5 revistas de cine que deberían volver a publicarse

Ya lo decía Bob Dylan: "los tiempos están cambiando". O, mejor dicho, los tiempos han cambiado ya. Puede que ahora el panorama de las revistas de cine en España goce de buena salud, y que en las páginas cinéfilas que pululan por la Red (empezando por esta, ¡faltaría más!) pueda obtenerse información contrastada y de calidad. Pero como nosotros somos unos puretas de mucho cuidado, siempre añoraremos esas publicaciones que nos enseñaron casi todo lo que sabemos sobre el séptimo arte. Las visitas impacientes al quiosco en busca del nuevo número, el pago al quiosquero , el hojeo nervioso de camino a casa y la sensación de descubrimiento al encontrar un filme, un actor o un director desconocido e interesante en sus páginas son cosas que ningún hipervínculo podrá ofrecer: se siente.

El caso es que, aunque no lo parezca, nosotros también fuimos jóvenes alguna vez (ahora lo seguimos siendo en espíritu, que conste). Y, como este tiempo nublado que tenemos nos ha puesto nostálgicos, en CINEMANÍA nos ha dado por repasar las cabeceras que añoramos desde el día en el que desaparecieron de los quioscos. Tras repasar esos programas de cine que deberían volver a la TV, ahora toca acordarse de las revistas que querríamos leer de nuevo.

¿Por qué queremos volver a leerla? La trayectoria de esta publicación fue paralela a la evolución de muchos cinéfilos noventeros. Nacida como un monográfico dedicado a la saga Pesadilla en Elm Street (su primer número tuvo la cabecera de Freddy Fantastic Magazine), la revista emprendió el vuelo al mes siguiente dedicándose en exclusiva al género fantástico, bajo la égida de Jordi Costa, que ejercía como redactor jefe, y del futuro director del Festival de Sitges, Ángel Sala, entre otros. La muerte en un accidente de su editor, Erico Rodriguez, acabó resultando en su adquisición por un gran grupo mediático, y (a la larga) en un drástico cambio de orientación, mucho más populista. Aun así, su bajo precio, su abundancia de fotos y su enfoque desenfadado hicieron que esta nueva versión también valiese la pena. Muchos lloramos amargamente cuando desapareció de los quioscos.

¿Por qué queremos volver a leerla? Con su amplio y lujoso formato, sus firmas de lujo (Miguel Marías, Juan Marsé, José Luis Guarner) y su enorme formato, la revista fundada por José Luis Garci fue el equivalente en papel impreso al programa Qué grande es el cine. La especialidad de esta publicación eran los números monográficos: cada uno de sus números se dedicó a analizar en profundidad, bien un género (el musical, el western), bien la obra de un autor (Orson Welles, Woody Allen, Buñuel...) o bien temas tan diversos y variados como la dirección artística, la dirección de fotografía, el estado de la industria en Europa o la relación entre el cine y el tabaco (ay, José Luis, cómo eres). Su profundidad, su variedad de enfoques y su tono de calité la convierten en una presencia muy añorada.

¿Por qué queremos volver a leerla? Si el enfoque de Nickelodeon te parecía demasiado clasicista, y lo tuyo era el cine 'de autor' más radical, esta cabecera estaba hecha para ti. Subtitulada "Revista de cine y formas de ver" y editada en Valencia, lejos de los grandes grupos editoriales, esta publicación se apoyaba en un discurso de izquierda radical y en una invocación a los directores más insobornables, inescrutables y (dirían algunos) inaccesibles. Por más que David Cronenberg, Martin Scorsese o Clint Eastwood se ganasen un hueco en sus portadas (queremos creer que por algo más que para atraer lectores) la tónica siempre la dieron sus reportajes sobre Robert Bresson, un Marc Recha del que fueron apologistas acérrimos, Theo Angelopoulos o Víctor Erice. Lo que ahora llamaríamos "gafapastismo", pero con sentido y con causa.

¿Por qué queremos volver a leerla? Además de publicar en España los tebeos de DC Comics, la empresa de Barcelona Ediciones Zinco hizo lo que pudo (que fue bastante) para mantener activo el panorama de las revistas sobre cine fantástico en España. En esta ocasión, y tras haber editado la versión castellana de la famosa Starlog (titulada aquí Star Ficción), adquirió los derechos de una cabecera mítica sobre películas de terror, que se publica en EE UU desde 1979. Por supuesto, la voz cantante en sus artículos la llevaban las sagas gore y slasher por entonces tan en boga (desde Pesadilla en Elm Street hasta Hellraiser, pasando por Muñeco diabólico), pero también realizaron una labor muy loable reivindicando a titanes ibéricos como Paul Naschy o nuestro Jess Franco. Los cuales, por entonces, eran poco menos que apestados para la crítica mainstream.

Se publicó entre... 1960-1970

¿Por qué queremos volver a leerla? De todas las revistas que reseñamos aquí, Nuestro cine es la única que no pudimos comprar en un quiosco: adquirir uno de sus ejemplares en una tienda de segunda mano o en un mercadillo era, y sigue siendo, un acontecimiento digno de celebración. Entonces, ¿por qué la incluimos aquí? Sencillo: estamos ante la primera publicación española que decidió dedicarse al cine más a la contra, tomando partido (a veces con una militancia rayaana en la cerrazón) contra el celuloide de Hollywood y en pro de las cinematografías europeas o asiáticas. En Nuestro cine colaboraron gigantes de la talla de Víctor Erice, Román Gubern y Vicente Molina Foix, manteniendo siempre, tanto en sus escritos como en su diseño, un emocionante afán de vanguardia. Y todo ello, además, en pleno franquismo y con los censores pegados a la chepa.