'Bird', 'Cotton Club', 'La La Land': las 15 mejores películas para amantes del jazz

Refresca tu swing con esta antología de filmes que ponen en primer plano la gran música afroamericana.
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Puede que no nacieran a la vez, pero el jazz y el cine evolucionaron juntos. No en vano, el primer filme hablado de la historia se tituló, precisamente, El cantor de Jazz… aunque su protagonista fuese un actor blanco (Al Jolson) que interpretó sus números musicales más célebres con el rostro pintado de negro. 

Por suerte, las cosas han cambiado mucho. Y ahora, sin ir más lejos, una debutante como Andra Day puede aspirar al Oscar por Los Estados Unidos contra Billie Holiday, el biopic dirigido por Lee Daniels sobre una de las artistas de jazz más influyentes (y desgraciadas) de la historia.

Desde esos comienzos hasta el momento presente, la filmografía dedicada a la gran música afroamericana ha sido larga y complicada. Tanto, que nosotros hemos sudado la gota gorda para ofrecerte esta antología de películas (todas de ficción: los documentales merecen un artículo aparte, y las bandas sonoras, no digamos) que hacen buena la máxima de Duke Ellington: "Si no tiene swing, no importa un comino". 

'Aleluya' (King Vidor, 1929)

La primera película sonora del director de El gran desfile y La multitud fue vista como un trabajo arriesgadísimo en su día: aunque fueras uno de los cineastas más reputados del mundo, había que tener mucho valor para proponer un filme con un reparto cien por cien afroamericano. 

Ahora, sin embargo, Aleluya recibe críticas por el paternalismo de Vidor al retratar a sus protagonistas. Lo cual, en este contexto, nos importa poco: este musical es una maravilla llena de números de jazz y blues en los que destacan figuras como la cantante Victoria Spivey. 

'Una cabaña en el cielo' (Vincente Minelly, Busby Berkeley, 1943)

Otro musical con firmas ilustres, y también protagonizado por actores afroamericanos, Una cabaña en el cielo cuenta la historia de un tahúr al que se le concede una segunda oportunidad para redimir su alma, resurrección mediante. Para qué mentir: si a nosotros nos dieran la oportunidad de alternar con Louis Armstrong y Lena Horne, también saldríamos pitando de la tumba. 

'El trompetista' (Michael Curtiz, 1950)

A los músicos de jazz suele suponérseles un carácter complicado y egos como castillos. Así pues, resulta natural que Kirk Douglas interpretara a una estrella del estilo (inspirada en el músico Bix Beiderbecke). Entre música y vicio, además, tiene ocasión de debatirse entre los amores de Lucille Ball y Lauren Bacall. 

'El hombre del brazo de oro' (Otto Preminger, 1955)

Dos años después de dar la campanada como actor con su Oscar por De aquí a la eternidad, Frank Sinatra aspiró a otra estatuilla dorada, solo que esta vez como protagonista. La responsable: esta película en la que interpreta, no a un cantante, sino a un batería que podría haber llegado a lo más alto de no ser por su adicción a la heroína. 

'Un día volveré' (Martin Ritt, 1960)

Mientras en EE UU los músicos de jazz tenían mucho de parias (por el color de su piel, por practicar un estilo asociado con la mala vida o por ambas cosas), en Europa se les trataba con el respeto debido a grandes artistas. De ahí que muchos salieran pitando para el Viejo Continente, como el saxofonista y el trompetista interpretados aquí por Sidney Poitier y Paul Newman. 

'El ocaso de una estrella' (Sydney J. Furie, 1972)

Tanto en fondo (el empresario discográfico Berry Gordy Jr. la produjo como vehículo de lucimiento para Diana Ross, su amante) como en forma, este biopic de Billie Holiday puede resultar muy discutible. Pero lo que es, es lo que hay: la ocasión de ver a la líder de The Supremes interpretando a 'Lady Day' (papel que le reportó una nominación al Oscar) siempre merecerá la pena. 

'Space is the Place' (John Coney, 1974)

Por desgracia, los aspectos más extremos del jazz han tenido poco reflejo en el cine de ficción. Pero menos mal que aquí está Sun Ra, el teclista que llegó de Saturno, para inocularnos una dosis de vanguardia en este filme de ciencia-ficción que escribe y protagoniza. Como era de esperar en uno de los jazzman más imprevisibles de la historia, el resultado oscila entre lo sublime, lo ridículo y lo descacharrante. 

'Cotton Club' (Francis Ford Coppola, 1984)

En su día, esta película fue un fracaso económico de los que hacen época, y los críticos la pusieron a parir. Hoy, sin embargo, merece la pena recordarla, no solo por su homenaje al legendario garito de Harlem en el que triunfó Duke Ellington, sino también por su valor al presentarnos a Richard Gere y Nicolas Cage interpretando a dos hermanos. 

'Alrededor de la medianoche' (Bertrand Tavernier, 1986)

Si bien la figura del músico de jazz castigado por la vida y los vicios puede hacerse cargante, el recientemente fallecido Tavernier la retrató con suma delicadeza en esta película. No por nada contó con el saxofonista Dexter Gordon para su papel principal. 

Arropando a 'Dex', además, tenemos una banda de lujo en la que figuran Freddie Hubbard (trompeta), Wayne Shorter (saxo) y un Herbie Hancock que, además de tocar el piano, se llevó un Oscar por su banda sonora. Y, pasmado entre tanto coloso, Martin Scorsese aparece en un pequeño papel. 

'Bird' (Clint Eastwood, 1988)

Manda narices recordar que, cuando esta película aspiró a la Palma de Oro en Cannes, muchos críticos aún miraban a Eastwood con suspicacia. Pero el cineasta (que ya era perro viejo, solo que no tanto como ahora) les puso el punto en la boca con un biopic de Charlie Parker, seguramente el saxofonista de jazz más influyente de la historia. 

Aunque los puristas la encuentran discutible, Bird sigue siendo un peliculón gracias a la interpretación de Forest Whitaker y a un montaje que sigue las enseñanzas del bebop, creando orden a partir del caos. Una vez que la veas, te costará olvidar ese platillo volante (de batería) condenado a estrellarse. 

'Cuanto más, ¡mejor!' (Spike Lee, 1990)

Dado su historial de encontronazos con Clint Eastwood, no nos extrañaría que Lee (gran melómano, por lo demás) se tomase como algo personal ofrecer la otra cara de la moneda de Bird. Aquí, el cineasta abandonó la atmósfera callejera de Haz lo que debas en favor de los clubes en los que actúa el trompetista Denzel Washington. Una pena que no pudiese titular este filme A Love Supreme, en homenaje al disco homónimo de John Coltrane. 

'Chico y Rita' (Javier Mariscal y Fernando Trueba, 2010)

La única película de animación española con nominación al Oscar es un tributo al jazz afrocubano, un género al que Fernando Trueba ya había rendido tributo en su documental Calle 54. Narrando en clave la vida azarosa del pianista Bebo Valdés, Chico y Rita ofrece un vistazo de lujo a los años en los que Nueva York y La Habana se polinizaban mutuamente, y musicalmente.  

'Whiplash' (Damien Chazelle, 2015)

Algunos dicen que los crímenes de lesa majestad cometidos por Whiplash contra el jazz son una sátira de Chazelle contra un género que corre peligro de fosilizarse en manos de tiranos como el personaje de J. K. Simmons. Otros, a su vez, afirman que esto solo prueba que el cineasta no tiene ni idea de qué va esto. ¿Quiénes llevan la razón? No tenemos ni idea… pero sí sabemos que "not quite my tempo!" es un meme de los que no se agotan. 

'Miles Ahead' (Don Cheadle, 205)

Para dirigir y protagonizar a la vez una película sobre la vida de Miles Davis, hay que tener tanto ego como el propio trompetista. Afortunadamente, Don Cheadle encaró su propósito con espíritu juguetón, poniendo al autor de Kind of Blue y Bitches Brew en el centro de una thriller jocoso y psicodélico lleno de guiños para fans. 

'La La Land' (Damien Chazelle, 2016)

Pues sí: le pese a quien le pese, Damien Chazelle es el director más jazzístico del Hollywood actual. Y dio buena prueba de ello en su aclamado y oscarizado musical mediante el personaje de Ryan Gosling, ese pianista sin suerte cuya posesión más preciada es la banqueta del pianista Hoagy Carmichael. 

Por otra parte, y ya que estamos, ese famoso incidente con Faye Dunaway en los Oscar puede quedar como uno de los momentos más jazzísticos del cine en el siglo XXI. Porque, en el arte de improvisar, no existen las notas, o los sobres, equivocados: todo depende de lo que haces con ellos. 

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