'Insidious: La puerta roja': la saga devora a sus hijos

Si has clicado en esta crítica, lo más probable es que ya sepas que los acontecimientos que narra la quinta entrega de la saga Insidious conectan con el final de la segunda. De todos modos, la propia película se ocupa de recordarlo mostrando en un prólogo a Josh (Patrick Wilson) y Dalton Lambert (Ty Simpkins) sometiéndose a hipnosis para olvidar todos aquellos traumáticos sustos en el Más Allá. 

Han pasado diez años, y padre e hijo se entregan a esa tradición tan americana que consiste en acompañar, en coche, al hijo a la universidad como en Los Mitchell contra las máquinas o en Qué fue de Brad. Sin embargo, a pesar de la amnesia inducida, siguen sin llevarse demasiado bien. Pero nada como unos paseos al otro lado de la Puerta Roja para limar asperezas, eliminar la brecha paterno-filial y, a lo mejor, quién sabe, fundirse en un conmovedor abrazo final.

Ya en la universidad, Dalton, que había demostrado sus habilidades como dibujante en el pasado y ahora aspira a convertirse en un artista de verdad, padece una de esas profesoras intensas (Hiam Abbass), que te incita a sacar lo que llevas en lo más profundo de tu ser, y a romper las obras con las que no hayas logrado alcanzar ese nivel –una regla que los responsables de la saga ni se plantean (quizás sea un chiste a costa del público)–. 

La profesora inflexible pone como ejemplo Saturno devorando a sus hijos, un cuadro que, por su pasado con ecos de El resplandor, remueve algo en Dalton. A kilómetros de distancia, su padre también está tratando de recuperar la memoria, y se acabará enfrentando a la oscuridad de su árbol genealógico, ya conocida por los espectadores, lo cual, claro está, le resta no poco suspense a su búsqueda.

Padre e hijo acaban recuperando el don de la proyección astral, y vuelven a las andadas en el Más Allá enfrentándose a fantasmas demoníacos a los que les sentó tremendamente mal la última ingestión de alimentos. Los sustos, al principio muy del tipo “se está acercando, pero el protagonista no se da cuenta”, van apareciendo con bastante calma, causando de hecho un impacto relativo. Uno construido como un juego Memory ha sido especialmente celebrado. 

Aunque el más angustioso, por ser el más próximo a los miedos de lo real, sin duda es el del padre atrapado en un TAC cuando se somete a una resonancia magnética. Ni siquiera hacía falta que apareciera una manita por el hombro... El clímax, sin embargo, la concatenación de acontecimientos teóricamente terroríficos que transcurren al otro lado, puede hasta resultar aburrido y soporífero, pese a la aceleración del sustómetro. La película, de hecho, es tan literalmente oscura que induce a la cabezadita. Y sin efecto teletransportador.

Como metáfora de la angustia existencial, tampoco resulta demasiado liberadora. Lo digo yo, que soy un angustiado profesional, siempre al borde del ataque de pánico. Así pues, en resumidas cuentas, el debut tras la cámara del bueno de Patrick Wilson, cosa que se esperaba con la simpatía que le tenemos, lo acaba dejando como un aplicado alumno de James Wan, de esos que preguntan todo el rato, por no decir pálido imitador, pues le falta malicia en su juego con el espectador. 

Aunque esta quinta entrega mantiene la elegancia, la reformulación del género con un cierto barniz de modernidad instaurada por Wan en aquella primera entrega queda ya muy lejos. Demasiado lejos.

FICHA TÉCNICA

Insidious: La puerta roja

• Director:

  Patrick Wilson

• Género:

  Terror

• País:

  EE UU

• Sinopsis:

  Josh desea ser un buen padre y mantener una buena relación con su hijo Dalton, que acaba de empezar sus estudios universitarios. Pero las pesadillas que empiezan a tener ambos no auguran nada bueno.

• Guion: Scott Teems
  
  Reparto: Patrick Wilson, Rose Byrne, Ty Simpkins, Lin Shaye
  
  Duración: 107 min.
  
  Veredicto: Si fuese un reboot, se llamaría 'Insipidous'.
  
  Distribuidora: Sony Pictures
  
  Estreno: 20/07/2023