Crítica de 'Rebel Moon - Parte 2': aunque se haya perdido la fe en Zack Snyder, la curiosidad por su cine resiste

'La guerrera que deja marcas', continuación de 'La niña del fuego', ofrece un espectáculo espacial que entretiene sin atrapar, justo lo que le ocurría a la primera parte, a la que se suma en Netflix.
Sofia Boutella, en 'Rebel Moon (parte 2). La guerra que deja marcas'
Sofia Boutella, en 'Rebel Moon (parte 2). La guerra que deja marcas'
(Netflix)
Sofia Boutella, en 'Rebel Moon (parte 2). La guerra que deja marcas'

Después de Ejército de los muertos, atrayente a la par que excesiva, Zack Snyder reforzó sus lazos con Netflix con Rebel Moon (parte 1). La niña del fuego, el primer capítulo de su concepción de la space opera. La película llegó a la plataforma en diciembre, que ahora estrena Rebel Moon (parte dos). La guerrera que deja marcas.

Este segundo filme muestra cómo la fugitiva Kora/Arthelais y los guerreros que consiguió reclutar junto a su amigo Gunnar preparan a los aldeanos de Veldt, la comunidad que la acogió, para el ataque del ejército de Mundomadre, el destructor e inclemente imperio al que perteneció como hija adoptiva del regente y como referente bélico.

El reparto vuelve a estar encabezado por Sofia Boutella, de nuevo acompañada por Michiel Huisman (Gunnar), Ed Skrein (el almirante Noble, el odioso villano) y Djimon Hounsou (el general Titus). Y una vez más no hay que pasar por alto la colaboración del gran Anthony Hopkins, quien pone voz al singular robot Jimmy, un robot militar que servía al rey caído.

Crítica de 'Rebel Moon - Parte 2: La guerrera que deja marcas'

Valoración:

Más allá del ruido de defensores acérrimos, de odiadores y de burlones, lo cierto es que la figura cinematográfica de Zack Snyder se resintió hace tiempo. En esa coyuntura ambiental llegó Rebel Moon (parte 1). La niña del fuego, película que generaba un permanente choque interno. Aunque los elementos dispuestos conducían al entretenimiento, estos se topaban con el aire postizo del desempeño digital y de los decorados, un aspecto visual por debajo de lo debido y a la vez atractivo por los ecos de serie B, las formas televisivas, un popurrí referencial sin depurar y la sombra del enésimo ejemplo del 'síndrome' Netflix.

A pesar de todo, su propuesta espacial se dejaba ver. Era un 'no' pero 'sí' y, a ratos, un 'sí' en medio de cosas que no convencían. Rebel Moon (parte dos). La guerrera que deja marcas, el cierre del díptico (no así de la saga, al menos por lo que a Snyder respecta), sume en una tesitura interna similar mientras la curiosidad resiste. La de saber cómo sigue la historia de la causa rebelde que Kora/Arthelais asume para salvar Veldt, redimirse y encontrarse (no importa que el perfil y la dinámica se conozcan de antemano), y la de comprobar si, aunque se haya perdido la fe en él, Snyder retiene detalles del Snyder que gustaba.

Esta segunda entrega entretiene dentro de que no atrapa y no trasciende en cuanto a que no consigue, como por otro lado suele ocurrir por desgracia con el cine concebido para plataformas, sacar al espectador del modo sofá, de verla sin que tampoco le importe mucho. Y eso que la batalla del ejército de Mundomadre contra insurgentes y campesinos implica un enorme despliegue. Con los condicionantes formales heredados del primer capítulo, pero desde luego ofrece espectáculo.

A pesar de lo nutrido y variado del repertorio, con escenas de acción con frecuencia envueltas en las ralentizaciones tan distintivas del autor, uno no puede evitar fijarse especialmente en la lucha con espadas láser. Un momento que distancias al margen enlaza con las modulaciones de Star Wars diseminadas por el relato, como se sabe también con la mirada puesta en Los siete samuráis (aquí seis).

Si el capítulo original narraba la 'reactivación' de la guerrera fugitiva, la búsqueda de compañeros para la causa (la clásica forja del equipo) y el golpe que consiguen infligir al imperio cuando todo parecía perdido, la continuación expone la batalla por la defensa de Veldt previo paso por la preparación para la contienda y el adiestramiento de los granjeros. Un proceso lógico que no obstante cae en pasajes enfocados a la descripción y la conexión (los que evocan la hermandad) que dicen poco.

El robot militar de 'Rebel Moon' al que presta voz Anthony Hopkins
El robot militar de 'Rebel Moon' al que presta voz Anthony Hopkins
(Netflix)

Sofia Boutella desprende presencia como heroína de acción, aunque todavía le falta un punto para asentarse en la faceta y su personaje podría estar mejor perfilado. Los aspectos convencionales afectan a la mayoría. Sorprende que en esta ocasión Snyder no saque mayor partido de la figura que entraña mayor fuerza en términos de retrato emocional, el robot servidor del rey caído al que pone voz Anthony Hopkins, y más cuando reviste potencial icónico.

El despliegue clave no ejerce el efecto deseado y el epílogo, siguiendo con lo de lo funcional, se adscribe a lo transitado. Sin embargo, lo desvelado y lo canalizado despiertan el interés ante una posible tercera parte. Lo mencionado de Snyder y la curiosidad.

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