CINEMANÍA nº 318

'The Batman' con Robert Pattinson y Zoë Kravitz, protagonista de marzo
'The Batman' con Robert Pattinson y Zoë Kravitz, protagonista de marzo
Cinemanía
'The Batman' con Robert Pattinson y Zoë Kravitz, protagonista de marzo

1. Money, money. Quizá los adultos, y más los que de pequeños no caímos en las redes de los cómics de Marvel y DC, entendamos mejor a los superhéroes que en realidad no tienen superpoderes, por mucha capa que luzcan. Tal vez somos tipejos prosaicos, hemos perdido capacidad de fantasear o presuponemos que eso les puede hacer más humanos, cuando en realidad todos esos héroes con máscara y mansión perdieron una oportunidad de mostrar sus debilidades, de parecerse a nosotros, desde su opulencia económica. 

Maldigo el día en que se me ocurrió descubrirles a mis hijos que Batman no tiene ningún superpoder. Para ellos el batmóvil, la coraza y el antifaz le conferían una fuerza sobrehumana, que es la que ellos sienten al disfrazarse. Por eso a los niños setenteros nos advertían contra nuestra fantasía: había niños que saltaban desde el balcón después de ver Superman.

Batman solo es rico. Y ahora los peques lo miran con otros ojos. Ya sabían que no le apetece mucho salir de Gotham, así que intuyen que no va a salvar Ucrania de las garras de Putin. Para eso mejor tiramos de los marvelitas que siempre dudaron de los acuerdos de Sokovia, que eso sí que suena a Europa del Este. Los adultos entendemos mejor el irresistible influjo del “poderoso caballero”, el superpoder del dinero, pero los niños solo responden ante el hecho diferencial superheróico: la picadura de la araña, nacer en Krypton o en Asgard, una explosión de rayos gamma verdes. Algo con mérito de verdad. ¿Dinero? ¡Bah!

Imagen de 'The Batman'
Imagen de 'The Batman'
Cinemanía

2. NIRVANA. Los adultos no tenemos gustos baratos, pero no nos engañemos, tampoco acabamos de empatizar con los millonarios, por muy filántropos que se crean. Seamos sinceros y llamémosle envidia o, como mucho, conciencia de clase. Desconfiamos de Bruce Wayne, igual que de Tony Stark (aunque Pepper Potts le humanice) por su pasta. En el cine, a Batman le hemos ido aguantando por sus villanos o por los directores. 

Al pobre Adam West de gris onomatopéyico ni le dimos una oportunidad. Hemos tragado con un Batman acorazado de mínimo gesto con Michael Keaton por Tim Burton, ni sabemos cómo superamos el careto peculiar de Val Kilmer, ni la belleza elegante (tirada por la borda) de Clooney. Aguantamos el ramalazo de monje y guerrero de Christian Bale por la gracia de Chris Nolan, descubrimos el abdominal extra (¡tiene 9!) y las veladas de microondas de Will Arnett con Lego, y sobrellevamos el ocaso de Ben Affleck

Ahora nos llega el turno de Robert Pattinson, al que quieren hacernos pasar por Kurt Cobain. Hay esperanza: quizá las estrellas de rock, como los futbolistas, como los que se ríen hasta de su sombra, sean los únicos multimillonarios a los que todavía perdonamos su fortuna. Seguiremos vigilantes, en el fondo seguimos sin perdonarle su pecado original, con la secreta ilusión de que el caballero oscuro rompa al fin con su zona de confort.

Cruz, Banderas, Irene Escolar y José Luis Gómez.
Cruz, Banderas, Irene Escolar y José Luis Gómez.
Manolo Pavon

3. Risa y gloria. El Zorro llevaba capa, pero fue mucho más valiente dar vida a su personaje en Philadelphia en 1993, cuando aún quedaban muchas barreras por levantar. O instalarse en Hollywood cuando los latinos no pasaban del fondo del plano, unirse a Shrek y con Bob Esponja, enfrentarse a los testosterónicos actores de Los mercenarios y medirse con Brad Pitt y Tom Cruise y salir airoso en Entrevista con el vampiro. 

La descomunal carrera de Antonio Banderas, desde sus inicios como bello chico Almodóvar a convertirse en álter ego del director manchego en Dolor y gloria, pasando por sus trabajos con Woody Allen, Brian De Palma, Steven Soderbergh y Terrence Malick, tiene además el contrapunto de haber sabido siempre mostrarse cercano, amable, dispuesto, demostrando una humanidad difícil de encontrar en las estrellas de cine. 

No se nos ocurre mejor maestro para nuestra quinta guía de Escuelas de cine, ni actor que represente mejor una esperanzadora vuelta de la comedia (más o menos dramática) a primer plano, con Languange Lessons de Mark Duplass, La peor persona del mundo de Joachim Trier y esta Competencia oficial de Banderas, Penélope Cruz y Óscar Martínez, tres maneras de mirar la vida con la dosis necesaria de ironía. Un poco de comedia inteligente para entender mejor el mundo al que nos enfrentamos, que no sale del todo de una pandemia y ya parece abocado a una guerra. Banderas es nuestro superhéroe favorito para enfrentarnos a estos tiempos difíciles. Con él, al fin del mundo.

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