15 películas míticas que deberían ser series

¿Qué tienen 'Terminator', 'Los inmortales' o 'M.A.S.H' que no tengan ellas? Estos filmes podrían prolongar sus historias con un traspaso a la TV. Por YAGO GARCÍA
15 películas míticas que deberían ser series
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15 películas míticas que deberían ser series

Siete novias para siete hermanos, Terminator, 10 razones para odiarte, Ace Ventura, Blade, Rambo, Los inmortales, Robocop, M.A.S.H... ¿Qué tienen todas estas películas en común? Exacto: todas ellas se transformaron en series de televisión. Una costumbre que ahora no está tan en boga como hace unos años, pero que a nosotros nos viene de perlas para especular un poco. Aunque la maniobra es arriesgada (véase la calidad de algunos de los shows antes mencionados), llevarse el argumento de un filme al formato catódico es una forma estupenda de alargar historias que se merecían un desarrollo posterior, de saciar nuestro apetito por saber qué fue de los personajes después del rótulo de "FIN", y también de dar de comer a los guionistas y artistas conceptuales, siempre tan necesitados ellos. A tal fin, hemos seleccionado una larga lista de películas (mejores o peores) que podrían beneficiarse de un traspaso a la pequeña pantalla. ¿Se os ocurre alguna a vosotros?

El efecto Zero (1998)

La película: Jake Kasdan (el hijo del director de Reencuentro) nos presentó en este filme de culto a Darryl Zero (Bill Pullman), el mejor detective del mundo, y también un freak capaz de agotar los nervios de cualquiera. Ben Stiller se lució en el papel de su Watson particular.

¿Cómo sería la serie? Consciente de las posibilidades televisivas de su proyecto, Kasdan realizó un piloto en 2001 para la NBC. Pero, como este fue rechazado, aprovechamos para reivindicar a este investigador privado que devora latas de atún. En pleno auge de las redes sociales y el teletrabajo, Darryll se merece más que nunca un show que le coloque junto a otros colegas excéntricos como Monk y el Sherlock de Benedict Cumberbatch.

Matrix (1999)

La película: ¿Hace falta presentar otra vez a la saga de Keanu Reeves, el Hugo Weaving y el 'tiempo bala'? Suponemos que no. Y es que poner de moda otra vez el cyberpunk en el cine, logrando de paso un hito generacional, no es moco de pavo.

¿Cómo sería la serie? Dado que Animatrix, la colección de cortos impulsada por los hermanos Wachowski, obtuvo resultados brillantes (y superiores, dirían algunos, a las dos siguientes entregas de la trilogía) nos parece que un serial basado en el universo de Neo, Trinity y el Agente Smith tendría muchas posibilidades. Si se hace en imagen real, tocará rascarse el bolsillo con los efectos especiales, y si se opta por la animación... Bueno, será práctico tener a mano el teléfono de algún estudio nipón de anime.

Las aventuras de Buckaroo Banzai (1984)

La película: El adjetivo "delirante" se queda muy, muy cortito para describir este filme, en el que Peter Weller (exacto, Robocop en persona) daba vida a un superhéroe-científico-neurocirujano-estrella del rock perpetuamente en guerra con su némesis el Doctor Lizardo (John Litgow).

¿Cómo sería la serie? Dado que la nostalgia de los 80 nunca pasa de moda, creemos que las aventuras de Buckaroo y su banda Los Caballeros de Hong Kong serían ideales para una serie de animación muy postmoderna y muy irónica, de esas que programa el canal Adult Swim. Lejos de apostar por la estética contemporánea, el programa se cachondea de esas adaptaciones dibujadas de Rambo, Conan el bárbaro o las películas de Chuck Norris.

Chicas malas (2004)

La película: Con guión de Tina Fey y protagonizada por una Lindsay Lohan que aún prometía, Chicas malas estuvo a pique de convertirse en la película adolescente definitiva de los dosmiles, presentando un instituto cuyas alumnas luchan a muerte por un poco de popularidad.

¿Cómo sería la serie? ¿Echas de menos los seriales teenager en plan Salvados por la campana? ¿Crees que la Fey se aburrirá mucho después de aparcar Rockefeller Plaza? Si tu respuesta a ambas preguntas es "sí", ya sabes por qué pensamos que la actriz y escritora debería resucitar Chicas malas en formato catódico, aprovechando para colar toda la escatología y el sexo chungo que sus productores le obligaron a eliminar de la película.

Los Increíbles (2004)

La película: Con la mano maestra de Brad Bird a la dirección y el guión, Pixar pone patas arriba las películas de superhéroes narrándonos las historias de una familia superpoderosa.

¿Cómo sería la serie? Dado el final abierto del filme, y dado también que Bird nunca se decide a filmar la secuela, Mr. Increíble, Elasti-Girl y su prole podrían tener una segunda vida de lo más digna protagonizando una serie que aunase los relatos de aventuras con la sitcom familiar. Eso sí, mejor olvidarse de la animación 3D esta vez y volver a las dos dimensiones de toda la vida, no vaya a salir algo como Los pingüinos de Madagascar...

Héroes fuera de órbita (1999)

La película: Rizamos el rizo proponiendo un show a partir de un filme que, en su origen, era una parodia sangrante de las series y su mundillo. En concreto, de Star Trek, de los actores que sobreviven firmando autógrafos en convenciones, y de los fans (no necesariamente de este planeta) que se lo toman todo demasiado en serio.

¿Cómo sería la serie? Pues está clarísimo: se centraría en Galaxy Quest: La nueva generación, un serial que resucita al programa de ciencia-ficción de los 60 dándole un tono más moderno, pero igual de cutre. Y que, por supuesto, también bate récords de audiencia en el espacio exterior, con consecuencias en forma de viajes galácticos (de los de verdad) para sus infortunados actores. Eso sí: un cameo de Sigourney Weaver nos parece impepinable, aunque sólo sea en el episodio piloto.

X-Men (2000-...)

Las películas: Pese a los ocasionales bajones (véanse la tercera entrega de la trilogía y la película de Lobezno), la saga de los mutantes ha supuesto una de las incursiones más exitosas de los superhéroes en el cine. Ahora que esperamos el estreno de X-Men: Days of Future Past, hemos recordado que soñar es gratis...

¿Cómo sería la serie? Preguntémonos esto: ¿qué es lo que le sobra a la Escuela Xavier para Jóvenes Talentos y a su mundillo? Pues personajes. Cientos y cientos de personajes, muchos de los cuales nunca se han asomado a la gran pantalla, ni a las series de animación estrenadas hasta ahora, y que vendrían de perlas para protagonizar una serie ambientada en la selecta institución de enseñanza. A nuestro favor, no sólo contamos con que Bryan Singer tiene un buen currículum como productor de TV (véase House), sino que otro personaje con mucha mano en Marvel y sus aledaños es por igual un distinguido productor para la pequeña pantalla y un fan acérrimo de los mutis. ¿Nos estamos refiriendo a Joss Whedon? Pues va a ser que sí.

¡Están vivos! (1988)

La película: Pese a la deserción de su amigo Kurt Russell y a un presupuesto considerablemente espartano, John Carpenter nos probó en esta cinta que la mejor arma contra una invasión de aliens capitalistas y publicitarios son unas gafas de sol. Cuanto más horteras, mejor.

¿Cómo sería la serie? Visto que el remake de V acabó decepcionando a casi todo el mundo, es el momento ideal para un serial que nos muestre a unos intrépidos guerrilleros enfrentándose a una ocupación de otro planeta. Asumimos que la serie de ¡Están vivos! se rodaría con poco presupuesto, y que visualmente no sería ninguna maravilla, pero eso no nos preocupa: la película original también era cutre con ganas, y mira tú lo mucho que molaba...

Casi famosos (2000)

La película: Cameron Crowe consiguió uno de los primeros títulos de culto del siglo XXI contándonos (en clave) sus peripecias como periodista musical adolescente en los 60.

¿Cómo sería la serie? Con tanta historia fantástica y de aventuras, nos estamos dejando en el tintero las series más formales y realistas, en plan HBO. Con la cantidad de anécdotas que Crowe acumuló en sus años como reportero de Rolling Stones, y con la fauna que se movía (y se sigue moviendo) en el mundo del rock, habría como para llenar varias temporadas protagonizadas por un William Miller cada vez menos ingenuo.

Boogie Nights (1997)

La película: Llevar al formato largo su cortometraje The Dirk Diggler Story, un falso documental sobre el porno de los 70, le valió a Paul Thomas Anderson un debut de los que hacen época y rompen la pana (a veces, literalmente).

¿Cómo sería la serie? Dado que la historia de Dirk ya nos es bien conocida, y que contratar a Mark Wahlberg no está al alcance de todos los presupuestos, la serie de Boogie Nights tendría que renunciar a los personajes del original. Aun así, la versión del filme sobre la historia del cine X se merece una expansión en forma de show. ¿Como Boardwalk Empire, pero con jadeos en vez de whisky de contrabando? Por ahí van los tiros.

Caballeros, princesas y otras bestias (2011)

La película: Tienes a James Franco, a Natalie Portman y un guión muy prometedor que parodia el género medieval-fantástico en plan El Señor de los anillos... Y lo que consigues es una película tan chuchurría como esta. Anda que ya te vale, Danny McBride.

¿Cómo sería la serie? Ahora que Juego de tronos es uno de los seriales más populares de la TV, y que otras propuestas similares como Merlín hacen estragos entre los adolescentes, la premisa de Caballeros, princesas y otras bestias podría gozar de una redención estupenda y con muchos capítulos. El humor escatológico de la película luciría mejor en la pequeña pantalla, y los fans se lo pasarían pipa con las alusiones y las parodias.

Pequeña Miss Sunshine (2006)

La película: Gracias a esta crónica de una entrañable familia de perdedores, el abuelete Alan Arkin y el guionista Michael Arndt (Star Wars: Episodio VII) se llevaron sendos Oscar, y Abigail Breslin entró en la lista de las nominadas más jóvenes de la historia.

¿Cómo sería la serie? A estas alturas del especial, nos damos cuenta de que apenas le hemos prestado atención a otro género clásico de las series: la sitcom familiar. Claro que, entre los intentos de suicidio de Frank, los bailecitos de la hija pequeña y la condición de impresentables de todos los miembros del clan, el tono del programa sería bastante más negro y guarro que el de Modern Family, por ejemplo. Exigimos la presencia de Steve Carell como productor ejecutivo.

Constantine (2005)

La película: Una adaptación bastante descafeinada del cómic Hellblazer, de DC, con Keanu Reeves (otra vez él) dando vida al detective paranormal del título.

¿Cómo sería la serie? De nuevo, el formato televisivo nos serviría para redimir a un filme bastante flojo. Porque las aventuras de John Constantine podrían enganchar de inmediato a los nostálgicos de Buffy, cazavampiros y, sobre todo, de Angel... Siempre que se mantengan detalles del tebeo original como sus momentos gore, la manifiesta hijoputez del protagonista o su ambientación en un Londres muy marginal y muy sombrío. Russell T. Davies (el hombre que resucitó al Doctor Who) sería un candidato de primera para sacar el show adelante.

Win Win (Ganamos todos) (2011)

La película: Esta tragicomedia con estafas, familias disfuncionales, adopciones imprevistas, lucha grecorromana y Paul Giamatti se nos metió en el bolsillo hace dos años. Hasta tal punto fue así, que la coronamos como una de las películas más sorprendentes de 2011.

¿Cómo sería la serie? Dado que el tono de la película original no era manifiestamente humorístico, la serie de Win Win sería un regalo del cielo para aquellos que echan de menos A dos metros bajo tierra, Big Love y otros programas de calidad sobre familias algo 'distintas' y, sobre todo, muy conflictivas.

Sister Act: Una monja de cuidado (1992)

La película: No, no has leído mal, ni tampoco tienes alucinaciones. Nos referimos a ese filme con el que una Whoopi Goldberg con hábitos (y a las órdenes de la priora Maggie Smith) rompió taquillas en los 90. ¿Por qué proponemos esta idea? Sigue leyendo...

¿Cómo sería la serie? Apliquemos una sencilla deducción: si Glee ha triunfado en todo el mundo llevando el formato musical a las comedias de instituto... Entonces, una película que hace exactamente lo mismo con un convento de monjas debería ser un imán para las audiencias. Bueno, a lo mejor no tanto, pero sólo con imaginárnoslo nos partimos de la risa.

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