Crítica de 'R.M.N.'

Fotograma de 'R.M.N.'
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Cinemanía
Fotograma de 'R.M.N.'
Valoración:

“El mundo se divide en dos categorías: los que tienen el revólver cargado y los que cavan”, dice Rubio en El bueno, el feo y el malo (Sergio Leone, 1966). Si nos ponemos en plan estudiantes de políticas de la Complutense, es lo que se llama lucha de clases. Ocurre que, sin ánimo de llevarle la contraria a Clint ni a los profes, la cosa es un pelín más complicada, pues los que cavan se dividen en infinitas subcategorías y el pez gordo se come al chico ad infinitum. Si nos ponemos en modo animal de documental de La2, lo llamaríamos cadena trófica.

Ambas ideas están contenidas en la nueva y espléndida película de Cristian Mungiu, cuyos filmes son, desde Cuatro meses, tres semanas y dos días (2007), un acontecimiento para los fans del cine de autor europeo comparable a los de James Cameron para los del blockbuster yanqui. Su capacidad para reformular el cine social es única tanto en su versatilidad para introducir nuevas temáticas, trazando siempre analogías entre el malestar físico y el social, como en hacerlo de formas insólitas, en especial por su utilización del plano secuencia, tan obsesiva como la de la steadycam en la nuca de sus protagonistas de los Dardenne, los otros grandes autores del género del siglo XXI.

En esta ocasión, Mungiu traslada su relato a la mítica Transilvania. Lo hace por razones políticas pues, según sus protagonistas, es el kilómetro cero de Europa, la tierra en la que reinó el dacio Burebista y que aguantó los envites del Imperio otomano, pero también sospechamos que por razones folklóricas: como en Más allá de las colinas (2012), la película adquiere características propias del género de terror que casan muy bien con la patria de Drácula. 

Hay miedo en los ojos de los niños, de los aldeanos. Un miedo intangible que no se explicita hasta rebasado la mitad del filme, cuando se convierte en odio al otro, en especial al pobre, ya sea un rumano en Alemania, un gitano en Rumanía o un ceilandés en Transilvania. O, por decirlo con su nombre técnico: aporofobia.

Más coral que de costumbre, aunque el personaje de Matthias (Marin Grigore) sea el hilo conductor de la historia, el amor de Mungiu por el plano secuencia nunca se ha expresado de forma tan perfecta como en los 17 minutos de la asamblea ciudadana en el que se juntan todos los protagonistas.

Una reunión de la ONU de los desheredados, de los abandonados a su suerte en medio de los Cárpatos: rumanos, gitanos, húngaros, medio alemanes, católicos, luteranos, musulmanes y algún francés ecofriendly perdido entre las montañas. Una escena en la que aflora la violencia, y que emparenta el filme con otras grandes fábulas sobre el odio al prójimo, como La jauría humana (1966), de Arthur Penn o La caza (1966), de Carlos Saura. Un retratito de la Europa tan chuli que nos está quedando, con su xenofobia y su racismo rampante.

Ese mismo tumor que se busca en el cerebro del padre del protagonista, es el mal que aqueja a un proyecto político enfermo. Ahora que la otrora Nueva ola rumana, de la que Mungiu fue insigne representante, se ha hecho viejita y se ha quedado ya en un leve chapoteo, su cine todavía es capaz de provocar una fuerte resaca en todas las salas de Europa.

FICHA TÉCNICA

Póster de 'R.M.N.'
  • Director:

    Cristian Mungiu

  • Género:

    Drama

  • País:

    Rumanía

  • Sinopsis:

    Unos días antes de Navidad, Matthias vuelve a su pueblo natal, una localidad multiétnica de Transilvania, tras dejar su trabajo en Alemania. Está preocupado por su hijo, Rudi, que ha crecido sin él, y por su padre, Otto, que se había quedado solo, y desea volver a ver a Csilla, su exnovia. Trata de implicarse más en la educación del niño, que ha pasado demasiado tiempo a cargo de su madre, Ana, y quiere ayudarle a superar sus miedos irracionales. Cuando la fábrica que Csilla dirige decide contratar a empleados extranjeros, la paz de esta pequeña comunidad se verá perturbada, y las inquietudes afectarán también a los adultos. Las frustraciones, los conflictos y las pasiones volverán a aflorar, rompiendo la paz aparente de la comunidad.

  • Guion: Cristian Mungiu

  • Duración: 125 min.

  • Reparto: Marin Grigore, Judith State, Macrina Barladeanu

  • Veredicto: Impecable tratado sobre el odio al pobre.

  • Distribuidora: BTeam, Caramel Films

  • Estreno: 28/12/22

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