Crítica de 'La fotógrafa de Monte Veritá'

No deja de ser una curiosa mise en abyme que una película sobre la comuna naturista que, durante la primera mitad del siglo XX funcionó a orillas del lago Maggiore, se acabara estrenando en la mítica Piazza Grande de Locarno. Aunque la nueva película del aquí poco conocido Stefan Jäger dista de ser tan radical como la obra de cineastas como Albert Serra o Pedro Costa, que han rugido con sus respectivos Leopardos de Oro en el no muy accesible certamen suizo.

Construida con un montaje audaz, y exhibiendo una fotografía ligeramente preciosista, que alterna el impresionismo con el realismo amable para huir del encorsetamiento de un filme de época enraizado en el oscurantismo del siglo XIX, la película muestra el viaje a la libertad de una mujer asfixiada (Maresi Riegner, porcelana desquebrajada iluminada por dentro) que lo deja todo, posición social y marido brutal, para liberarse en todos los sentidos. 

Así se convertirá en la autora de todas esas fotos, como la de Herman Hesse enseñando el pompis, que han quedado para la posteridad, inmortalizando todas las actividades paganas a las que se libraron aquellos artistas e intelectuales atraídos por un enclave libertario. Si todo este material merecía quizás una aproximación algo más atrevida, estilo Serra, la película permanece como un conmovedor y delicado manifiesto feminista.

FICHA TÉCNICA

La fotógrafa de Monte Veritá

• Director:

  Stefan Jäger

• Género:

  Drama

• País:

  Suiza

• Sinopsis:

  Hanna es una joven madre en la Suiza de principios del siglo XX que deja todo atrás para acudir al sanatorio de Monte Veritá, donde se reencontrará consigo misma y podrá desarrollar su pasión por el arte, aunque por dentro le siga reconcomiendo la conciencia familiar.

• Guion: Kornelija Naraks

• Duración: 116 min.

• Reparto: Maresi Riegner, Max Hubacher, Julia Jentsch, Hannah Herzsprung

• Veredicto: Postales alpinas desde los orígenes de la contracultura.

• Distribuidora: Surtsey

• Estreno: 5/08/2022