andrew (Dominik, el director de la película) estaba al teléfono hasta medianoche. Me iba a dormir y soñaba que tenía largas conversaciones con ella, o pequeñas cosas. No quiero que parezca que estoy diciendo que 'Marilyn y yo estábamos conectadas', en absoluto. Pero pensaba tanto en ella que algunos días volvía a casa a cenar y, mientras lavaba los platos, me ponía a sollozar, a llorar y a llorar, porque tenía una sensación terrible: sabía que no podía arreglarlo", confiesa la actriz, quien ya reveló en el Festival de Venecia que se había sentido perseguida por el espíritu de la estrella. Habrá que ver hasta que punto se ha mimetizado con Monroe con el estreno de la película en Netflix el próximo 28 de septiembre.

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