10 'frotamientos' de cine: cuando el roce hace el cariño

¿Crees que todos los actos sexuales tienen que ver con el intercambio de fluidos? Con Cameron Diaz ('Bad Teacher') como guía, te mostramos 10 maneras de hacerlo con la ropa puesta. Por CINEMANÍA
10 'frotamientos' de cine: cuando el roce hace el cariño
10 'frotamientos' de cine: cuando el roce hace el cariño
10 'frotamientos' de cine: cuando el roce hace el cariño

Qué ganas de ver Bad Teacher, ¿verdad? Y no sólo porque Cameron Diaz prometa ofrecernos ración doble de su faceta más deslenguada y golfa, ni porque Jason Segel siempre nos haga reír, sino también por una escena, muy comentada en EE UU, en la que la actriz de Algo pasa con Mary imparte a su 'víctima' Justin Timberlake una lección práctica de frotismo. Es decir (según Wikipedia), "la excitación erótica mediante el rozamiento del órgano genital (u otra parte del cuerpo) con el cuerpo de otra persona sin su consentimiento". Tan en serio se toma Cameron su labor friccionadora, que el pobre Justin acaba necesitando un cambio de pantalones.

Lamentamos llevarle la contraria a la enciclopedia online, pero como bien sabe la Diaz (que por algo es una autoridad en porno), los rozamientos eróticos no siempre tienen lugar de forma intrusiva. Es más, en el cine podemos encontrar innumerables ejemplos de caricias, fricciones y estimulaciones con final feliz, para las que no hace falta quitarse la ropa. Fiel a su afán de servicio público, CINEMANÍA te ofrece 10 ejemplos de prácticas sexuales sin intercambio de fluídos.

* Supersalidos

Aunque la comedia teen más cachonda de los dosmiles no es tan sexual como da a entender su título español, en ella hay un momento inolvidable relacionado con los frotamientos... Y con la menstruación. Cuando Seth (Jonah Hill) descubre que la chica con la que baila en la fiesta final no pone freno a sus aproximaciones, se arrima cada vez más, hasta descubrir que él y la moza (que está en sus días) se han convertido en "hermanos de sangre".

* Boys Don't Cry

Eres una chica (Hilary Swank), pero quieres ser un chico, así que te vistes y actúas como tal. Tu novia (Chloe Sevigny) cree que está saliendo con un chico, y tú no quieres sacarla de su error. ¿La solución? Una buena puesta en escena y (lo juramos) una caracola de plástico. Aviso: llevar a cabo esta práctica en ciertas zonas de EE UU puede ser incompatible con la vida.

* Instinto básico

En el thriller erótico de Paul Verhoeven, la bisexual Sharon Stone invierte astucia y energías en incitar a Michael Douglas hasta el borde de la locura calentorra. Una de sus astucias para lograrlo es bailar muy, muy agarrada con su pareja Leilani Sarelle. Cazador y presa se arriman, sudan y, si no consuman, lo parece.

* Ghost

"Ooooooh, myyyy loooveee, my daaaarling...". Así cantaban los Righteous Brothers mientras Demi Moore y un Patrick Swayze de carne y hueso (aún) encontraban posibilidades creativas y eróticas al modelado de arcilla. Ella lleva blusa y él vaqueros, pero el público noventero y avisado se enteró sin problemas de lo que ocurría allá abajo.

* Crash

Harto de su monótona vida sexual (que si una infidelidad consentida, que si un dogging, que si...) el ejecutivo James Spader encuentra un nuevo fetiche erótico en el mundo del automovilismo. Más concretamente, en las laceraciones provocadas por accidentes de coche. Cuando Holly Hunter (mutilada y orgullosa) le pone sus cicatrices a tiro, el prota se lanza a por ellas obteniendo uno de los momentos más malsanos de la filmografía de David Cronenberg. Que ya es decir.

* American Pie

Eres un consumado coleccionista de porno, y a tu novia no le importa. Será porque es europea, pero a ella le encanta retozar entre tu colección de revistas. Todo pinta muy bonito, hasta que tu calentura (esa que el pastel de manzana no logró aliviar) te traiciona, haciéndote consumar el acto a calzón puesto mientras tus amigos se parten de risa vía webcam. Jason Biggs sabe de lo que hablamos.

* Teniente corrupto

Harvey Keitel, el policía más guarro y drogadicto de Nueva York, tiene una forma muy peculiar de cobrar las multas de tráfico. Rehusamos describirla en detalle para no herir susceptibilidades, pero incluye a una chica aterrorizada, una ventanilla y al corrupto en cuestión corrompiéndose a sí mismo. Años después, su discípulo Nicolas Cage repetiría método, práctica y resultados en el remake dirigido por Werner Herzog.

* Mentiras arriesgadas

Erotismo, finura, elegancia... y James Cameron. Quienes piensan que el hombre de Terminator es ajeno a las sutilezas sexuales no han visto este momento mítico, en el que un Arnold Schwarzenegger ansioso de revitalizar su matrimonio lleva a Jamie Lee Curtis borde del clímax usando una puesta en escena imaginativa, música ad hoc y una rosa fisgona. En la vida real, como supimos hace poco, 'Arnie' nunca estuvo para sutilezas.

* La mala educación

"Ningún sacerdote abusó de mí", recordó Pedro Almodóvar con ocasión del estreno de este filme, "pero todos los niños sabíamos lo que pasaba". Usando la parte más malsana de sus experiencias en un colegio religioso, el director manchego rozó el límite de la perversión mostrándonos lo que pasa cuando dos chavales con las hormonas (homosexuales) en ebullición se quedan solos por la noche en el dormitorio. Eso sí: con los pijamas siempre puestos.

* El expreso de medianoche

Al igual que en el caso de Teniente corrupto, nos hallamos ante un caso de sexo con un cristal de por medio. Sólo que el pobre Brad Davis se ve obligado a él porque en una carcel turca no hay mucho lugar para la cópula (con mujeres, se entiende). De este modo, el pobre chaval se entrega al placer de Onán mientras ella refriega sus atributos femeninos por el cristal de la ventanilla.

* Secretary

¿Qué tendrá James Spader que se le dan tan bien los papeles de guarrete con clase? No lo sabemos, pero Maggie Gyllenhaal (objeto de sus cachetes, y de más cosas, en este filme) sí que lo sabe. Bastan unos cuantos palmetazos en el pompis para que la hermana de Jake llegue a una inolvidable consumación.

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