Crítica de 'Ambulance. Plan de huida'

En su nueva y excelente película, Michael Bay se autocita un par de veces. Una es muy graciosa, mostrándonos a un personaje de cierta juventud que confunde el título de la película La roca con el apodo de Dwayne Johnson, The Rock. Por supuesto, Johnson ha trabajado previamente a las órdenes de Bay, en otro trabajo impepinable como Dolor y dinero, pero es inevitable percibir en este gesto la tranquila asunción de que Bay puede haberse convertido en una vieja gloria. Con su caché agotado tras la saga Transformers —sí, hizo demasiadas entregas, pero solo porque era “demasiado divertido” rodarlas—, con su discreta parada en Netflix a través de 6 en la sombra —de cuya producción la propia plataforma renegó diciendo que “tenía que hacer películas más relevantes” para vergüenza ajena de toda persona de bien—, Bay quizá ya no sea el Bay de los años 90, pero antes que vieja gloria sería más lícito considerarlo un outsider. Alguien ajeno a las deprimentes mutaciones del blockbuster contemporáneo, empeñado en defender una parcela que ha encontrado para él solo desde donde puede seguir haciendo lo que mejor sabe. De forma independiente, comprometido con él mismo y con su disfrute.

El impulso que mueve Ambulance. Plan de huida —nos limitaremos en adelante a Ambulance para preservar la grandeza cazurra del título original— no es tanto creativo como dionisíaco, como lo es el origen de cada propuesta de Bay. Partiendo de una excusa normalmente endeble, el padre del Bayhem aprovecha para probar cada variante de explosión, cámara lenta o plano guapo que se le pueda pasar por la cabeza calenturienta, echando mano de las nuevas herramientas que le van permitiendo los avances tecnológicos. ¿Cuál es la excusa de Ambulance? Ejercer de remake de un pequeño film danés al que casi dobla la duración (136 minutos frente a 75) a fuerza de expandir absolutamente todo lo expandible. Ambulance narra cómo dos hermanos (Yahya Abdul-Mateen II y un pletórico Jake Gyllenhaal que demuestra tener una afinidad congénita por el cine de Bay) atracan un banco, algo sale mal y durante su huida secuestran una ambulancia con una paramédico y un herido dentro. Y ya está. El resto del tiempo es la ambulancia huyendo de la policía. No hay más que eso. Probablemente Bay llevaba tiempo fantaseando con la idea de una persecución eterna, y con solo añadir a la ecuación la ciudad de Los Ángeles el proyecto ya lo tenía todo para motivarle. Ambulance debía ser su película. Y es justamente eso.

Ambulance es puro Michael Bay destilado, una fiesta absoluta para quienes nunca han dejado de disfrutar su cine con una mueca de placer anti-irónico, y que además se beneficia de hallazgos extra circundando su festival de ruido y furia. Algunos de ellos se adscriben a la creciente sabiduría de Bay como narrador, capaces de inyectarle emotividad a una relación tan absurda como la que mantienen los hermanos al tiempo que le dan una gran hondura dramática a la paramédico de Eiza González —quizá la verdadera protagonista de Ambulance—, y lo canalizan todo a través de un clímax constante que nunca pisa el freno. Luego de su obra maestra 13 horas: Los soldados secretos de Bengasi el director ha comprendido lo bien que congenia un periodo de tiempo estricto, una única peripecia en constante crescendo, con sus pretensiones adrenalíticas, de ahí que la persecución eterna no deje de encontrar formas de evolucionar, de toparse con otro giro, de hacerse más grande.

El sentido del humor gloriosamente idiota contribuye a eso, pero sobre todo lo hace un modo de abordar la acción que enriquece el Bayhem lo indecible. La utilización impresionista de drones, la búsqueda de ángulos de cámara progresivamente imposibles, el montaje acumulativo marca de la casa poniéndose al servicio del nerviosismo de los personajes: todo suma a la hora de erigir Ambulance como la experiencia frenética y proclive a stendalhazos que la industria de Hollywood parece cada vez más incapaz de darnos, abocando a un agradecimiento desesperado por que Michael Bay siga existiendo y mantenga sus prioridades intactas. ¿La guinda del pastel? Su visualización de Los Ángeles, reminiscente a cuando te pierdes en una ciudad y el GPS no funciona bien, pero la belleza cenicienta de autovías y muestras de arte urbano alegra tu confusión. La exquisita fotografía de Roberto De Angelis vive por y para la urbe angelina —Ambulance bien podría ser la carta de amor de Bay a su ciudad natal—, e invoca una sensibilidad que, en conjunto a la inédita sequedad de los tiroteos, podría llevarnos a un extremo de cinefilia épicamente dichosa donde Bay se ha encontrado con Michael Mann. Sí, Ambulance es la película que más feliz puede hacerte ahora mismo.

FICHA TÉCNICA

Ambulance. Plan de huida

• Director:

  Michael Bay

• Género:

  Acción

• País:

  EE.UU.

• Sinopsis:

  El veterano de guerra Will Sharp no es capaz de pagar las deudas médicas de su esposa, de modo que toma la drástica decisión de recurrir a su hermano Danny, especialista en atracos. Ambos planean robar un banco de Los Ángeles, pero algo sale mal y han de huir con la policía en los talones. Consiguen robar una ambulancia, pero todo se complica aún más cuando en su interior resulta estar una paramédico y un paciente... un policía al que Will acaba de disparar.

• GUION: Chris Fedak

• REPARTO: Jake Gyllenhaal, Yahya Abdul-Mateen II, Eiza González

• DURACIÓN: 136 min.

• VEREDICTO: Nada como el Bayhem para volver a recordarnos hasta dónde puede llegar el cine.

• DISTRIBUIDORA: Universal Pictures

• ESTRENO: 13/04/2022