Crítica de 'El exorcista del papa'

Era posible temer que el creciente compromiso de los estudios de Hollywood por sobrecargar sus calendarios con producciones de gran presupuesto, esperando que el taquillazo de una supla los fiascos del resto y lidiando con variables como la competición streaming, iba a tener consecuencias más allá del posible hastío del público. Esto es, que el destierro del cine así llamado «adulto» al indie y los restrictivos círculos académicos iba a generar un paulatino ensimismamiento estético en el blockbuster, con fórmulas asentadas a tal grado de explotación bajo un régimen tecnocrático que lanzarían al público a una simpática tesitura: la era del blockbuster de Serie B. Es la que hoy empieza a dibujarse, con el ejemplo palmario de la degradación que sufren tanto Marvel como DC.

Pero hay otros rincones donde mirar. La era del blockbuster de Serie B también es la era IP, según la cual las majors buscan con fruición desarrollar universos conectados a partir de cierto título afortunado, surgiendo en estos universos nuevas oportunidades de observar la gentrificación y la guarrería. El Warrenverso de James Wan, con tantos spin-offs a sus espaldas, tiene la particularidad de levantarse sobre la cuestionable historia real de un matrimonio de investigadores paranormales, habiendo expandido sus trucos de ilusionista a otras plataformas bajo el amparo de Warner Bros. Es algo similar a lo que quiere practicar El exorcista del papa con respecto a los testimonios de Gabriel Amorth, sacerdote que afirmó haber hecho decenas de miles de exorcismos a lo largo de su carrera. La jugada de Screen Gems se prolonga más allá de la figura histórica (en cuya recreación audiovisual se pueden recurrir a múltiples libros y memorias), para hallar acomodo en el horizonte franquiciable, en el meme y en la citada Serie B hipervitaminada, con el expolio desprejuiciado de referentes.

Evidentemente, El exorcista del papa no busca hacer creer a nadie que hay una pretensión documentalista en lo que cuenta (su planteamiento recuerda más a aquel Van Helsing de Hugh Jackman que a algún film de terror que concediera cierto peso a sus hechos reales, estilo El exorcismo de Emily Rose). Y, al mismo tiempo, tampoco tiene depositada una gran fe en el relato terrorífico, entorpeciendo sus posibilidades inquietantes a fuerza de transitar por escenarios sobadísimos y desdeñar la construcción de personajes. La familia acechada por el demonio está escrita con tal incompetencia que casi pasaría por mezquindad, mientras que el Gabriel Amorth que focaliza la trama con la idea de protagonizar nuevas aventuras en el futuro parece haberse abandonado totalmente a los pálpitos de Russell Crowe: un actor aparentemente muy satisfecho del rumbo que tomó su carrera desde Dos buenos tipos y que aquí tiene patente de corso para chapurrear italiano, gesticular de forma inexplicable, dar muchos paseos en Vespa y encadenar frases badass tan putrefactas que logren despertar igualmente la sonrisa cómplice.

Y aquí está un poco la clave. El exorcista del papa aprovecha el vacío conceptual sobre el que levanta (copado por diversas inercias industriales) para no andarse con rodeos y perseguir un disfrute altamente primitivo, que nunca quiera parecer lo que no es. Es el tipo de película que se ambienta en un lugar español llamado «Castilla» en una época donde ya existían las autonomías y que confía en que el espectador se crea la amistad entre Crowe y el cura joven solo porque le va a recordar a la relación de Karras y Merrin de El exorcista. El tipo de película sin una sola idea propia pero llena de vigor, gracias especialmente a la saltarina puesta en escena de Julius Avery. Quien nos hiciera descubrir en Overlord una gran profesionalidad para combinar registros prefiere quedarse aquí más cerca de lo que hizo en Samaritan con el superheroico y la figura de Sylvester Stallone, regalando a un público levemente simpatizante con el blockbuster Serie B una generosa sucesión de trompazos, vomitonas y estallidos gore que, sin nunca caer en la abierta parodia, sí descansa en la asunción de lo inherentemente graciosos en pantalla que han sido siempre los exorcismos. 

FICHA TÉCNICA

'El exorcista del papa'

• Director:

  Julius Avery

• Género:

  Terror, Religión, Biográfico

• País:

  EE.UU.

• Sinopsis:

  Gabriele Amorth ejerció de exorcista principal del Vaticano durante años, realizando decenas de miles de exorcismos. Esta película recrea uno de ellos, llevando a Amorth a España para enfrentarse a un demonio que ansía infiltrarse en la Iglesia.

• GUION: Chester Hastings, R. Dean McCreary y Evan Spiliotopoulos

• REPARTO: Russell Crowe, Alex Essoe, Franco Nero y Laurel Marsden

• DURACIÓN: 98 min.

• VEREDICTO: Magnífico día para un exorcismo (sobre todo si es cutrongo y disfrutón)

• DISTRIBUIDORA: Sony

• ESTRENO: 05/04/2023