10 películas sobre travestismo y transexualidad que completaron nuestra educación

Aprovechamos la semana del Orgullo LGTBI+ para recomendar películas sobre travestis, transexuales y transgénero que hacen de nosotros seres más empáticos y tolerantes.
10 películas sobre travestismo y transexualidad que completaron nuestra educación
10 películas sobre travestismo y transexualidad que completaron nuestra educación
10 películas sobre travestismo y transexualidad que completaron nuestra educación

Durante décadas, las películas sobre travestis, drag queens, transgéneros y transexuales han formado una mínima parte de la industria del cine comercial, la gran mayoría de estas reducidas al vasto campo del cine independiente o al género de la comedia. A pesar de ello, este hecho ha sido un factor clave para transformar muchas de estas películas en verdaderas obras de culto que, hoy día y con motivo de la semana del Orgullo LGTBI+, recordamos con gusto.

The Rocky Horror Picture Show (1975)

El musical de Jim Sharman, basado en el de Richard O’Brien y estrenado en 1975, causó furor entre los espectadores y a día de hoy resulta imposible olvidar el elenco de actores (Tim Curry, Susan Sarandon, Barry Bostwick, Patricia Quinn, Richard O’Brien, etc.) que hicieron de este espectáculo una autentica obra cinematográfica. Con los lemas principales de Don’t Dream It, Be It y Give Yourself Over to Absolute Pleasure, The Rocky Horror Picture Show es una invitación a sumergirse en los placeres más ocultos de nuestro subconsciente, darle la espalda a los convencionalismos y abrazar todas aquellas acciones que están mal vistas a ojos ajenos, pero que realizaríamos en caso de no sentirnos juzgados.

La banda sonora es de una calidad absoluta, tanto las letras como las interpretaciones que estas reciben e incluye al músico Meat Loaf (Marvin Lee Aday) que aún estaba por consagrarse como una leyenda del rock. Asimismo, vemos a un joven Tim Curry completamente transformado y metido en un papel que le va como anillo al dedo. Sus movimientos y expresiones le hacen a una pensar que lleva subido a sus tacones toda una vida. De hecho, en una entrevista por el 40 aniversario del film, todo el reparto estuvo de acuerdo en afirmar que The Rocky Horror Picture Show era, ni más ni menos, Tim Curry. Verle en su papel de travestido, altivo y malvado doctor Frank-N-Furter simplemente produce absolute pleasure.

En definitiva es un musical que abraza lo freak, lo underground, lo marginal y el morbo absoluto, pero pensado para disfrute de todo tipo de público. La misma Princesa de Gales, Lady Di, llegó a decir que The Rocky Horror Picture Show había “completado su educación”. Y realmente no podía haberlo expresado mejor.

Pink Flamingos (1972)

Es posible que Pink Flamingos (John Waters, 1972) sea una de las películas que más controversia suscite en el mundo del cine. Hay quien no puede aguantar ni cinco minutos y quien opina que es una obra de culto como ninguna otra en su campo, el cine de explotación (género de temáticas moralmente inaceptables). Pink Flamingos es transgresión, lascivia, puro y absoluto escándalo, contracultura y obscenidad. Y es precisamente eso lo que la hace tan maravillosa, ya que no hay otra igual.

La drag queen y protagonista Divine (junto a su familia) deberá luchar por preservar el título de “persona más inmunda del mundo”, denominación que el matrimonio Marble, quienes ellos mismos se consideran más inmundos que nadie, quiere arrebatarle a toda costa. A medida que avanza, el filme toma direcciones totalmente surrealistas, donde los espectadores tendrán la oportunidad de presenciar peleas, diálogos totalmente absurdos, zoofilia, canibalismo, coprofagia (ingerir heces voluntariamente), voyerismo e incesto, entre otros muchas cosas.

En definitiva, algo que no se ve todos los días y que, por esta misma razón, creo que se debe valorar positivamente, aceptando y asumiendo que no todo en la vida (en el cine en este caso) es de color de rosa, y aunque muchas veces veamos indecencias u obscenidades en la gran pantalla siempre se puede llegar a un límite más extremo, si cabe. A fin de cuentas, estamos hablando de ficción, donde todo es posible.

Hedwig and the Angry Inch (2001)

A diferencia de otras películas de temática LGTBI donde se satiriza la imagen de los travestis, transexuales o drags, Hedwig and the Angry Inch (John Cameron Mitchell, 2001) es un drama en forma de musical rock que relata el dolor y la crudeza de la traición, así como las dificultades que sufre la protagonista por ser y sentirse una mujer en un cuerpo con el que simplemente no se identifica.

Al mismo tiempo perseguirá el éxito robado de su talento musical por su discípulo y ex amante Tommy Gnosis, un conocido músico con más fama que la propia Hedwig, hecho que esta última trata de cambiar. La artista tratará de boicotear la gira de Tommy Gnosis actuando en pequeños locales al mismo tiempo que su competidor y a raíz de las canciones el espectador conocerá y comprenderá la historia de la protagonista, una alemana del Este que sobrevive a múltiples adversidades a lo largo de su vida, entre las que se encuentran una huida, una vaginoplastia fallida, un matrimonio desastroso y muchos corazones rotos.

La banda sonora interpretada por el grupo de Hedwig junto con las magníficas actuaciones del elenco de actores hacen de esta película un verdadero viaje que resulta difícil olvidar y más aún imposible de no valorar.

Desayuno en Plutón (2005)

Basada en la novela de Patrick McCabe con el mismo título, Desayuno en Plutón (Neil Jordan, 2006) relata la vida de Patrick (también Kitten o Patricia), una transexual irlandesa que es abandonada por su madre en la puerta de la iglesia de su pueblo y adoptada por una familia a la que, a medida que pasan los años, le será más difícil comprenderla.

Este drama ambientado en los años 60 y 70 no solo muestra las dificultades de un chico al no identificarse con su propio cuerpo, teniendo en cuenta todos los estigmas sociales de la época y de un país tan religioso y tradicional como era Irlanda, sino que también mostrará la búsqueda de la identidad a través del deseo de encontrar a la madre biológica de la protagonista, quien de alguna manera piensa que le conseguirá dar todas las respuestas a sus preguntas.

Resulta indispensable destacar la brillante y tan bien construida interpretación de un joven Cillian Murphy, quien toma el papel protagonista con una sensibilidad y feminidad apabullante, viéndose envuelta en todo tipo de situaciones que harán de la película una verdadera odisea tanto para Patricia como para los espectadores. Asimismo, el film recalca cómo la protagonista y sus amigos se ven envueltos en situaciones en las que el terrorismo del IRA, que por aquellos años afectaba a Irlanda, afecta a sus vidas de maneras completamente diferentes y aleatorias.

Las aventuras de Priscilla, reina del desierto (1994)

Todo aquel que disfrute de una buena road movie tiene la obligación de ver Las aventuras de Priscilla, reina del desierto (Stephan Elliott, 1994). La película narra el viaje en un envejecido autobús, al que llaman Priscilla, que deben hacer tres drag queens, cruzando Australia de una punta a otra para lograr llegar a un festival donde han sido contratadas para actuar. Como toda buena road movie, el viaje representará una odisea en la que los tres protagonistas se encontraran con tantas adversidades como aventuras que les harán crecer como personas, como amigos y por supuesto, como artistas.

El elenco de drag queens, formado por Terence Stamp, Hugo Weaving y Guy Pearce representarán las tres edades del hombre, desde un veinteañero (Pearce), uno que roza los cuarenta (Weaving) y uno algo mayor rondando los sesenta (Stamp), mostrándonos cómo es ser drag queen a tan diferentes edades y qué tipo de dificultades se han de encontrar a su paso, concluyendo que la edad no le libra a uno de los obstáculos de la vida, sino que siempre evolucionan de alguna manera y acaban por afectarnos, aunque la experiencia del camino nos ayude a combatirlos.

En definitiva, es un divertido relato de tres amigos, cada cual más extravagante, que pretende hacer reír a los espectadores, al mismo tiempo que demuestra que el drama y la personalidad no solo salen a relucir a la luz de los focos y encima del escenario, sino que también en medio del mismísimo desierto australiano, ya que son cualidades que uno lleva dentro de por vida.

A Wong Foo, ¡gracias por todo! Julie Newmar (1995)

Esta comedia de 1995 dirigida por Beeban Kidron es también una road movie en la que tres drag queens se adentran en un viaje por los EE UU, desde Nueva York a Hollywood en un viejo Cadillac descapotable, con el objetivo de asistir al desfile de Miss Drag Queen de América. Las tres protagonistas, Vida Boheme (Patrick Swayze), una americana blanca de clase alta, Noxeema Jackson (Wesley Snipes), una afroamericana musculosa y Chi-Chi Rodriguez (John Leguizamo), una joven y alocada latina, acabaran por compartir amistad, aventuras y peligros de camino a Los Ángeles, así como haciendo uso de su ingenio, su clase y su personalidad para salir airosas de cada situación.

Tras una avería mecánica, terminarán pasando un fin de semana en un pueblecito abandonado en medio de la nada, donde revolucionarán por completo a su población, quien estaba pidiendo a gritos un toque de vida y color como el que les dan nuestras tres protagonistas. Pensando en los peligros que acarrearía descubrir sus verdaderas identidades a cada persona que se encuentran por el camino, acaban entendiendo que siendo fieles a sí mismos tienen menos que temer que tratando de esconderse continuamente, a pesar de ser conscientes de que no todo el mundo (y sobre todo la América profunda) es tan tolerante como ellos quisieran.

En definitiva, acaba resaltando los estereotipos y las dificultades más recurrentes de las drag queens, sobre todo con la tan creíble actuación de Patrick Swayze, pero también desmiente otros tantos sobre los ciudadanos americanos de a pie.

Boys Don't Cry (1999)

La película Boy’s Don’t Cry de Kimberly Pierce es un drama biográfico interpretado por Hilary Swank en el papel de Brandon Teena, un chico transexual de Falls City, Nebraska, que fue brutalmente violado y posteriormente asesinado por dos chicos de la zona. La película narra la vida del protagonista antes de los brutales sucesos, donde nos encontramos con un joven que quiere ser aceptado por la sociedad que le rodea (incluyendo su familia y amigos) y de esta manera llevar una vida normal y corriente. A lo largo del filme comenzará a frecuentar distintas amistades que le descubrirán nuevos sentimientos y situaciones, así como el amor y la aceptación, pero también la brutalidad y la intolerancia.

El crimen (cometido en 1993, a sus 21 años) causó tal revuelo en la prensa que seis años más tarde se rodó la película en honor a Brandon, con la intención de denunciar ante el mundo tales actos de transfobia y brutalidad. La actuación de Hilary Swank así como su aspecto y cambio físico para interpretar al chico son verdaderamente espectaculares. Su interpretación le llevó a ganar el Oscar a mejor actriz en el año 2000.

Una jaula de grillos (1996)

Esta comedia estadounidense de 1996 dirigida por Mike Nichols es una divertida película sobre Armand (Robin Williams), el dueño de un club nocturno de drag queens de Miami donde su pareja sentimental, Albert (en una genial actuación de Nathan Lane) es la estrella drag que cada noche durante años ha salido a actuar frente al público. Armand, que posee un hijo llamado Val (Dan Futterman) de una relación heterosexual anterior, se encuentra en un aprieto cuando su hijo le pide el favor de que ambos se hagan pasar por una familia tradicional católica, ya que el padre de la prometida de Val (Gene Hackman) es un senador muy conservador al que pretende impresionar.

La película se desarrollará entorno a dicha trama, donde Albert, quien se siente desplazado del plan, toma las riendas de la situación para hacerse pasar por la madre biológica de Val. En principio, no le resultará complicado ya que lleva años interpretando un papel similar para el club, pero pronto surgirán los problemas.

El filme trata la intolerancia de los ultraconservadores hacia todo el mundo homosexual y LGTBI en general y cómo dicha visión puede cambiar según las circunstancias. La interpretación de diva de la noche de Nathan Lane no deja indiferente a nadie y una vez acabada la película una tiene la sensación de que él, no solo es la estrella del club, sino que también de toda la película.

Con faldas y a lo loco (1959)

La afamada comedia de Billy Wilder, protagonizada por Jack Lemmon, Marilyn Monroe y Tony Curtis, causó sensación en 1959 y tal es su estela que a día de hoy sigue arrancando sonrisas a sus espectadores. La película narra la huida a Florida de dos músicos (saxofonista y contrabajo) que escapan del mafioso Botines Colombo (George Raft, simulando a Al Capone) al haber sido testigos de la famosa Masacre de San Valentín, donde se ordenó la muerte de cinco miembros de una banda de Chicago (ocurrió realmente en el año 1929). Asustados por su futuro se travisten para poder entrar en una orquesta de mujeres que parte rumbo a Florida al haber sido contratadas como orquesta de un hotel de playa.

Es entonces cuando los dos protagonistas se sumergen en una aventura donde se encontrarán rodeados de chicas a las que deberán imitar, seguir, escuchar y aconsejar para que nadie descubra sus verdaderas identidades. Marilyn Monroe será la cantante de la orquesta, de la cual ambos hombres quedarán prendados y formarán una de las trinidades más famosas de Hollywood.

Con faldas y a lo loco supuso en su época una apertura al debate del travestismo, siendo uno de los primeros clásicos en tratar este tipo de temas, teniendo en cuenta el conservadurismo de Hollywood por aquel entonces. Asimismo, la última escena interpretada por Jack Lemmon y Joe E. Brown cuenta con uno de los diálogos más emblemáticos del cine, en el que deja una puerta abierta a una posible alusión a la tolerancia homosexual, convirtiéndola a fin de cuentas en un final memorable.

Paris Is Burning (1990)

El documental Paris Is Burning producido y dirigido por Jennie Livingston, rodado a finales de los 80 y estrenado en los 90 narra la vida y el movimiento de la cultura del voguing desarrollado en los 80 en Harlem, Nueva York. Por aquel entonces, esta subcultura estaba formada (en gran mayoría) por hombres latinos y afroamericanos homosexuales que encontraban en los desfiles y bailes un desahogo para sus complicadas vidas y una comunidad gay, drag y transgenero en la que apoyarse. El documental muestra por un lado los espectáculos que estos organizan para su disfrute y el funcionamiento de las jerarquías sociales en el voguing y en los llamados “balls” que celebraban. De esta manera conocemos la existencia de diferentes casas (semejantes a familias o clanes) entre las que compiten pero donde encuentran también cobijo y aceptación.

Por otro lado, las entrevistas individuales que proporciona el documental muestran a los espectadores las dificultades personales por las que pasan los integrantes de estas casas, ya sea hogares desfavorecidos, exclusión familiar por la condición sexual, drogas, robos o prostitución, entre otros motivos.

El documental recibió numerosos premios, entre ellos el Gran Premio del Jurado del Festival de Sundance, y fue tal el eco que proporcionó que resultó en su día una ventana hacia la comprensión de la comunidad LGTBI, así como una manera de difundir la cultura del voguing.

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