Como anticipo ante la más que segura inundación de películas de terror infeccioso, pandemias apocalípticas y ansiedad generalizada que vendrá en la era postcovid, esta humilde y eficaz producción irlandesa nos recuerda que la patogenia microscópica, la desconfianza instintiva, la mutación del cuerpo y el egoísmo inmutable del alma humana son cuestiones que el género de terror conoce al dedillo. La primera película de Neasa Hardiman (experimentada directora de episodios de series como Jessica Jones o Happy Valley) se mueve en aguas muy reconocibles donde no se requiere demasiada destreza al timón para que la navegación sea placentera. Se trata de una amenaza invisible que va mermando a un grupo de personas atrapadas en un espacio claustrofóbico; en este caso, la pequeña tripulación de un barco pesquero ante unos parásitos tentaculares que los infectan poco a poco porque, cachis la mar, lo de guardar cuarentena no se les da exactamente bien.
Los viejos lobos de mar reconocerán trazas de La cosa, Abyss o incluso Alien. Pero la situación no escala demasiado. Más bien, como cantaban los galeses de Catatonia: “Esto parece un caso para Mulder y Scully”. Contagio en alta mar podría ser un buen arranque de episodio de Expediente X, solo que aquí, en vez de Scully, la prudencia científica y pelirroja la aporta una Hermione Corfield de prosodia embriagadoramente contagiosa.
FICHA TÉCNICA
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Director:
Neasa Hardiman
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Género:
Thriller, Terror
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País:
Irlanda
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Sinopsis:
La tripulación de un barco, en el que viaja una joven científica, pierde el rumbo en alta mar. La embarcación es atacada por un animal gigante. Pronto, la presencia de ciertos parásitos en el suministro del agua pondrá en peligro a todos.
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REPARTO: Connie Nielsen, Dougray Scott, Hermione Corfield, Olwen Fouere, Jack Hickey
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GUION: Neasa Hardiman
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DURACIÓN: 94 min.
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VEREDICTO: Preludio competente del terror vírico que llegará en la era postcovid.
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DISTRIBUIDORA: A Contracorriente
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ESTRENO: 27/11/2020
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